Un banco de leche materna para uso personal consiste en crear una reserva de leche que la madre puede almacenar en su nevera luego de extraer.
Especialistas en el tema siempre recomiendan a las madres que lactan de manera exclusiva crear uno antes de volver al trabajo luego de la licencia post natal, para que el bebé pueda ser alimentado con esta leche aún la madre no se encuentre presente durante el día.
Aurelina Estévez, CEO y fundadora de ProlactarRD, una comunidad de apoyo a la lactancia materna, compartió con ACENTO algunas sugerencias para crear un banco de leche materna en casa.
Cuenta que lo ideal es que la madre comience a preparar su banco de leche con varias semanas de anticipación a la fecha en que comenzará a usarlo, pues muchas veces las madres se preocupan por el abastecimiento de leche para su bebé y comienzan a preparar el banco de leche bastante tiempo antes de necesitarlo y reúnen una cantidad mucho mayor de la que realmente van a usar.
“Esto resulta perjudicial desde varias ópticas. En primer lugar, la leche materna se encuentra en su forma óptima cuando está en el pecho de la madre. Una vez fuera del pecho la leche comienza a tener contacto con elementos del ambiente que pueden ser contaminantes, y aunque la leche se congele inmediatamente pierde propiedades”, explica.
Y en segundo lugar, agrega que “llenar el congelador de leche materna no siempre es útil, porque la madre continuará extrayendo leche en su lugar de trabajo o en el lugar en que se encuentre. De no hacerlo así, la producción de leche disminuirá por la falta de estímulo, o aún peor, podría producirse una congestión mamaria, y como consecuencia, una mastitis”.
Una vez la leche es extraída, se recomienda guardarla en artículos destinados al almacenamiento de leche materna (que no contengan BPA si son de plástico), pueden ser funditas, vasitos o frasquitos.
“Muchas madres usan artículos reciclados de cristal con boca ancha y tapa de plástico. Nunca debe usarse tapa de metal y tampoco los envases de leche de fórmula ni de refrescos”, advierte.
Si la madre no está segura que la leche se utilizará en las próximas 24 horas, lo ideal es congelar inmediatamente. Nunca superando las ¾ partes de la capacidad del envase, porque al congelarse ocupará más espacio.
Resalta que la leche puede permanecer en el congelador por un tiempo de tres meses, siempre y cuando se respete la cadena de frío.
Ya luego para descongelarla, Estévez explica que debe hacerse a temperatura ambiente. “Si no se puede esperar, se puede descongelar a baño de María indirecto (sin fuego). Se pone a calentar un poco de agua, se apaga el fuego y luego se entra la fundita o el vasito con la leche materna hasta que se descongele”.
Aurelina compartió estas informaciones en el contexto de la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que tiene lugar del 1 al 7 de agosto.