Es muy poco frecuente que las personas confiesen que han visto gallinas caminando durante las noches, sin embargo, la nictalopía, llamada visión de gallina es una dificultad real para adaptarse y caminar cuando hay poca luz. La nictalopía afecta un a un pequeño porcentaje de la población y puede ser estacionaria o progresiva.
Así lo explica el doctor Dionisio Charran, oftalmólogo especializado en electrofisiología ocular y enfermedades hereditaria de retina del Centro de Oftalmología Integral de los Centros de Diagnostico Medicina Avanzada Conferencias Medicas y Telemedicina (CEDIMAT).
"Cuando una de estas proteínas está defectuosa o ausente, se pueden alterar uno o varios aspectos de la visión como es en el caso de la nictalopía. En esta condición las células afectadas inicialmente son los bastones y finalmente los conos", detalla el doctor Charran.
Indicó que también pudiera ocurrir nictalopía por deficiencia de vitamina A, la cual juega un papel importante en la visión.
Recomendó medir los niveles de vitamina A en la sangre, siempre que haya dificultad con la visión nocturna.
"El ojo es un órgano sensorial capaz de detectar la luz. Las células responsables de la visión son los fotorreceptores y por su apariencia son llamados bastones y conos", analiza el profesional de la oftalmología.
Explica que los bastones se encargan de la visión nocturna y los conos de la visión en presencia de la luz.
El profesional de la oftalmología asegura que los rayos de luz son recibidos por los fotorreceptores en la retina, y estos se encargan de convertirlos en impulsos eléctricos. "Luego, esta información es enviada a la corteza visual que se encuentra en la parte posterior del cerebro donde se perciben las imágenes".
Precisa que cada órgano del cuerpo tiene diferentes componentes. La retina para su funcionamiento tiene proteínas responsables de mantener tanto la estructura como la función del ojo, explica el profesional.
Retinitis pigmentosa
La retinitis pigmentosa es una enfermedad heredodegenerativa que afecta los fotorreceptores, expresa el especialista, quien asegura que al comienzo de la enfermedad ocurre una afección de los bastones, y esto se manifiesta con pérdida progresiva del campo visual y la visión nocturna durante muchos años.
El doctor Dionisio Charran expone que cuando se afectan los conos, disminuye gradualmente la agudeza visual hasta tener una muy baja visión.