En Islandia, la policía declaró estado de emergencia la noche del sábado 16 de marzo cuando una nueva fisura volcánica en la península de Reykjanes comenzó a arrojar lava, en la cuarta erupción desde diciembre. El tamaño de la fisura se calculó en 2,9 kilómetros de largo.
La erupción fue reportada por la Oficina Meteorológica Islandesa (OMI), que divulgó imágenes en vivo del flujo brillante de magma y la humareda del volcán.
El Departamento de Protección Civil y Manejo de Emergencias anunció el envío de un helicóptero para precisar la ubicación de la nueva fisura y anunció que la policía declaró estado de emergencia por la erupción.
Según la OMI, ocurrió cerca del mismo punto de una erupción previa, del 8 de febrero. La lava pareció fluir hacia el sur, donde se instalaron diques para resguardar al poblado pesquero de Grindavik, agregó.
La magma también fluyó al oeste, como ocurrió el 8 de febrero, y el tamaño de la fisura se calculó en 2,9 kilómetros, indicó la OMI.
La agencia dijo el viernes que había una acumulación de magma en el suelo "que podría conducir a una nueva irrupción de magma y posiblemente una erupción", que podría darse "con muy poco aviso".
Medios locales informaron de que el afamado spa geotérmico Blue Lagoon fue evacuado, al igual que el poblado de Grindavik.
Los cerca de 4.000 habitantes de Grindavik habían sido evacuados por la erupción volcánica del 11 de noviembre y solo pudieron volver a sus casas el 19 de febrero.
Las erupciones en la península de Reykjanes despertaron temores por la planta energética de Svartsengi, que suministra electricidad y agua a cerca de 30.000 personas en la zona.
La planta fue evacuada y ha sido operada de forma remota desde las primeras erupciones en la zona.
Islandia tiene unos 33 sistemas volcánicos activos, el mayor número en Europa.
(Con la AFP)