El vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus), Servio Tulio Castaños Guzmán, expresó su preocupación por los efectos negativos del clientelismo político.
Expresó que la práctica del clientelismo daña las relaciones políticas y el modelo democrático.
Dijo que el sistema electoral está diseñado como un mecanismo que propicia el derecho a la libre asociación y participación política de la ciudadanía, y es necesario contar con herramientas eficientes que promuevan su fortalecimiento.
Resaltó que el desarrollo social y político de una nación amerita de la participación social y de la estabilidad política.
"El sistema político, así como las políticas públicas imperantes, deben ser el resultado de una visión coherente y razonable dirigida a equilibrar las demandas urgentes del presente con las tareas y retos que plantea la democracia para su estabilidad a largo plazo", señaló.
Dijo que el clientelismo político tiene múltiples definiciones y su conceptualización inadecuada puede dar lugar a encubrir una triste realidad que empobrece la democracia.
Castaños Guzmán recordó que el clientelismo se define como la práctica por medio de la cual una persona que ostenta una posición de poder concede beneficios o privilegios a otra con el fin de obtener su favor o apoyo político en el marco de unas elecciones.
Manifestó que el fenómeno denota una compleja relación que se observa incluso en los regímenes más democráticos, y que favorece el predominio de la corrupción política, pues garantiza el intercambio de bienes y servicios de una parte, a cambio del apoyo político de otra.
“El clientelismo se constituye de este modo en un fenómeno que desnaturaliza la esencia de la democracia. El uso de los recursos como una práctica informal, lacera la libertad de los votantes bajo el supuesto de que la elección popular ya no es más el producto de un análisis transparente y recíproco en búsqueda de una gobernabilidad eficiente, sino que es el fruto de favores, donde poco importa el bienestar social, el debate sano de ideas y la promoción de un pluralismo político autónomo y diverso”, aseveró.
Para el vicepresidente ejecutivo de Finjus cuando el clientelismo se convierte en la forma preferida del sistema político para relacionarse con la sociedad, su nocividad va en aumento.
Detalló que al no estar regulada legalmente, esta práctica crea un ambiente hostil que impide que la ciudadanía privilegie con su voto a los líderes políticos por sus méritos o aptitudes, pues estos elementos se convierten en irrelevantes, dado que su fortaleza se deriva de las dádivas prometidas.
"Recordemos que es fundamental que el ejercicio democrático sea sano, justo y equitativo, que impida la consolidación de la falsa creencia de que el poder debe recaer en quien más tiene para ofrecer", precisó.
Mediante un comunicado la entidad entiende que en todo proceso electoral se hace necesario el apoyo económico, social y político de la ciudadanía, pero ese apoyo debe obtenerse por medio del establecimiento de relaciones formales como consecuencia de un amplio ejercicio pluralista.
Recordó que la idea central del modelo democrático es que en toda contienda, los derechos de quienes intervienen, sin importar su condición, se encuentran en igualdad de condiciones, así sea antes o después de realizarse el proceso electoral.
"Sin embargo, con prácticas como el clientelismo se generan preferencias que a la larga ocasionan que un grupo de individuos sea atendido en base a sus propios intereses, mientras que otro resulta desfavorecido dando origen a un problema colectivo que perjudica el ejercicio político. Con este sistema se constituye una plataforma cada vez menos abierta a ofrecer oportunidades para el desarrollo personal y social", expresó.
Finjus llamó a las autoridades estatales, a los partidos y agrupaciones políticas y a la sociedad dominicana a reflexionar sobre los efectos nocivos que representa el clientelismo político para el fortalecimiento del sistema democrático y la necesidad de que, en base a los marcos legales vigentes, se frene su expansión en este proceso electoral.