El comandante Ahmed Wahbi formaban parte de Radwan, la fuerza de élite de Hezbolá y murió en el bombardeo del viernes en Beirut. Otros 14 miembros de la milicia también fallecieron en el bombardeo israelí.Según el último balance del Gobierno libanés, la cifra de muertos se eleva a 31. La ONU se declaró el viernes "muy preocupada" por la situación y llamó "a todas las partes a la desescalada inmediata".

Hezbolá ha confirmado esta madrugada la muerte de otro de sus principales comandantes, Ahmed Wahbi, en el bombardeo en Beirut ayer viernes en el que también resultó muerto Ibrahim Aqil. Ambos formaban parte de Radwan, la fuerza de élite de Hezbolá, que dirigía Aqil. Además, otros 14 miembros de la milicia fallecieron en el bombardeo israelí.

Según el último balance del Gobierno libanés, la cifra de muertos se eleva a 31, entre ellos tres niños y siete mujeres. El ataque se llevó a cabo en el suburbio beirutí de Daniye, bastión de Hezbolá donde también fue asesinado en julio el número dos de la milicia chií, Fuad Shukur. “Nuestros objetivos son claros y nuestras acciones hablan por sí mismas”, ha señalado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en el primer comunicado de su oficina desde que comenzó esta nueva operación contra Hezbolá. Dos horas antes del ataque, la milicia chií había lanzado más de un centenar de cohetes contra el norte de Israel.

El ejército israelí había anunciado que llevó a cabo "un ataque selectivo" y "eliminando a Ibrahim Aqil, comandante de la unidad Radwan", y a otras "figuras de primer plano de la red de operaciones y la cadena de mando".

 

Aqil, nacido en una localidad del Valle de la Bekaa en el 1962, pertenecía a la “generación fundadora” de la milicia, según ha destacado Hezbolá. Desde los años 80 figuraba en la rama militar del grupo chií  y a partir de 2008, ocupó el cargo de vicesecretario general de Operaciones y supervisó el establecimiento, desarrollo y liderazgo de la Fuerza Radwan resume Hezbolá.

Estados Unidos ofrecía una recompensa de siete millones de dólares por información sobre Ibrahim Aqil, considerado como un "miembro principal" de la organización que reivindicó el atentado contra la embajada estadounidense en Beirut en 1983, que dejó 63 muertos. El primer ministro libanés, Najib Mikati, denunció el ataque a una zona residencial, lo que "prueba una vez más que el enemigo israelí no tiene ninguna consideración humanitaria.

Este es el tercer bombardeo del suburbio sur de Beirut, desde el inicio de la guerra entre Israel y el Hamás palestino hace casi un año, pero los duelos de artillería entre los dos países son casi diarios desde entonces en la frontera.

La ONU se declaró el viernes "muy preocupada" por la situación y llamó "a todas las partes a la desescalada inmediata" y a "mostrar la máxima moderación", en momentos en que la guerra en la Franja de Gaza se desplaza hacia Líbano.

La operación del viernes se produjo tras dos oleadas de explosiones de bíperes y walkie-talkies utilizados por miembros de Hezbolá, que entre el martes y el miércoles dejaron 37 muertos y unos 3.000 heridos en bastiones de la milicia en Líbano.El jefe del grupo islamista, Hasan Nasralá, acusó a Israel de esas explosiones y prometió un "justo castigo".

Israel no comentó estos ataques, ocurridos sobre todo en la periferia sur de Beirut, así como en el sur y el este de Líbano, tres feudos de Hezbolá.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió que el derecho internacional "prohíbe" el uso de artefactos "explosivos" que parezcan objetos "inofensivos" y consideró "un crimen de guerra cometer actos de violencia destinados a sembrar el terror entre la población civil".

El ejército israelí aseguró que no tenía como objetivo aumentar las tensiones regionales. "No estamos buscando una escalada amplia en la región", declaró el portavoz militar Daniel Hagari.

(Con AFP y medios locales)