El fallecimiento del glorioso comandante constitucionalista Mario Peña Taveras constituye una señal luctuosa para los dominicanos.
Al sentir las primeras señales del levantamiento de los militares constitucionalistas en abril de 1965, sin pensarlo dos veces, Peña Taveras advirtió un “manos arriba” al núcleo de oficiales superiores que apoyaban al triunvirato golpista encabezado por Donald Reid Cabral.
Peña Taveras también se jugó la vida en la heroica batalla del Hotel Matúm de Santiago de los Caballeros cuando el glorioso coronel asistió a un homenaje póstumo al prócer Rafael Fernández Domínguez.
Ahora en diciembre se cumplen 57 años de la citada batalla del Hotel Matúm. Fue otro ejemplo de hidalguía que nos recuerda el heroísmo de los inmortales próceres de la Restauración de la República en 1963.
Faltan apenas cuatro meses para cumplirse un año más del nacimiento Mario Peña Taveras nacido en un paraje rural llamado entonces Sabaneta en la demarcación de San Juan de la Maguana. Hace tres años, el héroe Mario Peña Taveras, quien residía en el exterior, vino al país a recibir un merecido reconocimiento.
Con todo respeto, me permito la reflexión de que el señor presidente de la República, Luis Abinader Corona, decida emitir y firmar un decreto honrando la memoria de Mario Peña Taveras con la designación “post mortem” de general de Ejército de la República Dominicana, ERD.