El lunes por la noche, François Bayrou declaró en un canal de noticias que Francia se “acercaba” a un “sentimiento de sumersión” en materia de inmigración, lo que provocó un torrente de protestas por parte de la izquierda, mientras fue celebrado por conservadores y la extrema derecha.
François Bayrou sostuvo el martes su opinión de que Francia enfrenta una “sumersión” migratoria, aunque limitándola al territorio ultramarino de Mayotte y algunos otros departamentos franceses. De este modo, clarificaba sus declaraciones un día antes, cuando declaró en el canal LCI que Francia se “acercaba” a un “sentimiento de sumersión” en materia de inmigración, lo que desató un torrente de protestas.
La expresión, utilizada hasta ahora por la extrema derecha, ha dividido al campo centrista en el poder y escandalizado a la izquierda, hasta el punto de provocar la anulación de una reunión entre los socialistas y el Gobierno sobre el presupuesto y la posible no censura.
“Cualquiera que se enfrente a la situación de Mayotte, y no es el único lugar en Francia, puede ver que la palabra sumersión es la más adecuada. Porque todo un país, (…) toda una comunidad de departamentos franceses se enfrenta a oleadas de inmigración ilegal que alcanzan el 25% de la población”, dijo el Primer Ministro, aplaudido por los diputados de Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen.
“No son las palabras las que escandalizan, son las realidades”, añadió Bayrou, negando cualquier “connivencia” con nadie.
Respondía así al líder de los diputados socialistas, Boris Vallaud, que le acusó de haber “tomado prestado (este vocabulario) a sabiendas de la extrema derecha”.
El día anterior, en LCI, François Bayrou había afirmado que “las aportaciones extranjeras son positivas para un pueblo, siempre que no superen una determinada proporción”.
Al decir “que todo es cuestión de proporción”, el primer ministro “ha justificado la política que deseo seguir”, se congratulaba el martes el Ministro del Interior, Bruno Retailleau (del partido conservador Los Republicanos), formación del ala más derechista del Ejecutivo.
“Que un hombre centrista, moderado y equilibrado pueda decir, después de mes y medio en Matignon, que hay una proporción de extranjeros en suelo nacional que no se debe sobrepasar, es un paso adelante”, se hizo eco su homólogo de Justicia, Gérald Darmanin (Renacimiento, el partido liberal de Emmanuel Macron).
Desde Agrupación Nacional, mientras el vicepresidente Sébastien Chenu se felicitaba por haber “ganado la batalla ideológica”, Marine Le Pen espera que François Bayrou “actúe según sus observaciones”.
Las declaraciones del Jefe del Gobierno también escandalizaron al ala izquierda del campo presidencial. La Presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, “nunca habría hecho estos comentarios”, que la “avergüenzan”.
Según el instituto nacional de estadísticas, INSEE, en 2023 la población extranjera residente en Francia ascenderá a 5,6 millones de personas, es decir, el 8,2% de la población total, frente al 6,5% en 1975.
La opinión de Bayrou Esta opinión es compartida por la mayoría de los franceses encuestados en un sondeo reciente del instituto CSA. El 65% de los encuestados cree que Francia está siendo inundada por la inmigración, el 34% piensa que no es así y el 1% se abstiene.