Los negociadores de la COP29 en Bakú presentaron este jueves un borrador del acuerdo de las negociaciones que muestran las grandes diferencias de los países ricos y de los países en desarrollo, cuando ya se cumple el penúltimo día de la conferencia.

En el texto se presentan dos opciones que parecen antagónicas. La primera busca que el dinero necesario para que los países en desarrollo hagan frente a las consecuencias del cambio climático provenga exclusivamente de las naciones desarrolladas, y la otra propone "aumentar" las finanzas mundiales contra el calentamiento global a partir de "todas las fuentes de financiación" procedentes de todos los países.

La primera alternativa establece que las arcas públicas de los países ricos (principalmente europeos, Estados Unidos y Japón) y fondos privados aporten al menos 1 billón de dólares anuales a países en desarrollo, en el marco del "Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado", o NCQG por sus siglas en inglés.

Esa cantidad corresponde con la estimación que hicieron los expertos comisionados por la ONU, que apuntaron que los países en desarrollo necesitarán al menos un billón de dólares al año para, por ejemplo, construir centrales solares, invertir en irrigación o proteger ciudades contra las inundaciones.

Es, en cualquier caso, una suma diez veces superior a los 100.000 millones de dólares que los países ricos se habían comprometido a aportar para el periodo 2020-2025, en parte en forma de donaciones.

La segunda opción, que prevé un "aumento de las finanzas mundiales para la acción climática", de al menos 1 billón de dólares al año "para 2035″, no fija cuánto dinero deberían aportar los países ricos.

El dinero procedería de "todas las fuentes de financiación", esto es, dinero público de todos los países, fondos privados y nuevas tasas mundiales.

Para Javier Davalos, coordinador de asuntos climáticos Asociaición Intermericana para el Derecho Ambiental (AIDA), existe una desilusión en cuánto a la meta de financiamiento, sobretodo para los países en vías de desarrollo, por lo que según él, aún queda pendiente la ambiciosa tarea de financiamiento.  

Jasper Inventor, jefe de la delegación de Greenpeace Internacional en Bakú, consideró que es un "insulto" que los países ricos no hayan aportado ninguna cifra sobre su aportación.

La conferencia termina el viernes por la noche, pero pocas COP finalizan puntualmente.

 

Con AFP