Israel continúa sus bombardeos y su ofensiva terrestre en Líbano, iniciada a finales de septiembre pasado, con el objetivo de 'erradicar la amenaza que representa el Hezbolá libanés', en particular, por los ataques con cohetes y drones contra territorio israelí. El gobierno israelí busca permitir el regreso a sus hogares de los 60.000 desplazados del norte del país. Aunque el gobierno de Benjamín Netanyahu había prometido un retorno rápido, esto no ha ocurrido. Con nuestro corresponsal en Jerusalén, Sami Boukhelifa.
"A lo lejos, el Líbano sigue siendo devastado por las bombas israelíes. Pero, a pesar del despliegue de toda su potencia de fuego, el Hezbolá libanés aún mantiene capacidades ofensivas", dice Aviv, un militar israelí destacado en la ciudad de Metulla, en la frontera con Líbano. "Esto es Israel. Aquí, de este lado, estamos nosotros. Pero, ¿observa esa zona calcinada justo ahí? Son olivos que se incendiaron tras la explosión de bombas. Y es aterrador", agrega bajo el ruido de las explosiones.
Tras un año de intercambios de disparos limitados entre Israel y el Hezbolá, el Estado hebreo pasó a la acción el pasado 30 de septiembre. La primera fase de esta ofensiva que cumple este miércoles 50 días fue el famoso ataque con buscapersonas contra miembros de la milicia chiita. Luego, la eliminación progresiva de sus líderes, incluido Hassan Nasrallah, su jefe histórico. Y finalmente, una invasión terrestre combinada con bombardeos en todo el territorio libanés.
’No queremos una guerra que pueda durar cinco años o más"
El objetivo oficial es detener los ataques del Hezbolá y permitir que los 60.000 israelíes desplazados regresen a sus hogares en el norte del país. Pero, por ahora, la ciudad fronteriza de Kiryat Shmona sigue desierta.
Son pocos los habitantes, como Miki, que no han huido: "Nuestro ejército controla entre 3 y 4 kilómetros y algunos pueblos al otro lado de la frontera, pero no es suficiente. Sin embargo, me siento mucho mejor porque sé que el ejército ha destruido los túneles del Hezbolá. Teníamos miedo de que surgiera una amenaza desde esa montaña. Está muy cerca. Además, espero que el mundo nos ayude a encontrar un acuerdo, porque así es como debe terminar este conflicto. No queremos una guerra que pueda durar cinco años o más", afirma.
En el último año, unos cuarenta civiles han sido asesinados en el norte de Israel por el Hezbolá. En el Líbano, los bombardeos israelíes han causado la muerte de cerca de 3.500 personas.