Decenas de personas se concentraron el miércoles a las puertas del Tribunal de Justicia de Río de Janeiro para exigir que por fin se haga justicia por el asesinato de la concejala Marielle Franco, quien fue acribillada en marzo de 2018 junto a Anderson Gomes, el chófer del vehículo en el que viajaba.
Los familiares de Franco y de Gomes acudieron muy emocionados al inicio del juicio contra los presuntos autores materiales del crimen: Élcio de Queiroz, quien conducía el vehículo desde el que se hicieron los disparos, y Ronnie Lessa, quien dijo haber apretado el gatillo.
Ambos confesaron el crimen y están presos desde hace siete años en cárceles de máxima seguridad fuera del estado de Río de Janeiro, por lo que participarán de forma telemática en el proceso.
Los acusados se enfrentan a una condena de 84 años de cárcel cada uno. Se trata de la pena máxima que pedirá la Fiscalía al jurado popular, que deberá decidir si son inocentes o culpables.
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Además de a sus supuestos asesinos, los investigadores también llegaron a los mandantes del crimen, dos viejos conocidos de la política carioca: los hermanos Chiquinho y Domingos Brazão.
Asimismo, está acusado Rivaldo Barbosa, un comisario de la policía que se encargó del caso en un primer momento y que habría actuado para encubrirles.
No obstante, para estas tres personas aún no hay fecha de juicio.