El grupo Solidaridad con Haití rechazó la intervención extranjera en territorio haitiano y negó que se trate de una misión de paz y ayuda.
Al mismo tiempo acusó al "poder colonialista" y los sectores de poder económico haitianos de ser los responsables de crear las pandillas armadas que imponen el terror en los barrios populares de Puerto Príncipe, pero no en los lugares en donde viven los ricos.
“No es ninguna Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, sino una intervención militar con rostros negros", expresó el grupo.
En una rueda de prensa la entidad emitió el siguiente manifiesto:
Condenamos la nueva intervención militar en Haití
"Con 220 años sufriendo el desconocimiento como nación libre y la continua agresión colonialista en su contra, Haití, la primera república negra e independiente del mundo, la que enarboló la dignidad negra, se encuentra ahora en un momento en que los colonialistas van por su destrucción, van por la toma total de la patria de Boukman, Cecile Fatiman, Toussaint Louverture y Jean Jacques Dessalines.
"Nosotros, en base a los principios de la libre determinación de los pueblos, exigimos que las botas extranjeras salgan de Haití, que el imperio norteamericano detenga el tráfico de armas y municiones para los paramilitares. Esas armas salen desde puertos en Miami. Tal cual lo demostró las Naciones Unidas en su informe “Mercados criminales en Haití /2023”.
"Ahí se lee que “se están traficando hacia Haití armas de fuego y municiones cada vez más sofisticadas y de alto calibre en medio de una situación de inseguridad sin precedentes y que se deteriora rápidamente”.
"Este informe precisa que el tráfico de contenedores llenos de armas y municiones procede principalmente de grandes centros como Miami-Dade y Port Everglade en los EE.UU. Todo este material de guerra se dirige hacia Haití a través de puertos vecinos como Freeport (Bahamas), Kingston (Jamaica), Manzanillo (Panamá) y Colón (Panamá)”, incluidos también algunos puertos en República Dominicana.
"Cabe recordar y resaltar la voz del movimiento social y político en Haití que, en relación al despliegue del primer contingente de 400 policías kenianos en Puerto Príncipe, afirma:
“No es ninguna misión multinacional de apoyo a la seguridad, sino una intervención militar con rostros negros.
"Que las bandas paramilitares son una creación del poder fático colonialista en combinación con los sectores económicos de poder en Haití, y que la cruel violencia paramilitar nunca ha atacado a esos sectores de poder, sus empresas y sus exclusivas urbanizaciones, tal como lo hicieron en los barrios populares.
"Que las bandas paramilitares son un instrumento para generar violencia, caos, destrucción, violencia sexual, desplazamiento, hambruna, desabastecimiento y desasosiego total, muerte, con cadáveres en las calles hasta ser comidos por los perros.
"Se trata de un genocidio. Todo, para desmovilizar y desmoralizar a un pueblo con una gran historia y tradición de lucha libertaria y gran capacidad de resiliencia. Con cada ataque de las llamadas bandas, el poder fáctico busca que las organizaciones populares no logren organizar las luchas a favor del pueblo y su soberanía, y que por desesperación apoyen la intervención militar como única salida.
"Que los ataques de los criminales son tan brutales que no les ha importado quemar importantes bibliotecas, los trabajos de toda una vida de múltiples artistas plásticos, quemar hospitales, han pulverizado locales de entidades sindicales y sociales, paralizar prácticamente el libre tránsito en la ciudad de Puerto Príncipe. Además, pretenden transportar también este caos a todo el país.
"Que la intervención con militares negros de Kenia, no con los Marines, que sí están, pues prepararon las condiciones para la intervención, es una máscara. Una realidad que hace recordar al anticolonialista martiniqués, Frantz Fanon, y su obra “Piel negra, máscaras blancas”.
"Por tanto, llamamos a los grupos que conforman el Movimiento Social y Revolucionario del mundo a buscar a quienes están detrás de esa máscara “negra” y mercenaria, cómplices de un proyecto colonialista para controlar no sólo a Haití, sino a los dos países que habitan la isla Babeque, y así poder ampliar su influencia geoestratégica en el Gran Caribe.
"Es indudable, que el llamado Consejo Presidencial de Transición nació como fruto de la violencia y del caos en Haití. Es una imposición del gobierno de Estados Unidos, y fue engendrado a partir de una traición a la nación haitiana. En efecto, todos sus miembros tuvieron que firmar a favor de la intervención militar.
"La mayoría en este Consejo de Gobierno es del PHTK, (Partido Haitiano de las Cabezas Rapadas), partido de ultraderecha y pro imperialista. El Primer Ministro, Gary Conille, es una vieja ficha de Estados Unidos. Ya ocupó este cargo durante los primeros 6 meses del primer gobierno del PHTK en 2011. El gobierno de los corruptos, de los “bandidos legales” según las propias palabras de Michel Martelly, el primer presidente de este engendro político. Jovenel Moïse fue el segundo presidente proveniente del PHTK. De hecho, el PHTK está en el poder desde 2011. Este partido es, en gran medida, responsable de la situación actual.
"Ahora, es menester aclarar que esta nueva Misión Internacional hegemonizada por Kenia, pero bajo control estadounidense, tiene como principal objetivo: reestructurar el sistema de dominación neocolonial para asegurar su continuidad. El actual gobierno seguirá dando la espalda al pueblo haitiano, tratará de organizar elecciones fraudulentas, aplicar políticas entreguistas, neoliberales, corruptas, etc., tal como ocurrió con el robo de los fondos de PetroCaribe.
"Esta nueva embestida neocolonialista al igual que ocurrió con la ocupación de la MINUSTAH, no traerá soluciones al pueblo haitiano, sino todo lo contrario. Empeorará su situación, incluyendo el desconocimiento de la cultura haitiana, de su episteme, ya que apuestan a su destrucción como pueblo libre. Organizaciones haitianas denuncian que la intervención militar llegó hasta con pastores evangélicos.
"Exigimos al gobierno dominicano realizar profundas investigaciones para dar con miembros del crimen organizado que trafican armas y municiones hacia Haití.
"También, exigimos al Gobierno que no permita la presencia de militares de Kenia en la zona fronteriza tal como lo hacían los militares de la Minustah.
"Que sepan los militares kenianos, que aquí en República Dominicana, tierra del presidente en armas, Francisco Alberto Caamaño y también del haitiano/dominicano, combatiente en la Revolución del 1965, poeta, Jacques Viau Renaud, que son personas non gratas."