Cuatro años después de ver cómo su triunfo se le escapaba de las manos, la serenidad no ha abandonado nunca a Charlie Dalin, finalmente vencedor indiscutible de la Vendée Globe gracias a su excepcional pericia marinera y a un recorrido impecable.

A sus 40 años, el navegante del Normandía ha sido una vez más el primero, frente a Les Sables-d’Olonne, en cruzar la línea de meta de una vuelta al mundo que ha recorrido en su mayor parte a bordo de su velero volador de última generación (Macif). Y a diferencia de la edición anterior, en la que Yannick Bestaven se coronó campeón a su costa, esta vez su rival más cercano no se beneficiará de una bonificación de tiempo para adelantarlo en la clasificación, para privarlo de una victoria con la que sueña desde sus primeras viradas a los seis años.

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“Este segundo puesto (en 2021) fue una gran frustración. Durante mucho tiempo, me despertaba por la noche y repasaba la regata, las maniobras, las elecciones de velas para entender dónde había dejado escapar ese tiempo”, declaró el skipper a la AFP antes de la salida. Podría haberlo devorado… pero la decepción no hizo más que reforzar la determinación de este gran rigorista racional y perfeccionista, considerado por todos sus compañeros como uno de los mejores regatistas de su generación.  

En punta durante la mayor parte de la regata

“Soy segundo y quiero hacerlo mejor, así que no hay muchas más soluciones”, afirmaba, sin mostrarse preocupado por la posibilidad de perder, a pesar del carácter altamente imprevisible de su deporte, que descubrió por casualidad durante unas vacaciones en Crozon (Finisterre).

Dalin, nacido en Le Havre y residente en Concarneau, es regatista profesional desde 2011. Formado como arquitecto naval, “siempre ha tenido ese lado decidido, orientado al rendimiento, capaz de realizar un enorme esfuerzo para lograr su objetivo”, explica a la AFP el skipper Fabien Delahaye, compañero de entrenamiento en el centro de regatas oceánicas Finistère de Port-La-Forêt.

Dalin partió de Les Sables-d’Olonne (oeste de Francia) el 10 de noviembre y cruzó la línea de meta al amanecer, a las 8:24 (GMT+1), entre los bocinazos de una nutrida comitiva de embarcaciones. Líder durante la mayor parte del recorrido, debería aventajar en media jornada al skipper del Paprec Arkéa, Yoann Richomme, con quien mantiene un intenso duelo desde que dobló el Cabo de Hornos.

Récord de la regata

Acompañado por su mujer y su hijo de siete años al cruzar la línea de meta, el navegante normando ha conquistado por fin el Grial de las regatas oceánicas que codiciaba desde hacía cuatro años, después de haber perdido el título por menos de tres horas en la edición anterior. Golpeado por la emoción y agotado por el cansancio, el navegante de 40 años levantó los brazos al cielo durante largos minutos antes de desplomarse durante unos segundos sobre la cubierta de su velero.

Dalin ha establecido varios récords de navegación a lo largo de su carrera. A bordo de su velero hidroala de última generación, ultrarrápido y muy versátil, se tragó la etapa Cabo de Buena Esperanza (Sudáfrica) – Cabo Leeuwin (Australia) en sólo 9 días y 22 horas. Sobre todo, el navegante estableció un nuevo récord de la prueba, batiendo en más de nueve días el tiempo establecido por Armel Le Cléac’h en la edición 2016/2017 (74 d 3 h 35 min).