Investigadores del Centre for Energy and Clean Air Research (CREA) y del Global Energy Monitor (GEM) advierten de que en 2024 China puso en marcha la construcción de 94,5 gigavatios (GW) de centrales eléctricas de carbón, el nivel más alto desde 2015. Esta evolución parece contradecir el compromiso del presidente Xi Jinping de alcanzar el pico de emisiones de carbono antes de 2030.
Con Clea Broadhurst, corresponsal de RFI en Pekín
A pesar de la inversión récord en energías renovables, China sigue acelerando la construcción de centrales eléctricas de carbón.
Desde los cortes de electricidad de 2023, la principal preocupación de Pekín es la seguridad energética. El resultado: un aumento de las autorizaciones para nuevos proyectos de centrales de carbón.
Pero éste no es el único obstáculo a la transición energética. Los contratos de suministro a largo plazo y las grandes inversiones mineras dificultan la integración de las energías limpias. Además, la ausencia de un mercado nacional de la electricidad provoca un exceso de construcción de centrales de carbón en las regiones.
Aunque las energías renovables avanzan -representaban el 44% de la producción eléctrica en mayo de 2024-, el carbón sigue siendo dominante, con un 53% del mix energético. Esta situación pone en peligro los compromisos climáticos de China y sus esfuerzos por reducir las emisiones y avanzar hacia un sistema energético más sostenible. El objetivo es alcanzar el pico de emisiones en 2030 y la neutralidad de carbono en 2060.
Queda por ver si el decimoquinto plan quinquenal, previsto para los próximos meses, fijará nuevos objetivos para reducir la dependencia del carbón.