Brasil está en medio de una grave ola de incendios y el último afectado ha sido el parque nacional de Brasilia, un valioso paraje natural a las afueras de la capital. El fuego ha consumido más de 1.200 hectáreas espoleado por la sequía, porque en Brasilia no llueve desde el mes de abril.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobrevoló la zona en helicóptero el domingo y este lunes prevé reunirse con la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, para anunciar más medidas extraordinarias para el combate a los incendios.

Brasil vive la peor sequía en 70 años y en agosto los incendios batieron récords históricos. En lo que va de año el fuego ha consumido en Brasil más de 11 millones de hectáreas, una superficie que triplica el tamaño de Suiza.

La Amazonía es la región más afectada. Buena parte de los incendios son provocados para abrir terreno para la agricultura y la ganadería de forma ilegal. La ministra de Medio Ambiente ya habla de “terrorismo climático” y la Policía Federal ha abierto más de 50 investigaciones.

Ante la situación de emergencia, el Tribunal Supremo autorizó al Gobierno a emitir créditos extraordinarios, fuera de las metas fiscales, para poder gastar más en el combate a los incendios.