Desde puntos aislados nos llegan esta semana notas que exponen y contrastan problemas sociales y económicos comunes presentes en países y ciudades en América y Europa que levantan voces en alarma y preocupación urgente a su atención: el sinhogarismo.
En San Juan organizaciones revelaron que el problema bordea a más de dos mil personas durmiendo en las calles. Una de ellas, un caballero de 92 años. Realmente pienso el número más grande y se extiende a más ciudades en la isla. Localmente se estima la pobreza y los huracanes como razones principales para el lanzamiento al descampado.
Desde Santiago de Chile, se informa el crecimiento de indigentes en 21,126. Otras ONG estiman el número en 40,000. Según las notas, notable su inundación en un histórico sector capitolino. Tan céntrico como cercano al histórico Palacio de la Moneda, centro de gobierno.
El cuadro en Santiago es el mismo que hemos visto en San Juan de Puerto Rico, el que amigos puertorriqueños nos describen en las inmediaciones de Hollywood, California, Portland, Maine, el sector Turístico de Callao y La Gran Vía, Madrid, México DF, Atlanta, Georgia, por mencionar algunos de los vistos y otros que se nos informan.
En los casos particulares en Santiago, cartones, frazadas, casas de campaña en ambientes frágiles y poco salubres se destacan. Igualmente gente durmiendo en bancos en parques públicos o frecuentando entradas en edificio en pesca de monedas para lograr algo que comer. Algo similar a un parque público en la Fernández Juncos, en Miramar. Localmente organizaciones privadas se encargan de llevar alimentos calientes a estos indigentes.
En California y en Atlanta son frecuentes las mismas imágenes excepto que autoridades locales han colocado piedras debajo de puentes. Ello en intento de controlar este descampado con mensaje de que nadie puede dormir sobre piedras. Pero ya muchos han movido sus casetas un poco alejado de las piedras y quien sabe qué pasará con la llegada del invierno.
En el estado de Maine el gobierno local construyó unas modernas facilidades, para albergar muchas familias o personas. Me aseguran se niegan a mudarse en desacuerdo a la prohibición al alcohol y las drogas en estas nuevas facilidades. Más absurdo es atender la crisis de plagas de ratones en las zonas de campaña debido a la negativa de ciudadanos a la matanza de animales.
Variopinta las razones para el sinhogarismo y los gobiernos se rascan la cabeza procurando solución.
Localmente la solución sería más simple debido a la disponibilidad de los fondos federales para combatir el hambre, la injusticia social y la vivienda. Aun así persiste el problema de la pobreza y la injusticia social.
Igual que otros vemos al local gobierno saliente sin éxito alguno en su gestión cuatrienal y peor, con poco tiempo para atender este problema de injusticia social que se contrasta o refleja en países hermanos. En todos ellos ya se lanzan voces de alarma en procura de una solución global. Sin atención a ello podría convertirse en alarma mundial.