Nunca antes en la historia del mundo, ningún gobierno instalado en medio de una revolución, había rendido cuenta de sus acciones, de sus activos y de la seguridad que había ofrecido a los ciudadanos y a las instituciones, como lo hizo el gobierno constitucional de Francisco Alberto Caamaño, en 1965, y que a través del Intendente general de la revolución, mayor Sucre Féliz Rodríguez, entregó formalmente las cuentas al gobierno que le sustituyó encabezado por el abogado Héctor García Godoy.
La revelación la hizo Sucre Féliz Carbuccia, hijo del Intendente General, y quien desde niño vivió los afanes de su padre por asegurar tanto los bienes materiales y armamentísticos recibidos, como ofrecer seguridad para las instituciones financieras y otros comercios que se encontraban en la llamada zona constitucionalista.
Sucre Féliz Carbuccia, quien estudió en Francia ciencias políticas y jurídicas para el desarrollo, contó los detalles de las actuaciones de su padre, nativo de Azua, en procura de retornar al profesor Juan Bosch al gobierno del que había sido depuesto en septiembre de 1963.
Dijo que en enero 20 de 1965 su padre fue apresado, conduciendo un automóvil en la ciudad colonial, y en ese vehículo iba Peña Gómez con la proclama del golpe de Estado que se daría al triunvirato. Además iban Fenelón Contreras y Many Espinal, pero ambos con Peña Gómez, salieron huyendo para evitar el apresamiento.
Feliz Rodríguez fue herido por un disparo en el pecho en el ataque al Hotel Matum en diciembre de 1965, pero sobrevivió por las atenciones que recibió de Washington de Peña y José García Ramirez, dos jóvenes profesionales de la medicina, quienes lo salvaron luego de que el gobierno de Donald Read intentara dejarlo morir.
A principios de 1970 estando en Francia, Sucre Féliz fue víctima de un atentado en Francia que lo dejó ciego, y aún así siempre fue compañero y cercano de José Francisco Peña Gómez, con quien estuvo muy cerca de Francisco Alberto Caamaño.
A continuación la entrevista completa con Sucre Féliz Carbuccia, realizado por el periodista Fausto Rosario Adames, en su programa ¿Y tú…qué dices? que se divulga todos los días por AcentoTV.