Las grandes compañías de petróleo y gas están en el centro de la agenda energética de Donald Trump, que tiene la intención de apostar mucho por los combustibles fósiles durante su mandato. Sin embargo, estas muestran con orgullo sus ambiciones medioambientales. Análisis.  

Por Stéphane Geneste

Sabíamos que Donald Trump no era un ferviente activista por la causa climática. Tenemos una prueba más de ello, ya que su equipo está desarrollando un programa centrado en el petróleo y el gas. Si se aplica, se emitirán autorizaciones para nuevas perforaciones petroleras. Donald Trump también tiene la intención de derogar algunas leyes y regulaciones de energía y clima aprobadas bajo Joe Biden. Unos proyectos que seducen a las empresas del sector. 

Sin embargo, se han comprometido a abandonar los combustibles fósiles. No es nuevo, desde 2021, la Agencia Internacional de Energía los ha instado a detener todos los nuevos proyectos de exploración petrolera con el objetivo de neutralidad de carbono para 2050. 

Un sector bajo presión 

Algunas "grandes petroleras" invierten en energía verde, pero es solo una pequeña parte de su negocio. Por supuesto, no están abandonando los combustibles fósiles. Prueba de ello es que, en 2022, las inversiones en energías renovables representaron menos del 5% de su gasto. Por lo tanto, hay mucho margen de mejora. 

Para entender mejor la situación actual, tenemos que remontar cuatro años atrás, al final de la pandemia de Covid. La muy débil demanda preocupó a los inversores y a las empresas porque el petróleo, al igual que el gas, estaba en un nivel muy bajo. Por ello, los grandes grupos han apostado un poco más por las renovables, creyendo que este mercado sería una actividad económica mejor que los combustibles fósiles. Por ejemplo, BP se ha comprometido a reducir su producción de petróleo y gas en un 40% para 2030.

Marcha atrás

Estas inversiones no han dado sus frutos. Exxon Mobil, que no ha tomado este camino, prefiriendo invertir en áreas como la extracción de hidrógeno o litio, ha visto cómo el precio de sus acciones en Wall Street se disparaba desde 2019: +70% ! Este aumento contrasta con BP, que perdió un 19% en el mismo período. 

Como resultado, BP está dando marcha atrás y aumentará su gasto en combustibles fósiles en detrimento de las energías renovables. Lo que hay que entender es que hoy en día, los inversores están recompensando a las grandes petroleras que no han adoptado la energía eólica o solar. Si el cambio climático es un riesgo para el planeta, la prioridad de los inversores es obtener beneficios. 

Las compañías petroleras se ponen en verde 

La paradoja es que vemos a muchas grandes compañías petroleras diversificarse e invertir en verde. Según la Agencia Internacional de la Energía, los gigantes invierten el doble en energías renovables que en combustibles fósiles. Pero algunas asociaciones denuncian un doble discurso: el de invocar esta excusa para producir aún más petróleo. 

En cualquier caso, lo que estamos viendo es el pragmatismo de las grandes petroleras que, a pesar de las campañas verdes, eólicas y solares, siguen siendo adictas a los combustibles fósiles. Y habrá que mirar sobre todo cómo reaccionarán si el precio del petróleo vuelve a caer.