Hamás anunció este 10 de febrero el aplazamiento de la próxima liberación de rehenes israelíes prevista en el marco de la tregua en Gaza, provocando la ira de Israel y del presidente estadounidense, Donald Trump, que amenazó con desatar "un infierno". Pese a su anuncio inicial, Hamás declaró unas horas después dejar "la puerta abierta" para un nuevo intercambio el sábado si Israel "cumple sus obligaciones".

Con Daniel Blumenthal, nuestro corresponsal en Tel Aviv

Tras el anuncio de Hamás y el ultimátum enunciado por el presidente estadounidense Donald Trump de desatar "un infierno" si no tiene lugar la próxima entrega de rehenes israelíes, el gabinete de seguridad de Israel se reúne este martes en Jerusalén para tratar este tema así como las deliberaciones por la próxima fase del acuerdo alcanzado con Hamás en Catar.

"Amenazas sólo complican el asunto"

Familiares de los rehenes bloquearon la ruta principal entre Tel Aviv y Jerusalén antes del comienzo de la reunión del gabinete de seguridad, exigiendo la continuidad del acuerdo hasta lograr el regreso de todos los secuestrados, 76, aproximadamente la mitad aún con vida, cautivos en Gaza. La preocupación que provocó en Israel el estado de salud en el que regresaron los tres rehenes la semana pasada otorgó a Hamás un nuevo elemento de presión.

Este martes, un kibutz israelí anunció la muerte de uno de sus residentes rehén en Gaza: "Con gran pesar, los miembros del kibutz recibimos esta mañana la noticia del asesinato de nuestro querido amigo Shlomo Mansour, de 86 años, quien fue secuestrado de su casa en el kibutz Kissufim durante el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre", indicó la comunidad sobre el hombre nacido en Irak.

Hamás respondió a las amenazas pronunciadas por Trump diciendo que "ambas partes deben cumplir con el acuerdo. Amenazas sólo complican el asunto", según expresó un portavoz del grupo. El anuncio de Hamás de que suspenderá el próximo paso de la devolución de rehenes debido a alegadas infracciones de Israel es un momento peligroso en las negociaciones, que puede derivar en un rebrote de la violencia y hasta en el desmoronamiento de la tregua, indica nuestro corresponsal.

Segunda fase en entredicho

Las negociaciones por la segunda fase de los acuerdos de intercambio de prisioneros deberían haber comenzado el lunes pasado, pero Israel no despachó a Doha una delegación con la autoridad para continuar el diálogo, aunque el resto de las condiciones fueron cumplidas.

El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que para preservar su Gobierno de extrema derecha necesita continuar la guerra hasta lo que definió como "la destrucción final de Hamás", accedió a la primera fase del acuerdo presionado por el presidente estadounidense Donald Trump.

Hamás teme que no haya un avance hacia la segunda fase del acuerdo, que contempla la retirada total israelí de todo el territorio de Gaza, el fin de la guerra y la liberación de presos palestinos de gran peso político que podrían llegar a ser su próxima conducción política y militar.

Por otra parte, Donald Trump, que quiere trasladar a los gazatíes a Jordania y Egipto como parte de su plan para la Franja de Gaza, algo que ambos países rechazan, declaró el lunes que "posiblemente" interrumpiría la ayuda que Estados Unidos les paga si los dos países persisten en su negativa a acogerlos.