Colaboración con Acento.com.do de Amaurys Pérez Vargas y Deivis Cabrera Heredia
Al día siguiente de iniciarse las jornadas de protestas en abril de 1984, la Federación de Estudiantes Dominicanos FED, en ese momento presidida por el joven y dirigente de izquierda, Manuel Salazar, tuvo a bien emitir un comunicado con fecha del 24 de abril de 1984 a nombre de la Federación de Monitores, honrando la memoria de uno de sus dirigentes, Adolfo Brito, quien cayó "trágicamente en los sucesos del 23 de abril de 1984 en el barrio 27 de Febrero" tal como se puede leer en su tarja conmemorativa en los laboratorios de Química de la Facultad de Ciencias.
En el relato de ese documento histórico titulado Manifiesto al Estudiantado y al país contra el hambre y la represión viva la lucha popular se describe brevemente el contexto político y social que vivía el país en aquel momento, y cómo afectó a la población en general: “Ante la grave situación económica provocada por la burguesía al servicio de la cual está el gobierno del PRD, y agravada por la intervención del FMI, el pueblo espontáneamente ha dado muestras una vez más de su disposición de lucha”.
El Bachiller Adolfo Sebastián Brito Escolástico era un estudiante de Química prometedor, tal como se aprecia en el referido texto en el que se le define como un “meritorio estudiante” lo que nos denota su claro compromiso con sus estudios. La muerte de Adolfo Brito, según su acta de defunción, se produjo por heridas de balas que presentaba “en el brazo derecho, tórax y muslo derecho”. A la hora de su fallecimiento, Brito tenía 26 años y residía en la calle José Martí #405, en el barrio Mejoramiento Social de la ciudad de Santo Domingo, Distrito Nacional.
El impacto de su asesinato en la comunidad universitaria se aprecia en la ratificación del apoyo sin reservas que hizo la Federación de Estudiantes Dominicanos “a las justas protestas populares y llama al pueblo y sus sectores organizados a coordinar los esfuerzos para garantizar la organización y la profundización de la lucha hasta lograr que el gobierno deje sin efecto las reaccionarias medidas económicas adoptadas”. Ciertamente, uno de los impactos tangibles de su muerte en la UASD fue la tarja conmemorativa que rinde un tributo a su memoria, tal como hiciera Amín Abel Hasbún con el dirigente estudiantil Luis Ibarra Ríos en la Facultad de Medicina caído junto al intelectual y pintor Rafael “Pipe” Faxas durante la insurrección de noviembre de 1963 que organizara el Movimiento Revolucionario 14 de Junio.
Desde la perspectiva de la memoria, ese acto simbólico, nos sirve para recordar la valiosa contribución que la UASD ha hecho a lo largo de su historia por la lucha de la justicia social y económica en República Dominicana. En ese sentido, se valora el acto organizado ayer en la sala de orientación de Biblioteca Pedro Mir en donde recordamos a Adolfo Brito y a todos los que perdieron la vida durante la rebelión popular de 1984, cuya tarja en el laboratorio de química no solo es un tributo a su memoria, sino también un recordatorio de la impunidad que reina en la patria de los héroes de la raza inmortal, de Manolo y de Caamaño.