A pocas semanas de las elecciones legislativas, el gobierno del primer ministro kosovar Albin Kurti vuelve a atacar a la comunidad serbia de Kosovo. Este 15 de enero, la policía del país cerró varios edificios oficiales utilizados por esta comunidad, algunos de los cuales prestaban servicios administrativos.
Con el corresponsal de RFI en Belgrado, Laurent Rouy
Para el ministro del Interior de Kosovo, Xhelal Svecla, no se puede “permitir” el más mínimo “paralelismo”, “y menos aún que Serbia participe en actividades delictivas que violarían la Constitución y el Estado de derecho en nuestro país”.
Este comentario lo hizo en medio de una operación policial durante la cual las fuerzas del orden cerraron 10 oficinas municipales, entre ellas una en la capital, Pristina, financiadas por Belgrado y que prestaban servicios administrativos a la minoría serbia.
“Instituciones paralelas y criminales”
“El tiempo de los municipios e instituciones paralelas y criminales de Serbia en la República de Kosovo está llegando a su fin”, declaró el ministro kosovar. Xhelal Svecla añadió que durante esta operación policial también se habían cerrado varias oficinas de correos y de hacienda serbias.
En total, se cerraron “35 instituciones” que empleaban a unas “1.100 personas”, según precisaron en la televisión privada serbia B92, al comienzo de una entrevista con el presidente serbio Aleksandar Vucic.
El ataque a las instituciones utilizadas por la comunidad serbia se ha convertido en algo habitual en Kosovo, donde las autoridades han cerrado oficinas de correos y bancos, y prohibido la importación de productos de consumo si están fabricados en Serbia.
También se ha prohibido el uso del dinar serbio. Las autoridades kosovares tienen por otra parte en el punto de mira a hospitales y escuelas, que tienen dificultades para abastecerse de medicinas y libros escolares.
“Escalada peligrosa”
La dura política de Albin Kurti es popular en Kosovo, un país donde los serbios siguen condenados al ostracismo 26 años después de la guerra entre ambas comunidades. Es probable que beneficie al partido del jefe del Gobierno de cara a las elecciones legislativas del 9 de febrero.
Serbia, que nunca ha reconocido la independencia proclamada en 2008 por su antigua provincia de mayoría albanesa, denunció una “escalada peligrosa”. “Es evidente que [el primer ministro Albin] Kurti utiliza estas provocaciones en el marco de su campaña electoral”, declaró el ministro serbio de Asuntos Exteriores, Marko Djuric, en un mensaje publicado en X, denunciando una “estrategia” que “amenaza la estabilidad de la región”.