El Estado Mayor del ejército ucraniano declaró el miércoles 8 de enero que había utilizado drones para atacar un depósito de petróleo en Engels, donde tiene su base la fuerza aérea estratégica rusa. El ataque, a 500 kilómetros de la frontera ucraniana, ilustra la omnipresencia de los drones en este conflicto. Después de casi tres años de guerra, la respuesta es clara: los drones de combate se han convertido en los nuevos reyes del campo de batalla.
Las cifras son asombrosas: sólo en 2024, Ucrania produjo más de un millón de drones, la mayoría de ellos suicidas, responsables de la mayoría de los ataques en primera línea.
“Estas máquinas, de todos los tamaños”, dice el coronel Frédéric, conocido artillero francés y ex comandante de la Task Force Wagram en Irak (desplegada de 2016 a 2019, participó en el “pilar de apoyo” de la operación Inherent Resolve en Irak. Equipados con cañones César, los artilleros apoyaban la acción de las fuerzas asociadas comprometidas sobre el terreno en los combates contra ISIS), han revolucionado el arte de la guerra en todos los ámbitos: “Los drones permiten, sobre todo, disparar en profundidad para dar forma al adversario y destruir sus propios medios de artillería, es lo que llamamos ganar superioridad de fuego, es la contrabatería. También podemos destruir puestos de mando, depósitos logísticos o concentraciones de fuerzas. Los drones también pueden utilizarse para compartimentar al enemigo. Esto significa, por ejemplo, llevarlos a un lugar donde puedan ser emboscados. Seguimos necesitando otros sensores. Los observadores de artillería siempre están ahí, y los radares también pueden utilizarse para detectar el movimiento de una columna blindada en una carretera. Es una combinación de todos estos sensores lo que nos permite abrir la niebla de guerra y detectar la posición del enemigo, comprender sus maniobras y llamar al fuego de artillería, utilizando morteros, el cañón Caesar y, por qué no, un lanzacohetes unitario si es necesario”.
Hasta 10.000 drones utilizados cada día en Ucrania
Para compensar la escasez de proyectiles, el ejército ucraniano ha recurrido a los drones, llegando a utilizar hasta 10.000 al día. “El uso masivo de drones es una revolución, y tenemos que aprender de ella”, afirma el experto en aeronáutica Xavier Tytelman. “En Ucrania hay un dron por cada 6 u 8 personas, y tenemos la omnipresencia de los drones kamikazes. Tanto en Estados Unidos como en Europa, nadie está preparado para hacer la guerra con 10.000 drones al día. Sin embargo, eso es lo que se necesita para la guerra. Y eso es lo que está produciendo los resultados que están permitiendo a Ucrania destruir todas las ofensivas rusas y tener tanto éxito en términos de equilibrio de poder y número de bajas. La Agencia Europea de Defensa ha establecido los cuatro ámbitos en los que es absolutamente necesario reforzar. Estas áreas incluyen las municiones de un solo uso, las municiones operadas a distancia, los drones kamikaze y la guerra electrónica. Y creo que son los dos ámbitos en los que nos hemos dado cuenta de que no estamos a la altura de las circunstancias y de que tenemos que mejorar”.
La importancia del binomio dron-cañón
El coronel Frédéric insiste en que la artillería vuelve a ser la reina de las batallas: “Ya hemos utilizado la combinación dron-cañón en otras operaciones, sobre todo en la ‘Operación Inherent Resolve en el Levante’ (Operación Inherent Resolve (OIR) es el nombre de la operación militar estadounidense llevada a cabo en el marco de la coalición internacional en Irak y Siria, a partir de agosto de 2014). Es cierto que hoy en día, gracias a la proliferación de todo tipo de drones, esto significa que el bucle entre el sensor y los efectores se puede acortar aún más rápido, por lo que se puede hacer frente a cualquier tipo de objetivo. También significa que el fuego de artillería puede descentralizarse hasta el nivel más bajo para hacer frente a objetivos que de otro modo habrían sido detectados por estos drones, que por fin han creado una transparencia real en el campo de batalla. Esta rapidez en la toma de decisiones ha supuesto una mayor eficacia para los beligerantes”.
El año 2025 será testigo de un aumento de la automatización de los drones, sobre todo para volar a zonas de combate y atacar objetivos seleccionados, de nuevo para llevar una jugada de ventaja sobre el enemigo.