Los hechos de violencia que acontecen en uno de los sistemas de transportación más antiguos de EE. UU están fuera de control. Recientes estadísticas confirman que solo en el 2022 hubo un aumento de un 41% de los actos de violencia registrados en este concurrido medio de transportación, provocando así que se agudice el temor entre todos los sectores que lo utilizan.
El metro de Nueva York se inauguró en el 1904, se caracteriza por ser uno de los sistemas más utilizados por los neoyorquinos. Es la unidad de transportación más extensa de Estados Unidos y uno de los más grandes del mundo.
Se informa que, la violencia que se registra en el tren va desde apuñalamientos, pandillas, ataques con martillos, empujar a usuarios por las escaleras o a los rieles, ataques con excrementos, violaciones hasta disparos a “quema ropa” perpetrados por personas de diversas nacionalidades.
De momento, las autoridades continúan investigando cuáles son los posibles motivos que provocan este aumento de hechos delincuenciales; que no es nada nuevo, porque en Nueva York logro caracterizarse en las década de los 80 y 90’s por ser una ciudad que la controlaba la criminalidad, porque el consumo del crack estaban fuera del control de las autoridades.
Y todo apunta que pese a las medidas de seguridad que exhibe esta importante ciudad, la situación no aparenta tener fin. Mientras tanto el vandalismo sigue en aumento, también la inseguridad por parte de los usuarios; atemorizados de convertirse en una posible víctima de la criminalidad dentro o fuera del tren, en la ciudad que nunca duerme.
Existen varias teorías sobre las posibles causas del aumento de dichas acciones, la principal se atribuye a la xenofobia, por la llegada constante de cientos de inmigrantes que llegan cada día a la ciudad. Un 16 % de las personas sin hogar se encuentra en Nueva York.
Otra teoría apunta a los efectos de la pandemia y de todos los factores que se sumaron a esta en materia económica; pero a pesar de que los hechos están bajo investigación, el aumento del vandalismo persiste, en una unidad que mueve alrededor de 5 millones de personas.
Recientemente, el alcalde de la ciudad, Eric Adams, calificó la situación actual como “una crisis humanitaria”.
De momento, la situación no parece encontrar la solución pese al inmenso dolor que sigue causando entre los familiares de las víctimas y el miedo entre los usuarios, ya que el metro es casi obligatorio.
Esta situación debe ser aboradada como una de las grandes prioridades para el alcalde y todos los sectores que dirigen este importante lugar, ya que la vida de los ciudadanos está literalmente en juego, así como también la reputación de la capital económica de la nación y un lugar emblemático para el resto de mundo.