La playa local es un gran espectáculo donado por la naturaleza. Tranquila, de arenas finas y blancas y a unos cuantos pasos del pueblo, pero, desde mediados de los años 60 del siglo anterior, su entorno ha venido de más a menos, mientras las promesas de convertirlo en un paraíso han brotado a borbotones.
Se esfumaron los cuidados conucos y potreros de los ancestros que la miraban desde el lado norte. Ahora sólo hay montes que disimulan conflictos por la propiedad. El litoral ya no es ni por asomo la tupida madeja de uvas playa, jicacos, saonas y manglares minados de cangrejos y maqueyes que llegaba hasta Cabo Rojo y enorgullecía a nativos. La depredación ha dejado sus estragos.
Apenas quedan como rumor en el recuerdo de pedernalenses de otros tiempos las exhibiciones de lucha libre y piruetas de jóvenes sobre promontorios de arena o en la mar y del simbólico centro de entretenimiento municipal Bar Típico Carey, la moda sana del pueblo.
Un mar de fondo y ciclones habían herido de gravedad a la playa. Se llevaron la arena y devolvieron un pedregal que parecía eterno y deprimía a los nativos. La imagen era tétrica.
Con los años, pese a agresiones de humanos a sus barreras de protección (manglares y escasa arena), ella ha recobrado su hermosura, mientras el frente del litoral evidencia larga ausencia de atención municipal y gubernamental.
Es una zona pelada, salvo unas cuantas yolas de pescadores, desorganizadas, que zarpan cada madrugada, mar afuera, detrás de peces y mariscos cada vez más distantes; un pequeño restaurante recién instalado al lado del antiguo faro de la Marina, orientador de barcos que llegaban al muelle o pasaban por el mar Caribe, frente al municipio.
Al final de la avenida Duarte, contiguo a la primera emisora del pueblo, Radio Pedernales (1972): “el maleconcito”, un área ruidosa de unos 50 metros cuadrados con casetas informales de venta de alcohol donde el desenfreno de unos cuantos sentó reales a la vista de las autoridades.
TÍPICO CAREY
Al terminar mayo de 1968, el síndico Olegario Pérez visitó la Liga Municipal Dominicana (LMD), en Santo Domingo, para gestionar apoyo a la ejecución de obras planificadas por su gestión a ejecutar en dos años.
De acuerdo a una nota de Listín Diario del 29 de mayo, la sindicatura del municipio cabecera las construiría a un costo de RD$70,000 que serían pagados con fondos de la LMD.
Citaba la ampliación del acueducto, por RD$ 33,000; construcción del cementerio, RD$ 18,000 y el acondicionamiento de la playa local por RD$ 16,000.
En la playa sería edificado un centro de diversión que tendría un bar, una pista de baile, vestidores, baños y otras facilidades “para impulsar el turismo en aquella región”.
La estructura del edificio era circular, en forma de paragua, abierta, sostenida en columnas redondas y techo de palma cana inclinado. Sólo tenía paredes en las áreas de los baños y en la cocina-bar. La pista estaba en el centro y en derredor, espacios para las mesas de los parroquianos. Se levantaba a unos 30 metros de la playa.
El sitio se convertiría pronto en la moda de los pedernalenses, sin caos ni riñas. El parqueador de barcos que llegaban al muelle, Miguel Ángel, arrendó el sitio y le puso el nombre de Bar Típico Carey (Le llamaron el balneario), según Anselmo Medrano. El muelle se resintió ante los vientos y marejadas del poderoso huracán Inés del 29 de septiembre de 1966. El Gobierno se olvidó de su reconstrucción y la estructura desfalleció ante la fuerza del tiempo, los fenómenos hidrometeorológicos, la indiferencia del ayuntamiento y el desprecio del Estado. El inicio de los 80 del siglo XX selló su final.
DE PROMESA EN PROMESA
Hace medio siglo que el discurso oficial sobre la necesidad de aprovechar la vocación turística de playa Pedernales y su melliza Bucanyé anda de boca en boca, sin faltar promesas resonantes. Pese al buen arranque del 68, todo se ha quedado en papeles y amagos.
Al terminar enero de 2014, una comisión de Turismo enviada por el ministro Francisco Javier García se reunió con el alcalde Luis Manuel Féliz (Minguito) y el gobernador Odalis Zabala y recorren las playas del pueblo. Hablaron de desarrollo del cuarto polo turístico, construcción del malecón, recuperación de ríos y embellecimiento del parque central.
Las gestiones de gobierno del PLD, vía Turismo, contrataron a arquitectos para el diseño de un proyecto no sólo del malecón, sino de un frente marino. Los profesionales realizaron los estudios correspondientes y cumplieron con lo contratado.
El proyecto fue planteado como una propuesta de desarrollo urbano en 30 hectáreas y 1.5 kilómetros frente al mar, hacia el sureste del pueblo de Pedernales. No sólo un malecón.
Establece al menos 750 unidades habitacionales de 2,400 requeridas para los empleados de los primeros hoteles a construirse en el área de Cabo Rojo; 400 habitaciones turísticas que fomenten el turismo urbano y una participación más directa de la población en su prosperidad económica.
En la primea etapa se buscaría relacionar el mar con el pueblo y ofrecer servicios urbanos vinculados al entretenimiento, la educación y la producción económica. Se acompañaría de una primera inversión turística de 200 habitaciones.
La segunda etapa, un paseo costero marítimo, contempla infraestructuras de entretenimientos y deportes para los bañistas.
Y la tercera, el desarrollo inmobiliario en la tercera línea de playa, que deberá completar 750 soluciones habitacionales.
Establece una estrategia ambiental para regenerar la calidad de la costa afectada por la erosión, recuperar la playa y las dunas afectadas hacia el suroeste, así como conservar las existentes y manglares existentes hacia el este.
“Sería un avance enorme para Pedernales”, ha afirmado el diseñador del proyecto, arquitecto Marcos Barinas, al ser preguntado. Aseguró que se evitaría la “veronización” de la provincia o implantación del modelo Verón, desarrollado en el este al margen de las comunidades. Cerca del 60 por ciento de la población de casi 40 mil habitantes pedernales es pobre, según los datos oficiales. Los servicios de agua, electricidad, educación y salud son muy precarios. La provincia es la séptima más grande del país (2,075 kilómetros cuadrados) y es rica en recursos naturales.
El 13 de mayo de 2016, los medios de la capital destacaron que autoridades del Obras Públicas y de Pedernales dieron el primer picazo para la construcción de un malecón de dos kilómetros y otras obras que iniciaban el desarrollo turístico.
Resaltaban que las mismas están en el Plan Estratégico del Desarrollo de Pedernales. Y ubicarán a la provincia en el mapa del mundo turístico al convertirse en uno de los destinos turísticos añorados por sus habitantes.
Ramón Pepín, representante del ministro de OP, entre aplausos y bajo un sol candente, anunció la construcción, además del malecón, del asfaltado de las calles, un puerto turístico, dos kilómetros de corredor, el aeropuerto de Cabo Rojo, todas las vías que conectan con el litoral de Bahía de las Águilas y remozamiento de toda la provincia.
El 23 de junio de 2021, durante un nutrido acto en “el maleconcito”, en presencia del presidente Luis Abinader, el Ministerio de Turismo presentó el Plan Municipal y Turístico de Ordenamiento Territorial de Pedernales, “una iniciativa más de este gobierno para que el desarrollo de esta provincia sea integral, permitiendo el impulso simultáneo del turismo y la mejoría en la calidad de vida de los pedernalenses”.
Ese día, el mandatario anunció la construcción del malecón y un muelle para pescadores, y la transferencia a Turismo de RD$ 350 millones para el inicio de las obras.
Entre estruendosos aplausos, también informó que harán la carretera que conectará el municipio con Puesto Escondido, Duvergé, por sierra Baoruco, para enlazar las provincias Independencia y Baoruco e integrar la Región Enriquillo al proyecto turístico.
ESE MISMO DÍA
Ante el presidente, ministros y autoridades locales, la arquitecta Chaney Peña, directora de Planificación del Mitur, describió el plan maestro para la renovación de esta provincia, el cual sería ejecutado junto a la Alcaldía.
Consta de 14 puntos: hito nacional, helipuerto, nuevo mercado binacional y mercado municipal, parque lineal, área verde y muelle. Además, playa pública, desarrollo de viviendas sociales, equipamientos, intervenciones prioritarias, canales de riego, río Pedernales y terminales de autobuses.
Ni en el municipio cabecera ni en Oviedo hay en ejecución obras gubernamentales de las citadas como prioritarias para la renovación de la provincia en el marco del prometido desarrollo integral y del turismo sostenible.
Carlos Peguero, viceministro de Cooperación Internacional de Turismo y director ejecutivo del Proyecto de Desarrollo Turístico, afirmó que el objetivo es que la población y los visitantes sean parte de esta tan esperada transformación económica y social de la región suroeste.
Preguntado respecto del anunciado Frente Marino, alegó que están en proceso de recuperación de terrenos del entorno, algunas en conflictos familiares. El presidente Abinader agota su último año de su cuatrienio.
Pese a ello, Efraín Féliz, del oficialista Partido Revolucionario Moderno, confía en que el gobierno cumplirá la palabra empeñada.
La arquitecta Milagros Caraballo cree que el frente marino será construido.
“Yo tengo mucha esperanza en que se va a hacer, y tiene que hacerse, ahora, o después”, sentenció.
Periodista Francisco Medrano: “Apena mucho que los propios pedernalenses no hayan sabido unificarse para defender sus derechos y reclamar lo que justamente les corresponde”.
Amplía: “Pedernales cuenta con todos los recursos naturales para un aprovechamiento del turismo, da la oportunidad a los lugareños de un razonable y sostenible de esos recursos. Pero, por décadas, la protección de los parques y las llamadas áreas protegidas sólo existen en los papeles. Están en constante deterioro. No hay control con la caza de cangrejos, hasta en épocas de veda los capturan, igual con pescados y mariscos. La caza de aves es un negocio para muchos y el corte de árboles se ha convertido en un modo de subsistencia de una población empobrecida. Eso ocurre, en muchos casos, con la complicidad de guardaparques”.
Sobre las tierras, critica que siempre han existido sectores poderosos que han explotado mil y una formas de adueñarse, pese a que tienen un valor incalculable para el Estado.
Ruth Villegas, presidenta de la Asociación de Pedernalenses Ausentes, comenta que la comunidad espera la construcción del malecón y negocios complementarios que contribuyan al esparcimiento y a mejorar las condiciones de vida de la gente.
“El pasado gobierno sólo se quedó en picazos, y no comenzaron, y ahora pienso que en éste se están tardando también. Confiamos en que cumpla”.
La profesora Belkis Adames entiende que debe hacerse un frente marino.
“No nos hablaron de un malecón, la misma cosa que se hace en todos los sitios para que la gente sólo vaya a tomar. Si estamos hablando de turismo sostenible, se supone que debe hacerse lo que nos presentaron la arquitecta Chaney y Peguero… Hablaban de algo integral, que harían hasta un anfiteatro. Pero todo eso se ha quedado en el tiempo, jamás nos han hablado. Le pregunté al síndico y me contestó que no crea en eso”.
La profesora Belkis Adames, sin titubeos, expresa:
“Los pedernalenses siempre hemos soñado con ver ese malecón hecho, desde la emisora hasta Bucanyé, y no que solamente sea un muro para ir en vehículos y tomar alcohol, sino también que podamos tener buenos restaurantes, buenos centros comerciales; que sea algo de esparcimiento para toda la familia pedernalense y para todos esos turistas que visiten nuestra provincia… Ese sueño algún día queremos ver que se cumpla, y nosotros queremos estar vivos para disfrutarlo”.