Una decena de personas han resultado heridas por fuego israelí en el sur de Líbano desde que entró en vigor el alto el fuego, al amanecer del miércoles 27 de noviembre. El aumento de estos incidentes se produce mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, reiteraba el jueves que había “hablado de alto el fuego (y no) del fin de la guerra” y amenazaba con una “guerra a gran escala si se cruzan las líneas rojas del acuerdo”.
Estos incidentes, que demuestran la fragilidad del alto el fuego, preocupan a los libaneses, ya que el fuego israelí no respondía aparentemente a ninguna provocación de los combatientes de Hezbolá, escribe nuestro corresponsal en Beirut, Paul Khalifeh, sino que pretendía sobre todo frenar el movimiento de retorno de los habitantes, en particular en los pueblos fronterizos, lo que ha tomado el cariz de un triunfo del partido chiíta y de su base popular.
Una docena de pueblos fueron blanco de disparos de ametralladoras, obuses e incluso misiles lanzados desde drones. El ataque aéreo más grave fue contra un pueblo cercano a la ciudad de Saida, al norte del río Litani, donde Hezbolá debe retirarse según los términos del acuerdo de alto el fuego. Aviones y drones israelíes siguieron sobrevolando el sur de Líbano y el valle oriental de la Becá.
“Múltiples violaciones”
El ejército libanés acusó a Israel de “múltiples violaciones aéreas y terrestres” al “atacar territorio libanés con diversas armas”. El ejército prosigue su despliegue en el sur del Líbano, que debe concluir en un plazo de sesenta días, de conformidad con el acuerdo de alto el fuego. En un comunicado de prensa, ha declarado que está supervisando “las violaciones israelíes con las autoridades competentes”. Cabe señalar que aún no se ha constituido el comité de supervisión del alto el fuego, formado por Estados Unidos y Francia.
En la mañana del 29 de noviembre, escribe nuestro corresponsal en Jerusalén, Michel Paul, el portavoz del ejército israelí ordenó en árabe a los habitantes de sesenta pueblos del sur del Líbano que no regresaran a sus casas hasta nuevo aviso «por su propia seguridad». Previamente, el ejército había prohibido todo movimiento en la zona entre las 5 de la tarde y las 7 de la mañana. Es evidente que las autoridades de Israel están muy preocupadas por el regreso masivo de los habitantes de los pueblos chiítas del sur de Líbano.
Respuesta firme
En lo que respecta al alto el fuego, la parte israelí emite una nota muy diferente: el Jefe del Estado Mayor ha prometido una respuesta firme a cualquier violación del alto el fuego, que parece ser extremadamente frágil. Israel utilizó drones y tanques. Y el incidente más grave de todos: en los alrededores de la ciudad de Tiro, se utilizó un avión de combate para neutralizar una batería de cohetes de Hezbolá a punto de entrar en acción, según Israel, que afirmó esta mañana que Estados Unidos había sido advertido de esta intervención en tiempo real. En Israel, por el momento no hay retorno de desplazados. Posible explicación. Según una encuesta del diario Maariv, el 57% de los israelíes no cree que este alto el fuego tenga ninguna posibilidad de mantenerse.