El martes 26 de noviembre, la Asamblea Nacional francesa mostró su apoyo al gobierno del primer ministro Michel Barnier en su oposición al proyecto de acuerdo de libre comercio entre la UE y Mercosur, previsto por la Comisión Europea.
En una votación no vinculante, los diputados franceses aprobaron la posición del Gobierno en las negociaciones entre la Unión Europea y Mercosur por 484 votos a favor y 70 en contra. Este resultado otorga al Ejecutivo un “mandato democrático” que reforzará su “legitimidad para defender el ‘no’ ante la Comisión y el Consejo Europeo”, se felicitó la Ministra francesa de Comercio Exterior, Sophie Primas. Este miércoles se espera una votación en el Senado sobre el mismo tema.
“En las condiciones actuales”, el proyecto de acuerdo entre la Unión Europea y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) no garantiza “condiciones de competencia equitativas para nuestros agricultores”, declaró la ministra de Agricultura, Annie Genevard, ante los eurodiputados.
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Durante el largo debate sobre este incendiario tema, todos los grupos políticos, sin excepción, expresaron su rechazo al acuerdo comercial, aunque con matices. Algunos apoyaron la posición del Gobierno de que el acuerdo podría modificarse, porque, como resumió Annie Genevard, no hay que “oponerse de antemano y por principio a todo acuerdo de libre comercio”. Otros, en particular los eurodiputados de La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) y ecologistas, insistieron en su rechazo a cualquier acuerdo, “ni hoy ni mañana”, como dijo la ecologista Marie Pochon. “No hay ningún buen acuerdo UE-Mercosur posible”, enfatizó también Arnaud Le Gall (LFI).
Marcha de agricultores en Estrasburgo
Paralelamente a los avances políticos, los agricultores siguieron intensificando el martes sus acciones sobre el terreno. Una comitiva de unos cincuenta tractores de Coordination rurale, segundo sindicato agrario francés, intentó llegar al Parlamento Europeo en Estrasburgo para denunciar el proyecto de acuerdo de libre comercio. A las 10 de la mañana, una cincuentena de tractores -la mayoría de la región de Franche-Comté- se encontraron bloqueados entre dos cordones policiales, a tiro de piedra del edificio.
Con sombreros amarillos, Paul Fritsch, Presidente de la Coordination rurale Grand-Est, y sus colegas tenían previsto reunirse con los eurodiputados para convencerlos de que se opusieran al proyecto de tratado entre la UE y los países del Mercosur. Un acuerdo que, de adoptarse, sometería a la agricultura francesa a una competencia desleal, en su opinión. “Estos productos vienen con normas que no tienen nada que ver con las nuestras. Ni las normas sociales, porque no tenemos los mismos salarios, ni las sanitarias, porque utilizan productos prohibidos en Francia desde hace años”, declaró a nuestro corresponsal en Estrasburgo, Wyloën Munhoz-Boillot.
Por la tarde, una decena de eurodiputados franceses de todos los partidos acudieron al encuentro de los manifestantes. El socialista François Kalfon les aseguró que Francia intenta movilizar a una minoría de bloqueo contra el acuerdo con Mercosur. “El trabajo que estamos haciendo es conseguir que los demás países se sumen uno a uno”, explicó. “Austria ya ha suscitado cierta oposición. Italia ha dicho lo poco que le gusta el aspecto agrícola. Pero seguimos con nuestra labor de persuasión”. Por su parte, Manon Aubry, Presidenta del Grupo de Izquierda del Parlamento Europeo, hizo un llamamiento a los agricultores para que sigan movilizándose: “Cuanta más rabia y movilización haya entre los agricultores, más presión podremos ejercer”.
Por su parte, el principal sindicato FNSEA-Jóvenes Agricultores ha lanzado nuevas acciones en toda Francia hasta el jueves, dirigidas contra “todo lo que obstaculice la vida de los agricultores”, en particular las administraciones (prefecturas, agencias del agua, etc.), según explicó al canal de televisión France 2 el presidente de la FNSEA, Arnaud Rousseau.
Polonia apoya a Francia
En cualquier caso, Francia ya no está sola en su rechazo: el martes, el Gobierno polaco adoptó una resolución en la que afirmaba que Varsovia no aceptaría el acuerdo “en esta forma”, en particular por “las preocupaciones por los agricultores polacos y la seguridad alimentaria”. “Está en marcha una acción diplomática para formar una minoría que impida la entrada en vigor del acuerdo”, subrayó el Viceprimer Ministro Wladyslaw Kosiniak-Kamysz.
Desde el sábado, informa nuestro corresponsal en Varsovia Adrien Sarlat, los agricultores polacos mantienen la presión para conseguir el apoyo de su gobierno. Ya llevan cuatro días bloqueando un paso fronterizo con Ucrania, y afirman que es probable que las protestas continúen hasta finales de año.
Una preocupación que el Primer Ministro polaco, Donald Tusk, dice comprender: “Este asunto afecta a los agricultores polacos, y no sólo a ellos. (…) para decirlo de forma sencilla, Polonia no acepta, en su forma actual, el acuerdo con los Estados sudamericanos (…) Y obviamente, Polonia no está sola en su oposición, muchos Estados miembros tienen una opinión similar”. Italia y los Países Bajos también podrían converger hacia un rechazo del acuerdo de libre comercio: las negociaciones siguen en curso.