Con reclamos externos de revisión y tras una campaña millonaria, la estatal Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) va este 15 de junio a la primera vuelta de sus elecciones generales 21 desde el gobierno tiránico de Trujillo (1930-1961), para elegir 108 autoridades, entre ellas al rector. A ese proceso allá le llaman Claustro Mayor. Tendrán derecho al voto 3,215.
Con las votaciones de ese día, llegará a su fin la gestión de Emma Polanco, primera rectora de la fundación de la academia, en 1538.
Hace cuatro años, durante la campaña electoral, ella generó expectativas grandes y se convirtió en la moda. A partir de ahora, los analistas y la comunidad uasdiana usarán la lupa para verificar la correspondencia entre su discurso y los hechos. De cómo le valoren, dependería el apoyo a sus candidatos escogidos.
Mientras tanto, a mediados de este mes, la batalla se dará, como se previó temprano, en torno a dos veteranos ex-vicerrectores: Editrudis Beltrán Crisóstomo, matrícula 740145, profesor de Escuela de Física de la Facultad de Ciencias, y Jorge Asjana David, matrícula 792459, cirujano, profesor de Medicina, de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Y con ellos, sus equipos en las facultades de Educación, Humanidades, Ciencias, Agronomía y Veterinaria, Ciencias, Jurídicas y Política, Ciencias Económicas y Sociales, Salud y Artes, en 22 recintos, centros y subcentros en la sede y las regiones del país.
Al primero le atribuyen apoyo de Palacio a través de su hijo Eilín Beltrán, asistente del presidente Luis Abinader. El mandatario se ha cuidado hasta el momento de no verbalizar inclinación hacia algún bando.
Y el segundo, ficha de la actual rectora, ha diligenciado el anuncio de respaldo por parte del expresidente Hipólito Mejía (2000-2004), también del oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM).
Más allá de los agrupamientos internos protagonizados por exrectores y otros actores, en la UASD se estila cabildear pronunciamientos de respaldo del liderazgo político nacional, asumiendo que sus prosélitos con derecho a voto en la institución (docentes, dicentes y colaboradores administrativos) acatarían a pie juntilla la señal.
La Comisión Central Electoral presidida por el reconocido filósofo y psicólogo Enerio Rodríguez, aprobó el 31 de mayo las candidaturas rectorales mediante la resolución CCE-007-22022.
Los contendientes tratarán de obtener el 50 por ciento más 1 para pasar en la primera vuelta. El padrón está repartido de la siguiente manera: 2,980 profesores, 59 profesores ayudantes (2%), 146 estudiantes (5%) y 30 empleados (1%), tras una campaña millonaria, como siempre.
En la contienda del 20 de junio de 2018, el padrón estuvo compuesto por 2,654 profesores, 53 ayudantes de profesores, 133 delegados estudiantiles y 27 delegados administrativos, para un total de 2,867 votantes, para elegir 106 autoridades.
Históricamente, diferente al panorama electoral nacional, en la academia la abstención ha sido muy baja. En 2018 votó el 92.5 por ciento. Polanco ganó en primera vuelta con cerca del 53% frente al mismo Beltrán Crisóstomo, quien se quedó con un importante 33.4% a pesar de que la ola del momento era la “primera mujer rectora”, impulsada por el abatimiento de la rectoría de Iván Grullón.
Las votaciones del miércoles 15 de este mes ocurrirán en un panorama sui generis.
El país apenas decola de una agresiva pandemia de la covid-19, que desde marzo de 2020 ha erosionado más la economía, y ahora el Gobierno torea el impacto encarecedor del conflicto Rusia-Ucrania y adopta previsiones para evitar la explosión de la inflación.
Conforme datos de la rectora, La UASD, cuenta con poco más de 200 mil estudiantes, y la mayoría proviene de las clases media y baja de la sociedad. La institución ha vivido de crisis en crisis a causa de presupuestos deficitarios y desaciertos internos.
Y el rector que surja del proceso actual tendría que capear el temporal de “vacas flacas” que ya copa la atmósfera nacional, sin que se le derrumbe la casa, a menos que la economía global reverdezca y la de aquí crezca y se consolide.
El presidente Abinader ha mostrado, hasta ahora, una actitud muy positiva hacia la academia estatal, lo cual favorecería una comunicación directa recurrente para la búsqueda de soluciones a la precariedad de dinero. Comunicación que, quizá, sea imperiosa durante el cuatrienio universitario 2022-2026, como imperiosa sería una gestión de un equipo gerencial con calidad, unificador y capacidad de escucha.