En Cali, Colombia, más de 190 países discuten la puesta en aplicación del acuerdo de Kunming-Montreal para detener la destrucción de la naturaleza. Este martes la COP16 biodiversidad entra en su fase más política, con la presencia del secretario de Naciones Unidas Antonio Guterres y algunos jefes de Estado, quienes intentarán destrabar las negociaciones sobre el financiamiento.
Con nuestra enviada especial en Cali, Lucile Gimberg.
Además de los presidentes de Guinea-Bisáu y de Armenia, los jefes de Estado de Ecuador, Bolivia, Haití y Surinam respondieron a la invitación del presidente colombiano Gustavo Petro.
“Para los mandatarios latinoamericanos, la protección de la biodiversidad se está volviendo tan importante como la lucha contra el cambio climático”, analiza para RFI el director del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, Sébastien Treyer.
El brasileño Lula ha tenido que cancelar su participación tras el traumatismo que sufrió en la cabeza al caerse.
Un fondo específico
En el menú de las discusiones de esta COP de Cali: la traducción por cada país de los compromisos internacionales tomados en Montreal hace dos años para detener la pérdida de biodiversidad.
Para hacerlo, los países en desarrollo – Argentina, Brasil y los países africanos – reclaman que los Estados ricos desembolsen el dinero prometido. Exigen también la creación de un fondo específico.
En frente, los países ricos se niegan a crear un nuevo fondo, pero siete de ellos, más la provincia canadiense de Quebec, les han tendido la mano al anunciar nuevas contribuciones financieras por 163 millones de dólares.