Una inquietud permanente…, generada en la paz de la interioridad personal. Esa es la semilla de Dios, el Valor Originario (V.O), que nos lo propone Dios para que conduzca nuestra vida y desarrolle mi personalidad en una dinámica personal ascendente; si libremente le hacemos caso y lo cultivamos con acciones de entrega radical solidaria, el V.O hace que el yo se trascienda a sí mismo, salga de sí y se abra al Otro: para recibirlo o para acercarse a él.
La semilla de Dios, V.O, no nos deja permanecer indiferentes ante los acontecimientos de injusticias y violaciones del Otro en la vida cotidiana. Lo importante es identificarlo, asumirlo, echarle su poquito de agua cada día. No olvidarlo porque se puede secar, endurecer y morir. Si el Valor Originario muere…, entonces: nos enredamos en superficialidades de la cotidianidad individual, nos amarramos, nos metemos en un callejón sin salida, nos yoizamos. Somos muertos en vida porque nos ensimismamos. Nos encerramos en el Yo…
Después de años viviendo con Fidelidad Creativa al V.O se puede disfrutar de la frescura y fortaleza juveniles. La Opción Vital no crece por los años que se tengan, ni por las funciones desempañadas, ni por el lugar donde se viva, sino por la actitud de entrega solidaria con que se viva.
La Semilla de Dios se mantiene viva y crece frondosa hasta donde la persona no se imagina, porque Dios es el sembrador y sabe a dónde quiere llevarnos. Sólo basta confiar ciegamente en quien nos da la vida, nos conoce y nos guía; la lógica humana es trascendida; pero a veces, esa misma lógica se convierte en “trasendía”; es decir, cree que sabe, porque quiere competir con la lógica de Jesús, que es una locura: “perder para ganar”, Jn.12,25.
Después de 10 años en la estructura parroquial, en Loma de Cabrera y Restauración, di “Un Paso Más en la Opción”, “El Manguito”, un paraje de Manuel Bueno, sección de Loma de Cabrera, 1984. Decidí estar "con y como” los campesinos viviendo de un trabajo manual, la agricultura, asumiendo su estilo de vida, agricultura de subsistencia, en casa de una familia campesina: Bolo y Mercedes, que criaban dos nietos, Purrunta y Joselito. Sólo el empobrecido enseña a ser pobre…
Busco asumir el mundo del empobrecido por la fe y la opción sacerdotal-religiosa, como sacerdote jesuita; quiero hacer mío los dolores y las esperanzas del campesino y campesina. Lo que ellos pasan por las injusticias y la opresión del sistema actual, neocolonial…, yo les acompaño por la fe que me inspira.
Este “Paso” fue nacer a una vida nueva, para mí. Es diferente hablar del empobrecido y conocer sus artimañas de vida desde la seguridad, que acompañarles en sus trabajos, en su estilo de vida, en su quehacer cotidiano y desde ahí ejercer el ministerio sacerdotal. Como dice Jesús: . “Quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”, Juan 3:3”.
Hombres y mujeres empobrecidos y empobrecidas hay muchísimos y muchísimas, millones; pero sacerdotes y monjas empobrecidos y empobrecidas, no hay tantos…
Aunque, en la Vida Consagrada tengamos voto de pobreza, ordinariamente, no somos empobrecidos/as; y eso que decimos ser los especialistas de los Consejos Evangélicos…; renunciamos a las posesiones personales y vivimos en la seguridad con propiedades privadas comunitarias…
El empobrecido no renuncia a los bienes materiales porque no los tiene; además, le quitan lo que les pertenece, y busca cómo subsistir con un trabajo manual en un sistema económico que le da preferencia al lucro, a la acumulación y al consumo; es por eso, que un grupito de gente en la sociedad, la élite, se adueña de los bienes que pertenecen a los empobrecidos…
El empobrecido no puede acumular porque apenas puede mal-vivir con el pago salarial; aquí está la raíz de su empobrecimiento: vivir atajando para que otro enlace. Sin llegar a acumular ´´echándole comida a puercos gordos ajenos” …
La Opción Vital por el evangelio, el ser los Especialistas de los Consejos Evangélicos tiene que llevarnos a trascender la propiedad privada a nivel personal y a nivel comunitario para que nuestra Opción Vital Empobrecida y solidaria sea realmente empobrecida y no vivamos engañados legitimando una élite social y un sistema de injusticias que queremos combatir.
Así como la fábrica de empobrecidos son los donativos de la oficialidad a los pobres; lo mismo la propiedad privada comunitaria es fábrica de ricos por la seguridad que les ofrece a la Vida Consagrada.
Jesús salva la humanidad: renunciando a los Poderes Divinos, haciendo la voluntad de su Padre; viviendo solidario con los empobrecidos; perdonando los pecados; sanando los enfermos; dando de comer a los hambrientos, así llega a recuperar los poderes divinos…
¿Cuáles fueron los bienes acumulados por Jesús y los Apóstoles? ¿Cómo vivía la Comunidad Apostólica?
Un Paso Más en la Opción, “El Manguito”. Después de haber vivido 10 años en la estructura parroquial; hasta ahora, ofreciendo un servicio solidario en el Equipo Pastoral de Loma de Cabrera 1974-1984.
El nuevo Paso, que quiero dar, hay que discernirlo en los distintos frentes pastorales personales: con uno mismo, con el Equipo Pastoral, con el Obispo, con los Superiores, con la Familia, con las comunidades, con los Amigos…, para mantener la fidelidad al Valor Originario, que es el Absoluto personal innegociable. El proceso duró tres años.
Para llegar al Manguito hay que darle tres pasos al rio el Sable, que viene saltarín de la cordillera Central y fertiliza las tierras del Manguito, de Manuel Bueno y del Aguacate.
Pasé dos años en familia con Bolo, Mercedes y sus nietos Purrunta y Joselito. Vivíamos de lo que cosechábamos: gandules, yuca, arroz, maní, habichuela, auyama; junto a la casa había un cafetalito y cruzando el camino está el río Sable sereno, fresco y acogedor.
Mi Superior jesuita puso una condición, que para mantener un vínculo con la comunidad religiosa debía pasar de lunes a viernes con la familia campesina, sábado y domingo con los compañeros y compañeras de Equipo Pastoral, que estaba formado por tres sacerdotes, un Hermano jesuita y cinco religiosas Misioneras de los Sagrados Corazones.
Por obediencia acepté la propuesta de mi Superior; pues, mi convicción es que la fidelidad creativa al Valor Originario, que me lleva a dar Un Paso Más en la Opción Vital es quien genera comunidad a nivel de la vida religiosa y a nivel eclesial…, no el techo y el catálogo…
El nuevo estilo de vida no se rutiniza, todo es nuevo y cada día se inicia como el primero no hay posibilidad para acostumbrarse…; con el tiempo la ropa de trabajo se va endureciendo por el sudor, el polvo de tierra y el frío de la madrugada. Cuando al levantarme me pongo esa ropa dura y fría parece el yugo de la yunta de bueyes que preña la tierra con el arado.
Cada etapa de la cosecha tiene su belleza: la tierra preparada para sembrar, la siembra, el crecimiento de la semilla germinada, la cosecha. Todo sucede en el silencio de la noche de luna y estrellas y por el día luminoso y el canto de las aves y alimañas.
Pero la gran alegría es ver la llegada de amigos y amigas para participar en el “convite de la cosecha”, es un pasadía inolvidable. Mi primera cosecha fue de maní., arrancarlo y despelotarlo, secarlo y desgranarlo en un bastidor de cama apoyado en dos sillas frotándolo con los pies.
Todo termina con el viaje al mercado de Santo Domingo; se renta un Daihatsu cama corta y los vecinos escogemos el día para ir al mercado y evitar los intermediarios. Salimos a las 11 P.M y llegamos a las 7 A.M, llevamos 80 quintales de maní; muy buena venta; sólo nos quedaron dos sacos y lo dejamos a un comerciante amigo para que nos hiciera el favor de venderlos.
La gran sorpresa para mí fue el dinero que me sobró después de haber pagado a todos los que enviaron su maní, 80 quintales, me queda una gran cantidad de dinero. Es que los campesinos vendían la unidad de un kilo por 2 libras; y 1 kilo son 2.2 lbs. Aparece otra ganancia para los campesinos; además, de haber evitado el intermediario…