La bomba de relojería de la explosión demográfica podría desactivarse pronto en Egipto. El número de recién nacidos bajó un 7% en 2023 con respecto a 2022.
Por Alexandre Buccianti, corresponsal de RFI en El Cairo
Se trata de una caída sin precedentes. No significa que el número de egipcios ya no aumente. A finales de 2022 habrá 104 millones, frente a 105,5 millones a finales de 2023. Pero el crecimiento demográfico está disminuyendo. En 2023, los egipcios tendrán 150.000 bebés menos que en 2022. Todo un récord. La tendencia a la baja del número de recién nacidos comenzó hace cinco años. La media de hijos por mujer cayó de 3,5 en 2018 a menos de tres en 2023.
Las proyecciones demográficas preveían una población de más de 200 millones en 2030, por lo que el número de habitantes será menor, lo que es una buena noticia dado que el país ya sufre escasez de agua, con solo 500 litros de agua por habitante y año. Esta escasez se ve agravada por el aumento de la población y por la gran presa etíope sobre el Nilo.
¿Está la inflación detrás de este descenso?
Las autoridades afirman que se debe a los esfuerzos realizados por el Gobierno desde 2015, en particular mediante la multiplicación de centros médicos para el control de la natalidad, la distribución casi gratuita de todo tipo de anticonceptivos y una campaña mediática y publicitaria sobre el tema "dos es mejor".
Pero para muchos observadores, la principal causa de esta caída de los nacimientos es la vertiginosa subida de los precios en los últimos cinco años. Ahora cuesta cuatro veces más alimentar a un bebé que en 2018. Es más, el tercio de los egipcios que vive por debajo del umbral de la pobreza ha visto cómo el Gobierno bloqueaba las ayudas económicas y más allá del tercer hijo. Es muy probable que este fenómeno continúe. La inflación seguirá e incluso aumentará. El año 2024 marcará sin duda un nuevo récord de descenso de la natalidad.