Millones de dólares de deuda y problemas de liquidez. Ante estas dificultades financieras, el fabricante solicita acogerse al Capítulo 11 del Código de Quiebras estadounidense. Esto le permitirá seguir operando, al tiempo que le da tiempo para llegar a un acuerdo con sus acreedores.

"Desde hace varios años, la situación financiera de la empresa se vio duramente afectada por un entorno macroeconómico difícil", afirmó Laurie Ann Goldman, la presidenta ejecutiva de la empresa, que presentó un pedido de protección conforme al capítulo 11, la legislación estadounidense sobre quiebras.

 "Hemos explorado varias opciones estratégicas y hemos estimado" que ponerse bajo la ley de protección de las quiebras era "la mejor salida", explicó la responsable en los documentos sobre el proceso de insolvencia.

Esta iniciativa tendría que aportar "una flexibilidad esencial" para la transformación tecnológica de la empresa, agregó.

Popularidad en declive

La difícil situación de la empresa no es nueva. Desde los años 50, Tupperware se ha hecho un nombre gracias al éxito de sus famosas reuniones, un sistema de venta directa a domicilio.

Pero hoy, su popularidad está en declive. Los productos Tupperware ya no son populares entre el gran público. El fabricante sufre por su imagen poco respetuosa con el medio ambiente, frente a competidores que producen envases ecorresponsables.

Debilitada por el auge del comercio electrónico e incapaz de atraer a los clientes más jóvenes, la empresa está al borde del colapso tras la crisis de Covid. A mediados de agosto, el grupo explicó que seguía “enfrentándose a importantes problemas de liquidez” y que tenía «dudas sobre su capacidad para continuar como empresa en funcionamiento».

En 2022, sus ventas descenderán a 1.300 millones de dólares, una caída de casi el 20%. Los estados financieros del grupo no se han publicado desde esa fecha.

Creada en 1946, Tupperware se convirtió en un éxito total en Estados Unidos y en muchos otros países gracias a la eficacia de su red de representantes.

Aunque al principio estos recipientes de plástico para los alimentos se vendían en los comercios, la empresa lanzó luego una serie de "reuniones Tupperware" a domicilio, entre un representante del grupo y los posibles compradores.