3 de las más chifladas investigaciones científicas jamás publicadas
En el quehacer científico, desde los estudios brillantes hasta los inexplicables y los fracasos, es provechoso. y hasta puede hacernos sonreír.

La curiosidad humana es infinita.Y el cuerpo del conocimiento se alimenta en gran medida de la investigación científica.Algunos estudios rozan el límite del conocimiento humano, con trabajos tan revolucionarios que se honran con premios Nobel, y tan inusuales o triviales que reciben premios Ig Nobel.Pero entre esos dos extremos hay innumerables estudios publicados que van agregando granos de arena a lo que algún día se convierte en una montaña.Incluidos algunos que en un principio parecieron graciosos y al final probaron ser mucho más que una anécdota académica.Quizás ese sea el caso de los siguientes tres.
1. Intento fallido
El fracaso es una parte esencial e ineludible de la investigación. Es parte integral del método científico: observas algo, formulas una hipótesis y la pones a prueba. Por supuesto, esa hipótesis es a menudo incorrecta. Así que, a empezar de nuevo, una y otra vez.Incluso si al final no encuentras nada, lo que hiciste es valioso, pues, entre otras cosas, descarta opciones.Por eso no es raro que los científicos publiquen estudios de sus decepciones.Y en 1974, Dennis Upper, del Veterans Administration Hospital en Brockton, Massachusetts, Estados Unidos, hizo precisamente eso.Su trabajo apareció en el Journal of Applied Behavoir Analysis, la revista de la Sociedad para el Análisis Experimental del Comportamiento de ese país.El título: El autotratamiento fallido de un caso de bloqueo del escritor.El contenido: la prueba más fehaciente de ello... una página en blanco.2. Descalabro
Hay fracasos y... bueno, otras cosas.Cosas que te llevan a preguntarte por qué se decidió publicar algo si lo que demuestra no es precisamente lo que se pretendía.En 2002, un equipo de investigadores escribió un informe titulado "Los efectos del colorante azul en el alimento de la especie de oruga Vannessa cardui".- Primero, no registramos todos nuestros resultados correctamente.
- Luego calculamos mal el número de mariposas muertas en cada grupo.
- Luego mezclamos las fechas de pupa.
- Luego mezclamos las etiquetas y los lugares de los grupos separados.
- Luego descubrimos que las etiquetas eran correctas.
- A continuación, algunas de las mariposas se cayeron de sus copas.
- Luego, uno de los miembros de nuestro grupo botó el contenedor del grupo de control.
3. Unos pingüinos
Sin embargo, no todo es fracaso, así que entre los muchos ejemplos de estudios estrambóticos, quisimos despedirnos con una investigación exitosa. Una de esas que nos hace preguntarnos si eso era lo que soñaban que harían sus autores cuando quisieron ser científicos.Fue publicado en la revista científica Polar Biology y se titula "Presiones producidas cuando los pingüinos hacen popó: cálculos sobre la defecación de las aves".(y unos pulpos)
Cuestiones sobre la capacidad de algunos animales de disparar chorros no sólo intrigan -profundamente, a juzgar por el último ejemplo- a los científicos. A veces los desconciertan.Recuerda quepuedes recibir notificaciones de BBC Mundo. Descarga la nueva versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.https://www.youtube.com/watch?v=5nrw3i70k8c&list=PLLhUyPZ7578crTFv0q0Lb134UzgFe8735&index=25&t=3s
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