Al menos 80 personas han muerto y más de 11.000 han sido desplazadas después de que la guerrilla del ELN iniciara en los últimos días una ola de violencia en Colombia por el control de las zonas de producción de coca. En un intento por contener los crímenes, el presidente Gustavo Petro decretó el “estado de conmoción interior” y el estado de emergencia económica.
Por Elianah Jorge, corresponsal de RFI Brasil en Venezuela
La decisión fue una respuesta a las recientes acciones violentas de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y del Frente 33, grupo disidente de las FARC activo en algunas regiones de Colombia.
La región más afectada es el Catatumbo, en el noreste del país y cerca de la frontera con Venezuela.
En un intento por recuperar la autoridad, el gobierno colombiano anunció la aplicación del “estado de conmoción interior”. Esta medida, avalada por la Constitución del país, autoriza al presidente a adoptar medidas excepcionales en situaciones de crisis que amenacen la seguridad y el orden público.
Entre las prerrogativas figuran la suspensión de ciertos derechos y garantías, así como la posibilidad de llevar a cabo acciones militares sin ciertas restricciones. El “estado de conmoción interior” garantiza un refuerzo de la seguridad del Estado y el Ejecutivo tiene poderes especiales para elaborar decretos. Estará en vigor durante 90 días y podrá prorrogarse por un periodo similar si así lo decide el Tribunal Constitucional del país.
El gobierno espera que con estas medidas cuente con las herramientas legales, logísticas y de seguridad para frenar la ola de violencia.
Además de lo que ocurre en el Catatumbo, la situación también es tensa en el Guaviare (sureste), donde los enfrentamientos protagonizados por disidentes de las FARC han causado la muerte de al menos 20 personas.
Ni diálogo ni paz
Desde el jueves 16, la frontera entre Colombia y Venezuela está inmersa en una ola de violencia entre el ELN y disidentes de las FARC, que ha aterrorizado a la población civil. El ELN ha acusado a las FARC de iniciar el conflicto matando a civiles. Por su parte, las FARC no han respondido públicamente a la acusación.
El viernes, el presidente Gustavo Petro suspendió las conversaciones de paz con la guerrilla del ELN después de que decenas de personas murieran en la región del Catatumbo tras enfrentamientos entre miembros de la guerrilla y disidentes de las FARC. El sábado, el ejército colombiano anunció el envío de tropas adicionales a la región para intentar restablecer la paz.
La situación llevó a Petro a afirmar que “el ELN no tiene voluntad de paz”
En 2016, las FARC firmaron un tratado de paz con el Estado. El ELN, que es el mayor grupo armado activo en Colombia, había estado negociando con el Gobierno. Sin embargo, tras la ola de violencia, los diálogos se rompieron.
El objetivo de Petro era dejar un legado de una Colombia más pacífica. Al comienzo de su mandato, invitó a los grupos guerrilleros a las conversaciones de paz. A un año del final de su mandato, el presidente afirma que “el ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá”.
Huida a Venezuela
Cientos de personas huyen de las regiones donde operan los grupos paramilitares. El principal destino es Venezuela, por su proximidad geográfica a la región del Catatumbo. El gobierno colombiano ha activado una operación espacial para ayudar a quienes se han visto obligados a abandonar sus hogares. Personas de diversas edades, incluidos ancianos, niños y mujeres embarazadas, están siendo evacuadas en helicópteros y embarcaciones medianas y pequeñas. Algunos están utilizando sus propios recursos, como coches, motos y bicicletas, para huir de la región.
La violencia ha alterado la vida cotidiana en la zona. En algunas zonas ya hay escasez de alimentos, lo que agrava aún más el drama de quienes, a pesar de las circunstancias, insisten en permanecer en sus casas.
Las morgues del Catatumbo están saturadas. Además, la falta de infraestructuras y la huida de la gente han provocado que los cadáveres en descomposición yazcan a la intemperie, aumentando la posibilidad de un brote de enfermedades.
La Fuerza Pública ha anunciado que pronto comenzará una nueva fase para entrar en las zonas críticas y repeler a los rebeldes. Más de 5.000 soldados están desplegados en la región del Catatumbo tanto para apoyar a la población civil como para controlar las acciones de la guerrilla.
El ELN y Venezuela
Desde 2016, el ELN ha ampliado su presencia en Venezuela y en las regiones fronterizas con Colombia. El grupo guerrillero lidera frentes de contrabando y narcotráfico entre ambos países. Al mismo tiempo, tropas paramilitares controlan algunos de los pasos fronterizos ilegales. El ELN está presente en al menos ocho de los 24 estados venezolanos y también actúa en zonas de minería ilegal.
Venezuela es uno de los países mediadores y ha acogido diálogos de paz con la guerrilla del ELN.
Tras la investidura del presidente Nicolás Maduro el 10 de enero, la participación del país en el proceso de paz se ha visto obstaculizada. El gobierno de Petro no reconoce la victoria de Maduro, ya que no ha mostrado pruebas que confirmen la transparencia de las elecciones. Sin embargo, se han mantenido las relaciones diplomáticas. La fragilidad de las relaciones bilaterales sumada al acercamiento entre el gobierno de Maduro y el ELN ha debilitado aún más el ya antiguo intento de diálogos de paz.
Durante años, el gobierno venezolano ha apoyado a los líderes del ELN, a veces de forma encubierta y otras abiertamente. Los analistas consideran que la reanudación de las acciones violentas del ELN y el deterioro de las relaciones entre Colombia y Venezuela suponen un aumento de la complejidad en las zonas fronterizas entre ambos países, especialmente en lo que se refiere al narcotráfico internacional.