70 años de la muerte de Evita: el extraordinario y macabro destino del cuerpo de Eva Perón
La corta vida de la famosa exprimera dama argentina fue mítica e inspiró un famoso musical. Pero lo que es menos conocido es la terrible odisea de su cadáver durante más de dos décadas después de su muerte.

La vida de María Eva Duarte de Perón, más conocida como "Evita", fue tan mítica que inspiró uno de los musicales más populares de la historia y, a 70 años de su muerte, la exprimera dama sigue siendo la mujer más famosa de Argentina.Pero no solo la vida de la esposa del fundador del movimiento peronista, Juan Domingo Perón, fue legendaria. También lo fue su muerte. No nos referimos al momento en que falleció, aquel 26 de julio de 1952 (aunque sin dudas fue un momento épico, con dos millones de personas alineando las calles por donde pasó su féretro, en un velatorio que duró dos semanas).Lo que fue casi tan novelesca como su fugaz vida fue la odisea de más de 20 años que padeció su cuerpo después de fallecer.Aquí te contamos el increíble y siniestro calvario por el que pasó el cadáver de Evita hasta llegar a su lugar de reposo actual, en el cementerio más exclusivo de Buenos Aires, la Recoleta.
La muerte
La exactriz convertida en "abanderada de los humildes", que cultivó durante los gobiernos de su marido niveles similares de adoración y odio entre los argentinos, falleció a los 33 años de un cáncer de cuello de útero.El nivel de fervor que generaba y la importancia simbólica de Evita para el peronismo era tal que, poco antes de morir, el Congreso le había otorgado el título de "Jefa Espiritual de la Nación".Perón quería que su esposa fuera embalsamada y que sus restos descansaran en el "Monumento al descamisado", un faraónico panteón que iba a ser construido especialmente para ella.Encomendó la conservación del cuerpo al prestigioso anatomista español Pedro Ara, quien comenzó su tarea apenas horas después de que falleciera la primera dama.Sin embargo, convertir a Evita en "una estatua" -como registró Ara en sus memorias-, tardaría muchos meses más.Mientras se planificaba la construcción del gigante mausoleo, el médico realizaba sus tareas en el segundo piso de la Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central sindical de Argentina, donde había sido llevado el cuerpo tras el histórico funeral.Cae Perón
Los planes dieron un inesperado giro en 1955, tres años después de la muerte de Evita, cuando Perón fue derrocado por un golpe militar durante la llamada "Revolución Libertadora", que proscribió el peronismo durante casi dos décadas.El depuesto mandatario huyó al exilio, pero el cuerpo de quien fuera su segunda esposa quedó en la CGT, bajo el cuidado de Ara.Lo que ocurrió luego se mantuvo en secreto por 16 años, y recién sería develado décadas más tarde gracias a investigaciones periodísticas y libros como el popular "Santa Evita" (1995), de Tomás Eloy Martínez, que acaba de ser convertido en serie por la plataforma Star+.Uno de los trabajos más exhaustivos fue el del periodista, político y exmilitante de la organización guerrillera peronista Montoneros Miguel Bonasso, que sirvió como guión del documental "Evita - La Tumba Sin Paz", realizado en 1997 por el cineasta y actual ministro de Cultura de Argentina, Tristán Bauer,Según Bonasso, los militares que habían destituido a Perón quisieron verificar que el cuerpo que yacía en la CGT era efectivamente el de su mujer y que no se trataba "de una muñeca de cera"."Para averiguarlo nombraron una comisión de médicos notables. Los notables le extrajeron un pedazo de tejido de la oreja izquierda para el examen histológico (y) le cortaron un dedo para la huella digital", cuenta el documental sobre las primeras dos mutilaciones que sufriría el cadáver de Evita.Tras realizar las pruebas, que incluyeron una serie de radiografías, confirmaron que se trataba de la exprimera dama, a quien Ara había logrado conservar "con todos sus órganos internos".El temor de que los peronistas pudieran tratar de robar el cuerpo "y usarlo como una tea para incendiar el país" llevó a los militares a urdir un siniestro plan secreto: secuestrar el cadáver y hacerlo desaparecer."No me olvides"
El presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu le encargó el operativo al teniente coronel Carlos Moori Köenig, jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).Ayuda del Vaticano
Entrevistado para el documental "Evita - La Tumba Sin Paz", Cabanillas, quien falleció en 1998, explicó que su decisión de llevar el cuerpo al extranjero no solo se basó en inteligencia que indicaba que "comandos peronistas estaban preparados para rescatar el cadáver y usarlo como bandera política para sus fines".También temía al "personal del gobierno que tenía intenciones de hacer desaparecer el cadáver", ya sea arrojándolo al río -un anticipo de los "vuelos de la muerte" de la década de 1970- o haciendo "volar el edificio" del SIE para que desaparecieran los restos.Se decidió trasladar el cuerpo a Italia, objetivo que -dijo Cabanillas- se logró "gracias a la activa y muy especial intervención de la Iglesia (católica)"."Intervino directamente un delegado de su Santidad para allanarme el camino", contó el militar sobre el operativo que fue tan secreto que ni el presidente Aramburu supo los detalles.El delegado del Vaticano compró una tumba en un cementerio comunal de Milán y se encargó de tramitar los papeles para el arribo del cuerpo.En abril de 1957, el ataúd de Eva Perón fue trasladado en barco a Génova, haciéndolo pasar por el de una viuda italiana fallecida en Argentina llamada María Maggi de Magistris.Pagni cuenta que los dos hombres encargados del traslado pasaron un susto al llegar al puerto genovés, ya que se encontraron con una gran muchedumbre esperando el arribo del barco y temieron que fueran adoradores de Evita (quien había sido muy popular durante sus visitas a Italia y España en los años '40).Resultó que en el mismo buque viajaban unas partituras de Giuseppe Verdi, que habían sido repatriadas de Brasil y eso explicaba la multitud.El féretro fue trasladado a Milán, donde los restos fueron, finalmente, inhumados en el Cimitero Maggiore.Operativo Devolución
El destino de los restos de Evita fue un misterio para los argentinos hasta 1970. Ese año, un grupo de jóvenes Montoneros secuestró y asesinó al expresidente Aramburu, acusándolo, entre otras cosas, de haber hecho desaparecer el cuerpo. En medio de la crisis y el creciente poder de la juventud peronista, el nuevo líder militar del país, el general Alejandro Lanusse, propuso un "Gran Acuerdo Nacional" con Perón, y -como prueba de buena voluntad- ofreció devolverle al exiliado exmandatario los restosde su segunda esposa.Lanusse le pidió a Cabanillas que organizara el Operativo Devolución.A finales 1971 el cadáver fue exhumado y llevado por carretera hasta la residencia de Perón en Madrid.Según la investigación de Bonasso, allí el expresidente tomó fotografías del cuerpo de su exmujer que revelaban 35 lesiones diferentes. Pero esas imágenes permanecieron ocultas.Bonasso también aseguró que mientras el cadáver permaneció en la residencia de Perón en Puerta de Hierro, su joven tercera esposa, María Estela Martínez -más conocida como Isabel-, celebraba ceremonias secretas de transmutación de poder, de la mano del "brujo" José López Rega, con la intención de recibir "el carisma de Evita", pero no hay evidencia de que esto haya ocurrido.Ahora puedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
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