En un cruce abarrotado de autos y bajo el sofocante calor de Arizona, un grupo de republicanos hace campaña por su candidata presidencial preferida: la demócrata Kamala Harris.
Algunos conductores que circulan por este cruce de Mesa, un suburbio de Phoenix, tocan el claxon al ver a una veintena de personas que portan carteles en los que se lee "Republicanos de Arizona por Harris".
En este estado del oeste de Estados Unidos, donde Trump perdió por apenas 10.500 votos en las presidenciales de 2020, sorprenden estos activistas que reniegan de su partido político.
Criada en la fe mormona, Wudel, profesora de pilates de 47 años, nunca ha soportado las afrentas del multimillonario republicano. Pese a algunas reservas en materia fiscal, votará a Kamala Harris en noviembre.
"Ella es una abogada que respeta el Estado de derecho, mientras que él es un delincuente", dijo refiriéndose a su condena por tratar de esconder pagos a realizados a una estrella del porno para comprar su silencio.
Ni siquiera las promesas de la vicepresidenta de garantizar el derecho al aborto a nivel nacional asustan a esta madre de cuatro hijos que se considera "provida", eslogan utilizado por los detractores del aborto.
– Los huérfanos de John McCain –
Como ella, el resto de manifestantes no se identifican con el candidato de su partido, guiado por el movimiento trumpista "Hagamos grande otra vez a Estados Unidos".
Muchos en Arizona apoyan la rigidez fiscal de los republicanos, pero se consideran "socialmente moderados", en consonancia con la figura de John McCain, exsenador del estado y candidato republicano a la presidencia en 2008 que murió de cáncer hace seis años.
La ajustada derrota de Trump en este estado en 2020 (la primera en Arizona desde 1996) se debió, en buena parte, a que una parte de los considerados republicanos se apartaron de la figura del magnate.
El alcalde de Mesa, el republicano John Gile, participó en la convención demócrata para dar su apoyo a la candidata demócrata, Kamala Harris.
Gile recuerda que McCain "era conocido por decir 'el país antes que el partido'".
También se exaspera con los trumpistas que niegan los resultados electorales de 2020, los que bloquean en el Congreso un proyecto de ley de inmigración transparente y que se oponen al apoyo militar a Ucrania.
"Necesito recordar a los republicanos de Arizona que firmaron el ejemplo del senador McCain y que no sean leales a un partido que perdió su rumbo", dijo.
– "Políticamente sin techo" –
En Phoenix y sus alrededores, decenas de carteles de "Republicanos por Harris" se alinean en las autopistas.
El movimiento anti-Trump en Arizona tuvo menos apoyo en 2020. Este año, los activistas dicen haber recaudado 120.000 dólares de pequeños donantes, el doble que en los últimos cómics.
En el jardín de la casa de Daniel Schweiker cuelga un cartel a favor de Harris. A sus 75 años, este jubilado añora las figuras republicanas de antes, como los Bush o el controvertido Richard Nixon. Se considera un "vagabundo político".
Las encuestas pronostican un resultado ajustado en Arizona. La página web fivethirtyeight asegura que Trump tiene una ventaja de 1,5 puntos.
Pero Schweiker quiere creer que el expresidente y sus acólitos serán castigados por haber radicalizado el Partido Republicano.
"Para ganar unas elecciones generales, tienes que moverte hacia el centro, y esa gente no sabe cómo hacerlo", asegura. (Romain FONSEGRIVES)