Aunque parezca extraño, el Movimiento Popular Dominicano había desautorizado a Manolo Plata, tenido como principal responsable de la muerte de El Moreno y Miriam Pinedo, para hablar a nombre del MPD, y sin embargo este seguía controlando la organización en Europa y contaba con el apoyo de una parte de la dirección en Santo Domingo. Plata, amparándose en decisiones tomadas por El Moreno mientras se encontraba en Europa, había logrado escalar un dudoso sitial que le permitía hasta sentirse por encima de la dirección política de El Moreno. Su influencia llegaba tan lejos, que hasta sectores de la dirección del MPD en Santo Domingo, hacían causa común con este sombrío personaje.
La división del MPD en Santo Domingo, que se cuajaba de manera discreta pero acelerada a partir de los crímenes de Bruselas, hizo crisis en el primer trimestre de 1972 en medio de una situación política de persecución, apresamientos y asesinatos de importantes líderes de la izquierda, que evidenciaban una imparable ofensiva del régimen de Balaguer, que usaba como punta de lanza los planes de contrainsurgencias acordados con asesores y organismos de inteligencia extra nacionales comprometidos con dar una respuesta contundente y definitiva al secuestro de Crowley de 1970.
La situación descrita quedó anotada en un documento del Comité del Distrito del MPD, fechado 5 de febrero de 1972, en el que se plantea que “el tiempo, preñado de opresión y terror, ha sido implacable en la confirmación de estos postulados. Pues, de ese tiempo a esta parte, la situación se ha caracterizado por la ofensiva terrorista más despiadada y de criminalidad que conociera nuestro pueblo (…). El genocidio contra Amaury, Chuta, Virgilio y Ulises, dicen claramente que el régimen seguirá con fuerza ensañándose contra el pueblo y la oposición”.
La muerte del Moreno incentivó la confusión de los emepedeistas
El asesinato del Moreno y de Miriam Pinedo ejecutados por miembros del Movimiento Popular Dominicano en Bruselas, profundizó la situación de los izquierdistas exilados en Europa, algunos de ellos tenidos como implicados en los hechos de sangre que salpicaban, principalmente, a la dirigencia del MPD en Paris. Muchos de estos izquierdistas desconocían, aunque era lógico que lo sospecharan, la presencia y las acciones de sicarios al servicio del régimen de Balaguer que se movían en Europa, en contubernio con organismos de inteligencia extranjeros y agentes infiltrados en el MPD, para eliminar a los tenidos como responsables del secuestro del coronel Crowley en marzo de 1970, tal como lo expresó el coronel Pou Castro en un programa de televisión, en los días en que cumplía condena por la muerte del periodista Orlando Martínez, lo que también fue sustentado por el jefe del Servicio Secreto conocido como “Moncho Henríquez”,.
Eliminados El Moreno y Miriam Pinedo en Bélgica, la investigación de las autoridades de ese país y de Francia, se centraron en la persecución contra los revolucionarios dominicanos que residían en París y en otras naciones europeas, lo que obligó a un precipitado ocultamiento de los izquierdistas: algunos viajaron a Canadá, otros a los Estados Unidos y varios de ellos prefirieron quedarse residiendo en Europa; pero lejos de Bélgica y de Paris, como fue el caso de un grupo que se radicó en Italia encabezado por Miguel Reyes Santana (Santanita). Algunos de los integrantes de este último grupo, fueron apresados y acusados de participar en operativos politicos ilegales vinculados a una organización terrorista de la izquierda italiana conocida como Las Brigadas Rojas.
En una declaración a la prensa dominicana, Manolo Plata (señalado como agente infiltrado en el MPD), dada a conocer en el país en la primera semana de abril de 1972, dijo que la Embajada dominicana en Italia “supuestamente gestionaba la devolución a Santo Domingo de cinco dominicanos que fueron detenidos en Milán el pasado día 4. Aunque el Comité de Exiliado en Europa dijo ofrecer esa información que en caso de que fracasen esas gestiones el grupo sería trasladado a Bélgica. Aunque el Comité no cita sus fuentes, asegura que ha tenido información de que peligra la vida de los apresados, a quienes los emepedeistas radicados en Europa identifican como Efraín Sánchez Soriano (Pocholo), Manuel Emilio Arias, Rafael Alcántara, Miguel Reyes Santana y un quinto del cual solo dieron el nombre de Francisco y el apodo de “Macho Cueva”. Manolo Plata, portavoz del comité dijo por teléfono a El Nacional que sería extremadamente peligroso que los cinco detenidos fueran trasladados a República Dominicana o a Bélgica, donde según señaló, también estarían sometidos a persecución”. Por esta declaración de Plata a nombre del MPD, se puede inferir, que todavía en esta fecha este tenía el control de la estructura de ese partido en Europa, aunque, citando a El Men, ya en Santo Domingo se estaban preocupando por las actividades de Manolo Plata.
El referido dirigente del MPD en Europa, que se decía agente encubierto, dijo que los cinco dominicanos apresados en Milán habían viajado a Italia para evadir la persecución de que eran objeto en otros países europeos. Manifestó la creencia de que las presuntas gestiones para trasladar a los integrantes de ese grupo a República Dominicana o a Bélgica, tenía el propósito de eliminarlos. El comité pidió, de acuerdo a Manolo Plata, que las distintas organizaciones se pronunciaran en torno a este asunto. “Tres de los integrantes del grupo, según esa información fueron detenidos en una granja que pertenece a una congregación religiosa, donde vivían obteniendo casa y alimentos a cambio de varias horas de trabajo cotidiano”; pero desde esa granja relacionada con religiosos, los emepedeístas se implicaban en acciones reñidas con las leyes italianas, por lo que estaban estrechamente vigilados. Entre los detenidos se encontraban, de acuerdo a un cable de la Agencia Francesa de Prensa de principios de abril de 1972: Armando Acevedo, Ismael Rodríguez y Rafael U. Álvarez. (Véase: “Identifican 5 MPD”. El Nacional, 13 de abril 1972).
Se comenzó a sentir en el MPD aire de división
Mientras en el exterior el MPD daba muestra de estar en franca desbandada, infiltrado y sacudido por enfrentamientos entre sectores que se acusaban mutuamente de ser los responsables de las muertes de Miriam y de Maximiliano Gómez, en el territorio dominicano la persecución política del régimen de Balaguer, el apresamiento de los más importantes líderes de la organización “de las tres letras”, y el asesinato de los más destacados llevó a la agrupación izquierdista a la confusión, a la paralización de sus estructuras y a la sospecha de unos contra otros. En ese sentido, en el año de 1971 el MPD se batió en retirada pero sin dar viso de saber hacia dónde se dirigía. En esa situación, el primer semestre del año 1972 apuntaba al caos y al resquebrajamiento de ese partido. Es lógico, entonces, que buscando la explicación de lo que estaba sucediéndole, la división aflorara y que se diera inicio a una “rara” lucha por el control de las estructuras directivas, en las que se expresaban sectores que se mantenían en la clandestinidad y otros que desde la cárcel de La Victoria se habían compactados en torno a la formación de un comité de dirección que se conoció como CTM (Comité Tito Montes).
En el MPD, infiltrado por la contrainteligencia, se comenzó a sentir una sensación de sospecha y de “sálvese quien pueda”; la indisciplina tomó fuerza; los “Comandos Clandestinos” se paralizaron y miembros de esas células se centraron en “el golpe de manos” y a la obtención de recursos económicos para solventar necesidades personales. En aquellos días, Jorge Puello Soriano, conocido como El Men, dio la voz de alerta indicando que se había iniciado “un proceso de agitación y discusión dirigida para evitar la chismografía que comienza a aflorar con carácter de ciencia. (…). Quedando en todos los aparatos de dirección los hombres menos desarrollados e ineptos de todo el rico proceso” (Véase la Carta dirigida a los dirigentes del MPD preso en La Victoria, de un miembro de la dirección del MPD, posiblemente Jorge Puello Soriano (El Men). 8 enero 1972. Colección personal de Cucuyo Báez).
Además, en el documento de referencia, El Men anotaba, que para entonces se resaltaba, “principalmente la vejez de los hombres en el partido, no su capacidad-practica demostrada, mucho más en el duro y difícil periodo que vivimos. Siendo esto un gran premio a la incapacidad demostrada y para ponerle la tapa al pomo, están las primeras declaraciones que se dieron con relación al caso de M. (-Miriam-). Pese al alerta que dimos desde el principio, de salirle al paso, con claridad condenatoria”.
“En nuestro partido han ido penetrando a pasos agigantados, las corrientes del pasado más negativas y funestas: indecible incapacidad; terrible unilateralidad; tremendo celo por mantener puestos de dirección, viendo en cualquier manifestación o planteamiento un golpeo a hombres de la dirección; ilimitada insinceridad; grosera e inmorales represiones a cuadros y dirigentes; clara manifestación de formación de grupos; planteamientos de promociones al vapor”. (El Men. 8 enero 1972. Idem.)
La división tocaba la puerta del MPD
Mientras los izquierdistas en Europa se encontraban atrapados por el miedo a la persecución policial, y manipulados por el “liderazgo” de Manolo Plata, al que muchos de ellos seguían vinculados, en República Dominicana los efectos de la crisis de Paris y Bruselas comenzaba a expresarse a través de un proceso de escisión que apenas afloraba en los sectores dirigentes del MPD y pronto se comenzó a hablar de la existencia de tres frentes de dirección: por un lado los dirigentes del Comité Regional Norte, por el otro un sector encabezado por Jorge Puello Soriano (El Men), acompañado de miembros del Comité del Distrito. Desde la cárcel de La Victoria, los dirigentes del MPD, muchos de ellos prisioneros desde enero de 1971, integraron el Comité Tito Montes (CTM). De repente se comenzó a hablar las luchas por el control de las estructuras de la agrupación política, entendiéndose que aun desde la cárcel, los dirigentes presos parecía que tenían más incidencia en la militancia de la organización; pero los integrantes del Comité Tito Montes se encontraban limitados por su condición de presidiario, mientras los de “afuera” tenían más libertad de tomar decisiones que afectaban a toda la organización. Al parecer, las principales decisiones en el caso de la muerte de El Moreno, la tomaban los que dirigían al MPD desde las calles, pero en estricta la clandestinidad.
En el documento supuestamente redactado por El Men, se hizo un balance y puso en alerta al MPD sobre la decisión del presidente Balaguer en descabezar esa organización:
“Al comenzar el régimen a dar pasos de consolidación y demostración de la victoria obtenida (-con la reelección de 1970-), inicia con más fuerza la embestida y cacería humana jamás conocida en la historia de nuestro país, principalmente contra nuestro partido y los jefes revolucionarios más avanzados y connotados en el proceso de la lucha. Siguiendo el régimen sus pasos de un grosero carnicero de víctimas humanas, plasma la tesis de Balaguer de que “a la culebra para matarla, hay que cortarle la cabeza”. Siendo las más dolorosas síntesis de ese negro periodo Otto Morales y Amín Abel, unido a un centenar de revolucionarios y luchadores anti-balagueristas caídos. Entró el 1971 y el régimen siguió campante en su encarnizada cacería humana e indecible represión. (…) Siguiéndole a ese sangriento año el apresamiento de otro equipo de dirección y el asesinato en Bruselas del más claro exponente de nuestro pensamiento político”.
Una coyuntura negativa para el MPD
De acuerdo a los emepedeistas consultados, aunque el régimen de Balaguer había lidiado con las amenazas de las agrupaciones de izquierda y su planes para impulsar la guerra de guerrillas, “fue a partir del secuestro del coronel Crowley cuando, evidentemente asesorado por la unidad de inteligencia de los Estados Unidos en Santo Domingo, y por los oficiales del Grupo Consultivo de Asistencia Militar de los Estados Unidos de América (MAAG), se impulsó una operación de aniquilamiento, centrándose en especial en el Movimiento Popular Dominicano, por ser esta organización la que con más insistencia impulsaba el desplazamiento del gobierno de Balaguer a través de la vía militar y lo que llamaban el “golpe de Estado revolucionario”, y las acciones violentas auspiciadas por los Comandos Revolucionarios Clandestinos (CRC)”.
La contrainsurgencia y la izquierda
Los objetivos que normaban la estrategia de destrucción de los grupos de izquierda, perseguían descabezar el movimiento revolucionario, pero en particular al MPD. Por esa razón, los organismos de inteligencia desarrollaron diversas estrategias: 1. Enfrentar al MPD con la agrupación izquierdista conocida como Pacoredo a través de la violencia; 2. Expulsar del país a los más connotados dirigentes de izquierda; 3. Encarcelar a los más radicales izquierdistas; 4. Proponer a dirigentes y militantes de izquierda su colaboración con los servicios de inteligencia; 5. Desarrollar operaciones de exterminio físico contra los cuadros político más destacados; 6. Infiltrar y dirigir las estructuras de las agrupaciones, y 7. Promover la división interna de las agrupaciones.
Con esos fines se inscribe la propuesta hecha al prisionero político David Onelio Espaillat, dirigente del MPD, quien denunció ante la prensa que, a cambio de su libertad, había recibido la oferta de que pasara a espiar contra sus compañeros del MPD (véase “Alerta opinión”. El Nacional, 16 de marzo 1971). Esta denuncia coincidió con la publicación de El Nacional de un escrito que llevaba el título de “Revelan identidad agentes de la CIA en PN”.
El referido informe sobre el organismo de inteligencia de los Estados Unidos, apareció en la revista especializada de los Estados Unidos “North American Congress on Latin America” (NACLA). En ese medio se citó el “informe especial, que hiciera el ex oficial de la Agencia de Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, David Fairchild, de que en la policía dominicana trabajaban “seis agentes” disfrazados de asesores. (Véase: El Nacional, 14 de marzo 1971).
A este informe de NACLA, se agrega la reproducción hecha por el periódico El Nacional de un extenso documento de la “Subcomisión de los Estados Unidos en el Subcomité para Asuntos del Hemisferio Occidental del Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos, en el que aparece el financiamiento norteamericano a favor del MAAG y el papel de esta institución militar dentro de las fuerzas militares dominicanas. En el referido informe, preparado en otoño de 1971, se reconoce la existencia de por lo menos 26 asesores a los cuerpos armados.
Operación contra el Grupo Amaury
Durante los meses finales de 1971, los principales dirigentes de los Comandos de la Resistencia estaban siendo perseguidos, por sus relaciones con Francisco A. Caamaño y por el asalto al Royal Bank of Canada, lo que coincidió con la llegada desde Cuba y apresamiento de Manuel Matos Moquete, el 2 de enero de 1972. Moquete fue identificado por las autoridades dominicanas como uno de los hombres de Caamaño.
Como si fuera una declaración de una ofensiva contra la izquierda, un año antes, el 4 de enero de 1971, quien par a entonces era el jefe de Interior y Policía, el general Enrique Pérez y Pérez informó a la prensa, que entre los planes de su gestión, estaba la ampliación de “los servicios de inteligencia como parte de una guerra sin cuartel contra los criminales”. Y que para ese fin, se escogería el “personal más apto y eficiente mediante una depuración en los actuales servicios de inteligencia de la policía”. Pero esto no alertó a las dirigencias de los partidos de izquierda.
Un año después, el 6 de enero de 1972, fue celebrada una reunión de altos oficiales de las Fuerzas Armadas y la Policía en la oficina del jefe de la uniformada, que lo era en ese momento el general Neit Nivar Seijas. Los altos oficiales, de acuerdo con El Nacional del 7 de enero, estaban acompañados de “militares asesores del cuerpo consultivo militar norteamericano MAAG destacados en la Fuerza Aérea y otros elementos trajeados de civil”. Pero al parecer, esta reunión no alertó a los Comandos de la Resistencia y el 12 de enero fueron sorprendidos y aniquilados en su refugio de la autopista Las Américas.
Ocho semanas después de la muerte violenta de Amaury German, tropas policiales ocuparon el campus de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, provocando numerosos apresados, heridos, y la muerte violenta de la estudiante de la Facultad de Economía Sagrario Ercira Díaz Santiago. En esa ocasión, varios de los más destacados dirigentes del MPD fueron apresados.
La ocupación de la UASD
La violenta agresión militar y policial contra la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el 4 de abril de 1972, se hizo bajo la excusa de que en el centro de altos estudios se refugiaba Tácito Perdomo Robles, un alto dirigente del MPD que había regresado desde Europa, también se decía que desde Cuba, meses antes.
Sus discretas actividades políticas en territorio dominicano eran desconocidas por la alta dirección de ese partido que permanecía preso en La Victoria; sin embargo, Perdomo tenía un prudente vínculo con sectores dentro del Comité del Distrito de la organización. Su protagonismo produjo celos dentro de la agrupación, debido a que un sector de la organización comenzó a promover su “liderazgo”, en el entendido de que, a corto plazo, podían tomar bajo control la dirección del MPD.
El surgimiento de los “facciosos” del Men
De esa manera, entendían algunos, Perdomo aparecería como el máximo dirigente, o por lo menos seria uno de los líderes. Su nombre se barajaba junto al de dirigentes del Comité del Distrito y del Comité Regional Norte: la división comenzaba a cuajarse en el Movimiento Popular Dominicano, sin embargo, inesperados acontecimientos dificultaron los planes del sector divisionista, que comenzó a ser identificado como “faccioso”, mientras que al parecer, se comenzó a generar un acercamiento entre el Comité Regional Norte y el Comité Tito Monte que tenía vigencia en la cárcel de La Victoria, para retomar el control de la organización. En la cárcel, un sector minoritario comenzó a hacer causa común con los “facciosos” que tenía como líder a El Men, entre ellos Onelio Espaillat. En medio de la confusión producida por la presencia de Tácito Perdomo, los máximos dirigentes del MPD desde la cárcel, enfrentaron críticamente al sector aliado a quien comenzaba a presumir de líder de la organización política.
La intriga ganó espacio y como lo expresó Jorge Puello Soriano, el “chisme tomó categoría de ciencia”. La desconfianza arropó la organización política y todos comenzaron a “ver agentes y espías” en cada uno de los otros. En esa situación, Tácito Perdomo fue uno de los más perjudicados. El desenlace de lo que sucedió en la Universidad, terminó empujándolo a negociar su salida al exterior, en condición de exiliado político.
El Men se convirtió en abanderado de la división del MPD
El documento que a continuación publicamos, presumiblemente escrito por El Men, pero bajo el seudónimo de Víctor, parece que fue uno de los primeros en reflejar lo que se avecinaba en el MPD a partir de abril de 1972, que era la división de esa agrupación politica:
8-1-72
“Entrañables hermanos:
- Hoy se inicia un nuevo año, dejando atrás un largo periodo sangriento. Pero sin duda, el movimiento se ha fertilizado con la sangre y vigorizado con la persecución y encarcelamientos de tantos héroes nacionales. Leer a esos GITANTES.
- Este nuevo año, sólo será victorioso para el movimiento revolucionario, en la medida que sepamos plasmar en la practica la que desde hace tiempo debimos comprender. Pero en realidad no hemos comprendido. Hay cosas elementales, como por ejemplo: Muchas veces existen coyunturas nacionales, como lo es la LIBERTAD DE LOS PRESOS POLITICOS (AMNISTIA), y no somos capaces ni de poner a pronunciarse a todos los sectores donde tenemos de una u otra forma incidencia. Sintiéndose sólo, en algunos lugares, no en función efectiva a nivel nacional.
“Si en los momentos venideros no comprendemos que nuestro papel es, junto a la coyuntura nacional que exista, como lo sigue siendo (la amnistía) NO DESCANSAR EN AGITAR Y LOGRAR QUE CADA FRENTE LEVANTE SUS REIVINDICACIONES. Pero no recitarlo como palabra bonita, sino en la práctica. Seguro que de no comprenderlo, el régimen yanqui-balaguerista tendrá mayor capacidad de maniobra para mantenerse en el poder. Por el contrario, si nos ponemos a tono con el mar de reivindicaciones congeladas y somos capaces de llevar las palabras a la acción, unido a la gran crisis económico-social que se avecina, teniendo bien claro que estas crisis serán un tremendo aliado del movimiento revolucionario y deberán encontramos de pie, luchando real y efectivamente cada quien por sus reivindicaciones y conquistas. Entonces, si estaremos seguros que estas luchas y agudizaciones de crisis, serán efectivos motores impulsadores para darle la fuerza más determinante a todo el movimiento de verdadera unificación de toda la oposición, para que estalle con fuerza y podamos clavarle el último clavo al ataúd de Balaguer, Nuestro cuestionamiento debe ser Estamos llevando las palabras a la acción??
“Camaradas, periodos como los pasados y presentes, traen consigo el que muchos hombres pierdan las perspectivas e incluso el sentido de la conciencia de su lucha. Sólo nuestra capacidad de poner en práctica, lo objetivamente analizado y elevarnos sinceramente, con el mayor espíritu crítico a lo no alcanzado, evitaran duros y más reveses en nuestro tortuoso pero victorioso camino teñido con tanta sangre generosa.
“El gran problema de todos los grandes jefes revolucionarios ha sido, encontrar el camino nacional que desate toda la cadena. Nuestro Partido, con el inolvidable titán de El Moreno a la cabeza, hemos encontrado el camino, pero solo hemos andado uno o dos trillos y por cierto, no con la firmeza que el campesino camina y domina sus montes.
“Junto a lo logrado en todo el camino y con nuestras deficiencias, hemos recibidos golpes demoledores, que nos han impedido seguir profundizando en lo logrado. Pero de seguir el material existente por los caminos enseñados, uniéndonos más a las grandiosas herencias dejadas por nuestros gloriosos mártires, despojados de todo el andamiaje izquierdista tradicional, seguro que hoy hubiésemos estado satisfechos de haber desempeñado un mejor papel en nuestras responsabilidades históricas, no lo que hasta hoy hemos realizado.
“Después de materializarse la reelección, pese a que el Partido en parte comenzó a analizar la situación creada y las medidas a tomar, no fuimos capaces de profundizar en la necesaria revalorización critica del movimiento operado y del Partido, para hacer ver con claridad las perspectivas y tener mayor comprensión y dominio de los caminos recorridos y por recorrer.
“Al comenzar el régimen a dar pasos de consolidación y demostración de la victoria obtenida, inicia con más fuerza la embestida y cacería humana jamás conocida en la historia de nuestro país, principalmente contra nuestro Partido y los jefes revolucionarios más avanzados y connotados en el proceso de la lucha, siguiendo el régimen sus pasos de un grosero carnicero de víctimas humanas, plasma la tesis de Balaguer de que “a la culebra para matarla, hay que cortarle la cabeza”. Siendo las más dolorosas síntesis de ese negro periodo Otto Morales, y Amín Abel, unido a un centenar de revolucionarios y luchadores anti-balagueristas caídos.
“Entró el 1971 y el régimen siguió campante en su organizada carnicería humana e indecible represión, principalmente contra el Partido “que más agua le ha dado a beber”. El nuevo año solo tenía 13 días cuando fueron hechos presos “por suerte” seis dirigentes del Partido, siguiéndole a ese sangriento año el apresamiento de otro equipo de dirección y el asesinato en Bruselas del más claro exponente de nuestro pensamiento político el gran jefe El Moreno, así como en plena calle Nouel de nuestro país a las ocho de la mañana cae el inolvidable Chapó.
“Si analizamos objetivamente este sangriento período y sus terribles hechos, veremos claramente qu en nuestro Partido, junto al sufrimiento se iban creando las condiciones materiales para abrir de par en par las puertas del tradicionalismo, no negado del todo ni por todos. Siendo exponente principal la no rectificación de los métodos de trabajo y dirección. Quedando en todos los aparatos de dirección los hombres menos desarrollados e ineptos de todo el rico proceso, determinado por una serie de factores que es preciso ponderar con sentido crítico-autocritico para no caer en la unilateralidad, y que aquí no hacemos ahora por razones de espacio una, y porque para ello debe mediar un proceso de agitación y discusión dirigida para evitar la chismografía que comienza a aflorar con carácter de ciencia. Unido a esto un Partido que el necesario proceso de su crecimiento sentó las bases de su democratización. Profundizándose estas por las pocas medidas puestas en práctica para corregir esa desviación.
“Con las inquietudes de la base y ante las precariedades existentes, preparamos sin suficiente agitación, un evento de la Dirección Nacional, dado que a ese nivel no existía la cohesión y claridad necesarias de cuales eran nuestras perspectivas y camino. Para entonces, poderle dar a todo el Partido los lineamientos a seguir.
“Con la ayuda de Uds. se elaboraron documentos que sirvieron de base al necesario cuestionamiento de revisión crítica de nuestro pasado, para poder arribar a las perspectivas y camino que demanda el proceso. Sin embargo, este evento no llenó su papel histórico, de comprensión sincera de qué estábamos haciendo y para qué lo hacíamos, siendo utilizado para producir promociones que sentaran las bases para la entronización de una política enteramente tradicional y profundamente equivocada. Dándose el trate caso de que los dos promovidos tuvieron que votar por ellos mismos para poder salir. Estas promociones realmente echaron por el suelo los establecidos criterios de promoción, resaltando principalmente la vejez de los hombres en el Partido, no su capacidad teórico-práctica demostrada, mucho más en el duro y difícil período que vivimos. Siendo esto un gran premio a la incapacidad demostrada.
“Desde ese tiempo a esta parte, como lo demuestra la última resolución del CC. en nuestro Partido han ido penetrando a pasos agigantados, las corrientes del pasado mas negativas y funestas: indecible incapacidad; terrible unilateralidad; tremendo celo por mantener puestos de dirección, viendo en cualquier manifestación o planteamiento un golpeo a hombres de la dirección; ilimitada insinceridad; groseras e inmorales represiones a cuadros y dirigentes; clara manifestación de formación de grupos ; planteamientos de promociones al vapor. Planteándose el insólito caso de 4 estudiantes a profesionales del Partido. Frente este, que en la actualidad no garantiza la promoción de hombres, aunque por necesidad y mínima practica demostrada se pueda promover a lo sumo un hombre; y para ponerle la tapa al pomo, están las primeras declaraciones que se dieron con relación al caso M. -(Miriam)- pese al alerta que dimos desde el principio, de salirle al paso, con claridad condenatoria.
“Frente a toda esta situación, la base del Partido a nivel de profesionales y de dos organismos regionales, Distrito y Norte, -del Sur no conocemos la situación y del Este es conocida su composición orgánica- nos planteamos la revisión de esta situación, que debe culminar con una Asamblea Nacional de sus cuadros profesionales y dirigentes, donde realmente se haga la revisión crítica hasta el presente y se pueda arrumbar el Partido por el certero camino de su justo pensamiento político trazado en la Hilda Gautreaux.
“Aunque tenemos desde hace tiempo esta inquietud. No se las habíamos hecho llegar, porque dábamos tiempo al buen juicio y comprensión de los compañeros del CC. para que comprendieran la situación prácticamente y enmendaran sus criterios políticos y métodos de dirección. Sin embargo, cada día que pasa, la situación se vuelve mas difícil para el Partido, y entendemos Uds. no deben estar al margen de esta crítica situación, la que estamos seguros recibirán con tremenda inquietud, pero con la serenidad que caracteriza a los comunistas, mas a Uds. demostrados hombres de capacidad de dirección, siempre hemos creído, mucho más ahora, que la necesaria cohesión y sincera participación de los aparatos de dirección juego un decisivo papel en la vida y desarrollo del Partido. Estamos seguros Uds. sabrán cumplir con sus responsabilidades históricas, pese a estar en esa difícil y dura trinchera de lucha. Esperemos que nos respondan a esta, así como de realizarse el evento que planteamos, Uds. aporten tanto en los temas a tratar como en la elaboración de los documentos que Uds. crean necesarios, para poder enfilar entre todos al Partido por el justo camino que nos llevara a la inevitable victoria.
“Excúsennos por las faltas e incoherencias.
“Esperamos la salud este como un trinquete.
“Fuertes abrazos para todos.
“Comité del Distrito.
“Copia al CC, Norte, Sur y Este. 8-1-72.
(Entregada el 16-1-72)
(Véase la colección de documentos del MPD, del archivo personal de Cucuyo Báez, en el Archivo General de la Nación)
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