Los vecinos más cercanos de Estados Unidos, Canadá y México, son también los primeros objetivos de las medidas radicales anunciadas por Donald Trump en su toma de posesión. El nuevo presidente estadounidense ya amenaza a Ottawa con aranceles del 25%, al tiempo que los mexicanos son los primeros en ser blanco de su política migratoria.
Una vez más, el presidente estadounidense ha cogido por sorpresa al Gobierno canadiense al amenazar con imponer aranceles del 25% a los productos que entren en Estados Unidos a partir del 1 de febrero de 2025. Donald Trump no lo había mencionado durante su discurso de investidura. Canadá casi respiraba aliviada. Pero bastó una pregunta de un periodista estadounidense en el Despacho Oval por la noche para que el tema resurgiera, recuerda nuestra corresponsal en Montreal, Pascale Guéricolas.
El presidente Donald Trump no dejó ninguna duda sobre su intención de imponer aranceles a los productos canadienses, y el Gobierno reaccionó rápidamente. Para la ministra de Asuntos Exteriores, hay que defender los intereses de los canadienses y proteger el empleo. Mélanie Joly señaló que eso significaba proteger la frontera, para lo que su Gobierno ha previsto invertir un presupuesto de casi mil millones de euros.
Ottawa, lista para contraatacar
A primera hora de la tarde, el presidente Donald Trump acusó a Canadá de abusar de Estados Unidos al dejar pasar a demasiada gente y drogas como el fentanilo. Por ello, pretende imponer un impuesto del 25% a las mercancías procedentes de Canadá. El Gobierno canadiense aún confía en revertir esta decisión. Si no lo consigue, podría gravar a su vez productos estadounidenses como el zumo de naranja de Florida o el bourbon, un whisky del estado de Kentucky. Las medidas para gravar otros productos estadounidenses también forman parte de la posible respuesta canadiense.
Tal y como había anunciado, el nuevo presidente estadounidense también ha decidido golpear con dureza en la frontera con México desde las primeras horas de su mandato. Había prometido cerrar el acceso a Estados Unidos y suprimir el programa CBP One, que permitía a los migrantes pedir una cita a México para solicitar asilo.
Migrantes bloqueados en la frontera mexicana
En el lado mexicano, miles de migrantes, principalmente procedentes de América del Sur y Central, se encuentran perdidos y sin opciones, obligados a esperar a ver qué ocurre a continuación, qué sistema sustituirá al antiguo. Muchos de ellos están atrapados en México, en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, informa nuestra enviada especial, Gwendolina Duval.
“Creo que es injusto. Esta misma mañana ha llegado más gente. ¿Por qué no se nos da esta oportunidad? ¿Por qué?”, pregunta una mujer que acaba de enterarse de que ya no podrá presentar una solicitud de asilo en Estados Unidos, a pesar de que su cita estaba prevista para la tarde.
Como otro centenar de personas que esperaban desde primera hora de la mañana, Yaledi esperaba ser de las últimas en beneficiarse del programa CBP One. “Creo que se ha acabado. La aplicación ya ni siquiera se abre”, explica. Dice que el programa se detuvo instantes después del primer discurso de Donald Trump. Como esta venezolana, miles de migrantes que siguen en México están ahora a oscuras. “Siento que he perdido el tiempo. Siete meses de mi vida aquí en este país perdiendo dinero y energía”, se lamenta.
En el centro de Ciudad Juárez, Carly Fernández también acaba de recibir un correo electrónico cancelando su cita prevista para febrero. Está intentando convencer a su familia de que se quede un tiempo, con la esperanza de que se encuentre una solución en los próximos días. “Hemos luchado mucho para llegar hasta aquí. Tendremos que esperar a ver qué pasa. Mi hermana quiere volver a casa, está cansada de todo lo que hemos pasado para llegar hasta aquí, para nada…”. En México, la gente se pregunta ahora cuándo llegarán los deportados de Donald Trump y cuántos serán.