La Policía Federal ha acusado al exmandatario Jair Bolsonaro y a otras 36 personas de tramar un golpe de Estado para evitar el regreso del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva al poder.
La policía considera que hay fuertes indicios de que el expresidente brasileño cometió al menos tres delitos: golpe de Estado, abolición del Estado Democrático de Derecho y pertenencia a organización criminal. Las penas máximas para estos delitos suman hasta 28 años de cárcel.
Después de casi dos años de investigación y un informe de más de 800 páginas, ahora será la Fiscalía quien decida si imputa a Bolsonaro y el resto de presuntos implicados en la trama.
Entre los señalados por la policía hay dos generales del Ejército, algo inédito en la historia de Brasil: el exministro de Defensa y candidato a vicepresidente con Bolsonaro, y el ministro jefe del Gabinete de Seguridad Institucional.
Bolsonaro ha reaccionado rápidamente insinuando que es víctima de una persecución judicial y criticando la supuesta “creatividad” de los investigadores.
Hay que recordar también que en el marco de esta investigación esta semana fueron arrestados cuatro militares y un policía por planear asesinar a Lula y otras autoridades tras las elecciones de 2022.