Al poner un pie en territorio de los Emiratos Árabes Unidos se está de inmediato bajo vigilancia gubernamental. De acuerdo con un informe de Human Right Watch (HRW), los participantes de la COP28 están siendo monitoreados, ya sea desde su llegada al aeropuerto donde se les toma sus datos biométricos, por cámaras de vigilancia y por un acceso a la información de sus celulares y computadoras. La ONG pide que esta cumbre climática sirva para dar a conocer la represión de la potencia petrolera.

“Si hay una red expansiva de cámaras de vigilancia conectadas con reconocimiento facial, es decir, que pueden rastrear a todas las personas y en cualquier lugar, además de un monitoreo de redes sociales, de post y comentarios, ¿cómo asegurar la protesta y la comunicación libre?”, expresó Zach Campbell, investigador sobre temas de vigilancia en HRW.

Además, el investigador de HRW aseguró que el gobierno de este país utiliza Pegasus, un programa informático israelí utilizado por gobiernos de otros países para espiar a opositores.

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Cumbre climática

De acuerdo con el informe, los participantes de la COP28, desde que aterricen en Dubái, “estarán expuestos a una vigilancia gubernamental intrusiva". La vigilancia a la que estarán expuestos los participantes de esta Cumbre Mundial de Acción Climática, podría dificultar las negociaciones, además de propiciar un ambiente de inseguridad para los activistas al momento de expresarse.

“Es importante que los activistas provenientes de todo el mundo se sientan libre a protestar”, dijo Campbell, quien recordó que hay un largo y documentado historial de personas perseguidas por el régimen.

“Esto es lo que viven los residentes de los Emiratos diariamente. Hay información de personas que fueron encarceladas por haber publicado en Facebook o por haber hecho declaraciones en público en contra del gobierno. Esto es su pan de cada día, no sólo cuando viene gente del extranjero”.

Para los Emiratos, la COP28 será una oportunidad fantástica para vender su experiencia en combustibles fósiles, porque lejos de querer retirarse del petróleo, pretenden llevar su ventaja lo más lejos posible. Quieren producir cinco millones de barriles diarios en 2030, dos millones más que en 2022. Planean explotar el petróleo durante otros cincuenta años. El sultán al-Jaber lo ha asumido. Siempre ha abogado por incluir esta industria en los debates de la COP28.