El municipio Pedernales, en vías para convertirse en destino turístico, acaba de ser estremecido por una crisis eléctrica desconocida por la última generación.
La semana de sufrimiento por excesivo calor, nubes de mosquitos y pérdidas millonarias en las familias y el comercio es atribuible a la Ege-Haina, la empresa que opera los generadores independientes del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI).
Pero también de la Empresa Distribuidora del Sur (Edesur), que, al menos desde el anuncio del presidente Luis Abinader, en 2020, sobre el inicio del proyecto de desarrollo turístico, debió –como requeté planteamos desde el primer día- dedicarse a cambiar postes y redes y modernizar el alumbrado, en vez de agacharse mientras estandarizaba la improvisación pegando parches, como si el pueblo de Pedernales se mereciera eso.
El retraso de esa distribuidora es abismal si se compara con avances en obras para el turismo en Cabo Rojo (hoteles, terminal turística, acueducto), incluso de la carretera Enriquillo-Pedernales (74 kilómetros), que es mucho decir.
El colapso de la semana pasada fue causado por la salida de servicio de uno de los generadores, según Ege-Haina. Sin embargo, pivotea la pelota caliente y la lanza Edesur. Dice que desde hace varios años ha advertido a la distribuidora sobre la necesidad de gestionar con eficiencia la carga de los tres circuitos del municipio cabecera de la provincia sureña y realizar adecuaciones en la topología de las redes para garantizar una operación confiable.
Y ha resaltado que se precisa la terminación de la subestación de Edesur para establecer la conexión de la línea de transmisión de Pedernales al SENI para responder a la demanda creciente de energía.
El administrador de la Empresa de Transmisión Eléctrica Dominicana (ETED), Martín Robles, informó el 4 de abril de 2022 a Diario Libre la terminación de la instalación de la línea de 138 mil voltios y aseguró que sólo faltaba la construcción de la subestación por parte de Edesur para la interconexión al sistema nacional. El 2024 corre hacia diciembre, y nada.
Sobre rumores crecientes de que Ege-Haina se llevaría los generadores tan pronto se interconecte y la posición pedernalense de dejarlos para resolver eventualidades, Robles expresó que “cuando llegue la transmisión, esas plantas (tres) serán desconectadas o estarán ahí para cualquier eventualidad”.
ETED nos ha dejado el sabor amargo de la carencia de planificación. Es muy probable que se alargue la insufrible espera de los pedernalenses para la interconexión. Y no solo por el retraso en la terminación de la subestación por parte de Edesur en Los Olivares.
Ahora resulta que es obligatorio remover no se sabe cuántas torres (no lo han informado) de las que sostienen la línea de transmisión a lo largo de 74 kilómetros para la conexión con el sistema nacional en el área paralela a los terrenos donde será construido el aeropuerto internacional, en las comunidades Tres Charcos y Manuel Goya, municipio Oviedo.
Para los aviones cargados con turistas representarían un peligro de grandes proporciones, han advertido ya los expertos. Da la impresión de que tal terreno fue priorizado a última hora sin reparar en planificación ni en coordinación interinstitucional.
En obras tan socialmente necesarias hay señales contundentes de improvisación. Inaceptables si se habla de plan maestro, programas y proyectos turísticos y socioeconómicos.
El presidente Luis Abinader debe afinar la puntería con Pedernales. Sobre todo porque desde la jura de su primer período, el 16 de agosto de 2020, ha reiterado que la obra cumbre de su gestión, su sueño, es el desarrollo turístico de esta provincia del “sur fecundo” para impactar a toda la región Enriquillo (Pedernales, Baoruco, Independencia y Barahona).
En el área el Gobierno tiene funcionarios que han mostrado eficiencia y eficacia y la comunidad no les ve mañosos, como el viceministro de Cooperación Internacional de Turismo y director ejecutivo del Proyecto de Desarrollo Turístico, Carlos Peguero, a quien, particularmente, percibo subutilizado y a ratos relegado.
Sería buena ficha para comenzar a contener la dispersión interinstitucional y el protagonismo de los figureros mediáticos en el Gobierno. La falta de planificación saldría muy cara.