Rusia está empezando a examinar una serie de leyes para reforzar los controles de la inmigración legal y reprimir la ilegal. Se trata de una prioridad para la sesión de otoño de la Duma Estatal, según su presidente.

Por Anissa el Jabri, corresponsal de RFI en Moscú

Poseer una nacionalidad distinta de la rusa debería ser muy pronto una circunstancia agravante de los delitos y faltas, del mismo modo que la reincidencia o la venganza, y se presenta oficialmente como un “mecanismo preventivo que contribuirá a un comportamiento más responsable” de los extranjeros en Rusia. Para justificar esta propuesta, el diputado que la presentó se basa en las estadísticas de la comisión de investigación, organismo directamente vinculado al Kremlin. Estas muestran un aumento del 55% en el número de delitos denominados “extremistas” cometidos por inmigrantes en el primer semestre de 2024.

En breve se votará también otra circunstancia agravante en la comisión de un delito o falta: la residencia ilegal en Rusia. También figura en el orden del día un proyecto de ley que tipifica como delito especialmente grave la organización de redes de inmigración ilegal. Las autoridades han hecho saber desde hace varias semanas que también están preparando un registro de extranjeros que residen ilegalmente en Rusia.

También se están endureciendo los controles sobre la residencia legal. Por ejemplo, ya se ha aprobado en segunda lectura un proyecto de ley que establece un requisito de tres años de matrimonio para obtener un permiso de residencia temporal. “Tenemos que aprobar esta ley rápidamente en tercera lectura”, explicó hace una semana el presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin, durante el debate parlamentario. “De lo contrario, aparecerán seductores taimados para formalizar rápidamente las relaciones. No necesitamos gente así engañando a nuestras mujeres. Las mujeres deben ser ver con claridad, deben saber con qué tipo de personas formalizan sus relaciones. Especialmente nuestras babushkas, no deberían verse arrastradas a este tipo de fornicación”.

Medidas que no cuentan con la aprobación unánime

Tras el terrible atentado de Crocus del pasado mes de marzo -el balance de víctimas fue de 145 muertos y 551 heridos-, reivindicado por la organización Estado Islámico y, según las autoridades rusas, perpetrado por tayikos, el ambiente en el país se volvió extremadamente tenso sobre la cuestión migratoria. En aquel momento, se produjo incluso una explosión de comentarios y actos racistas. Hoy, la conmoción ha pasado, pero las autoridades quieren mostrar a la población que están tomando medidas.

Esta nueva línea suscita interrogantes, en primer lugar, entre los juristas. Los citados por el diario Kommersant el martes por la mañana consideran que hacer de la posesión de otra nacionalidad una circunstancia agravante en caso de delito o falta contraviene un principio constitucional en Rusia: el de la igualdad ante la ley “sin distinción de sexo, nacionalidad o raza”.

Otras críticas

Otra crítica es política y procede de Ramzan Kadyrov. Fue publicada la noche del 7 de octubre en su canal oficial de Telegram. El hombre fuerte de Chechenia llega a evocar en este texto “un enfoque medieval”. Sobre todo, considera que “el problema que nos ocupa no puede resolverse mediante la expulsión masiva de inmigrantes, y que no se debe a las faltas de las personas que llegan a Rusia, sino a la negligencia de quienes, en un momento dado, se habrían ocupado de los problemas que les competen”. Una referencia indirecta pero transparente a las fuerzas de seguridad, que Ramzan Kadyrov es uno de los pocos, si no el único, que puede hacer en Rusia. En cualquier caso, su conclusión es inequívoca: “las autoridades rusas no conseguirán nada incitando al odio contra los inmigrantes”.

La última crítica procede de las empresas, grandes y pequeñas, que ya tienen muchas dificultades para encontrar trabajadores. Y con la economía todavía recalentada, temen que estas leyes agraven aún más su problema.