Ahora que se ha designado al ingeniero eléctrico Milton Mórrison como el nuevo director del instituto nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (Intran), la institución encargada de organizar y dirigir el tránsito y el transporte terrestre, considero propicia la ocasión para recomendarle al Presidente Luis Abinader para que en su próxima gestión gubernamental aplique una verdadera política de estado para la regulación del transporte urbano, suburbano e interurbano, sobre todo en el Distrito Nacional y en las grandes ciudades, debido a la gran cantidad de accidentes que ocurren a diario por la circulación de vehículos pesados y livianos en pésimas condiciones, así como al gran congestionamiento vehicular en las vías, lo que constituye un caos total..
Para poder lograr una solución a corto plazo se hace necesario realizar una verdadera alianza público-privada o a través de un fideicomiso, que pueda realizar una inspección minuciosa al gran parque vehicular existente, consciente de que una gran parte de este no califica ni reúne las condiciones mínimas para continuar circulando. Para ello habría que instalar talleres certificados por regiones o en las principales provincias del país.
Las alianzas público privadas sólo tienen razón de ser cuando el Estado no está en condiciones ni en capacidad técnica o económica para la solución de determinados problemas que afectan la seguridad nacional y que ya no tienen espera. No somos dados a apoyar este tipo de alianzas, porque muchas veces, problemas que el Estado puede resolver y que son de seguridad nacional son abandonados o se dejan de hacer para beneficiar al sector privado o a firmas extranjeras.
Las razones que impulsan a realizar este tipo de política pública obedecen a que ya no hay tiempo que perder. Nuestro país ocupa el primer lugar en el mundo en accidentes de tránsito y en pérdidas humanas que afectan en gran medida al presupuesto nacional. Una persona con lesiones traumáticas le cuesta al Estado millones de pesos. Dichos accidentes se deben a las malas condiciones de los vehículos, al consumo de alcohol y a sustancias prohibidas, al manejo temerario. Por clientelismo político hace tiempo que se dejaron de realizar las inspecciones al parque vehicular,
Una inspección vehicular minuciosa debe incluir la revisión de los neumáticos, frenos, tren delantero, transmisión, luces, que los documentos coincidan con los registro del vehículo, etc., ya que los que utilizan estos servicios corren un alto riesgo por la pésima condición de estos. Además, muchos vehículos utilizan gas licuado como combustible de manera informal, lo que representa un grave peligro, incluso se utiliza en el transporte escolar de niños, sin que el Ministerio de Educación o de Interior y Policía tomen las medidas correspondientes.
Otro aspecto a ser regularizado urgente es el del transporte motorizado (motoconchos), el cual está diseminado por todo el país; forma parte de nuestra economía informal, el cual le rinde un gran servicio. Hay que dotarlo de matrícula, placa, casco protector, licencia, seguro. En la mayoría de los accidentes automovilísticos que ocurren a diario, así como en los asaltos y crímenes, hay una motocicleta involucrada.
Una medida que podría considerarse y que puede contribuir a paliar la crisis del transporte urbano, es evaluar la posibilidad de que los vehículos circulen por días específicos de acuerdo al terminar de las placas (par e impar), debido a saturación de las principales vías públicas; aumentar las unidades de transporte masivos (articulados) y una amplia campaña de educación para que las familias sean eficientes en el uso de sus vehículos privados. Esta medida ha dado buenos resultados en muchos países.
Finalmente, está el problema de los vehículos chatarras del transporte urbano, para los cuales también hay que establecer políticas públicas para ser sustituidos del parque vehicular por su mal estado, por los accidentes que generan y por su mal aspecto. Para estos fines se deben crear cooperativas de transportistas, pero no de los tradicionales sindicatos del transporte, que solo han servido para enriquecer a sus directivos. En este sector el Ministerio de Turismo podría jugar un rol importante. Que así sea.