El próximo domingo 16 de octubre, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) celebrará su consulta o preelección para decidir quién de los 6 aspirantes ganará la candidatura presidencial para los comicios de 2024.
Los precandidatos son, en orden alfabético, Abel Martínez (alcalde Santiago), Francisco Domínguez Brito, Karen Ricardo, Luis de León, Margarita Cedeño y Maritza Hernández; tres mujeres y tres hombres.
La Junta Central Electoral (JCE), aunque prestará colaboración al PLD, ha aclarado que esa consulta no es vinculante, al no ser cónsona con la ley.
El PLD ha explicado de que necesite poder definir temprano quién será la figura que ocupará su boleta presidencial para empezar a proponerlo a la ciudadanía. Este argumento parte del hecho de que los dos principales competidores del PLD tienen candidatos definidos: en el Partido Revolucionario Moderno se da como un hecho que el presidente Luis Abinader será repostulado, y en Fuerza del Pueblo es seguro que el candidato será Leonel Fernández.
Hasta el momento Margarita Cedeño y Abel Martínez, según diversas encuestas y sondeos, se proyectan con mayores posibilidades de ganar la consulta, y no parece que esa tendencia pueda cambiar en los días que faltan para que peledeístas y personas no vinculadas a partidos asistan a esa convocatoria. Sería una sorpresa que uno de los otros cuatro resultara ganador.
El futuro del PLD
Con la consulta del 16 de octubre el PLD, en gran medida, se juega su futuro.
El partido morado, que gobernó de corrido entre 2004 y 2020, y antes había gobernado de 1996 a 2000, perdió las tres elecciones de 2020 por varias causas:
La corrupción, que alcanzó niveles nunca vistos en la administración pública de la etapa democrática.
La división, ocasionada por la partida de Leonel Fernández y sus seguidores hacia el Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD), organización que pasó a llamarse Fuerza del Pueblo, tras un proceso de fusión con el grupo leonelista.
Otras causas habría que buscarlas en el engreimiento de muchos dirigentes y funcionarios del PLD, que abusaban de su autoridad y dieron riendas sueltas al favoritismo y al tráfico de influencias.
Ante las protestas masivas contra la corrupción, como las lideradas por el movimiento Marcha Verde, no hubo una respuesta política sabia. Sobre este hecho, el exsenador de Santiago, Julio César Valentín, dijo recientemente que cuando sus compañeros del Comité Político se limitaban a reducir el movimiento social a un asunto de la oposición, se convenció de que el PLD caminaba hacia la derrota.
Y el PLD no solo perdió las tres elecciones de 2020, sino que en los meses que siguieron a esos comicios prosiguió debilitándose con el éxodo de legisladores, alcaldes, regidores y otros dirigentes hacia el partido de Leonel Fernández.
No obstante, el PLD se ha esforzado por recuperarse. Celebró el IX Congreso Ordinario José Joaquín Bidó Medina. En ese congreso, si bien no se produjeron los cambios profundos que reclamaron algunos dirigentes, que hasta se atrevieron a sugerir públicamente que el partido pidiera “perdón al pueblo” por la corrupción que cometieron sus funcionarios, fueron promovidos al Comité Central y el Comité Político algunas caras nuevas, tanto hijos de dirigentes de larga data, como otros de reciente ingreso a las filas de la organización.
Posteriormente, cuando el expresidente Danilo Medina, presidente del PLD, decidió volver a las actividades políticas, se empezó el proceso de reorganización nacional, con la juramentación de nuevos peledeístas (unos 300 mil, según datos de la entidad opositora), y el partido morado empezó a hacer una oposición sistemática, contestando los discursos del presidente Luis Abinader y de los funcionarios.
Por otro lado, dirigentes del PLD han proclamado que el paso de los suyos hacia FP terminó, y que quienes abandonaron el partido morado siempre fueron leonelistas.
Tanto Danilo Medina como Leonel Fernández hablaron de que se suele mentir respecto al número de los inscritos en los padrones de los partidos; ambos argumentaron que sus padrones obedecían a la realidad.
Escenarios después de la consulta del PLD
El peor escenario para el PLD sería que uno de los aspirantes desconozca los resultados, alegue trampa y emprenda reclamos en los tribunales. O que, como no se trata de un proceso de primarias como manda la ley, opte por exigir que se le permita competir en unas elecciones primarias que cuenten con el aval de la JCE.
Si el PLD logra que el 16 de octubre acudan 800 mil personas a votar en su consulta, como han expresado dirigentes peledeístas que trabajan en la organización, recibiría un valioso apoyo y se reafirmaría como un gran partido.
Si, además, ninguno de los aspirantes presidenciales objeta los resultados ni pone en duda la legitimidad, sino que reconoce y apoya al ganador, entonces el PLD podría caminar hacia su recuperación con miras a las elecciones de 2024.
Aunque no se admita, por razones obvias, en estos momentos los ojos de los estrategas de Fuerza del Pueblo y del Partido Revolucionario Moderno (PRM) están sobre el PLD. A ambos partidos les interesa lo que pueda ocurrir en el PLD.
Para el PRM es importante lo que suceda al PLD porque, si la consulta deja mal parado al partido morado, lo podría descartar como opositor con posibilidad de desplazarlo del poder o, si todo sale bien, deberá considerarlo como un opositor fuerte, al que tendría que combatir, atacar y tratar de debilitar en los dos años que faltan para las elecciones de 2024.
En el caso de Fuerza del Pueblo, lo que ocurra en el PLD podría definir su futuro inmediato. Un PLD fortalecido por la consulta del 16 de octubre, que demuestre una votación masiva y una unidad interna que no deje dudas, que no dé lugar a fisuras, se convertiría en el indiscutido líder de la oposición.
Una votación en la que participen 400 mil personas o 500 mil, podría considerarse masiva, pues se trata de unas primarias, aunque por razones legales se hable de "consulta". En las primarias rara vez vota más de un tercio de los inscritos en los partidos. Hablar de 800 mil participantes quizás sea un ejercicio de entusiasmo de los dirigentes del PLD, pero si alcanzan tal cifra podrían festejarlo.
El éxito del PLD podría dar lugar a un éxodo inverso que le lleve a recuperar a muchos de los peledeístas que pasaron a militar en la organización que lidera Leonel Fernández.
Por el contrario, si el PLD resulta debilitado tras la consulta, dejaría el espacio para que FP se convierta de manera definitiva en el partido que le disputaría el poder al PRM en 2024. La suerte está echada.