El valor heroico del pueblo ucraniano y de su presidente, Volodímir Zelenski, se ha ganado la admiración y el respeto del mundo. Putin confió hasta el último momento que en 72 horas tendría a Ucrania a su merced. Pero como dice el dicho “le salió el tiro por la culata”. La resistencia ucraniana ha demostrado que la lucha por su soberanía y autodeterminación es la prioridad nacional y, por lo que hemos visto, los ucranianos defenderán su patria con sus vidas.
La desventaja de Putin es que es un hombre análogo en un mundo digital. Creyó que su equipo de propagandistas de <fake news> haría creer al mundo que el superhombre ruso que lucha con osos, que es paracaidista, jugador de hockey, karateka, piloto de helicópteros, músico y que viaja a la luna sin escafandras, podría doblegar a un joven abogado y actor de comedias. Volodímir Zelenski, memoricemos bien ese nombre porque cuando se escriba la historia del siglo 21 se le recodará como el hombre que unificó al mundo contra un psicópata dictador llamado Putin, a quien se le enviará allí donde pertenece, al siglo 20.
La derrota de Putin no será con las armas, será con la economía. Rusia es solo un exportador de hidrocarburos y casi todo lo importa, incluyendo hasta los palos de hockey de sus jugadores. El aislamiento será el talón de Aquiles que pondrá la economía del inmenso imperio ruso de rodillas. Es el caso de Venezuela, país que sustentó sus estructuras económicas en la explotación del crudo y en su exportación como la comodita por esencia. Rusia, por igual, no desarrollo tecnología industrial competitiva en los mercados internacionales y hasta los chips que usan sus sistemas de seguridad o los insumos para la agricultura tiene que adquirirlo de occidente.
Según la propaganda de Putin occidente representa la reencarnación del mal. Sin embargo, la oligarquía rusa que lo sustenta tiene sus activos millonarios en los bancos europeos, inversiones multimillonarias en Europa y en los Estados Unidos. Las mansiones y los castillos de esa oligarquía se encuentran en Lowndes Square, Inglaterra, en Saint-Jean-Cap-Ferrat en la riviera francesa, en La Milla de Oro de Marbella o en los Alpes suizos y sus lujosos yates anclados en el Mediterráneo para el disfrute hedonista. Los hijos de los oligarcas rusos de Putin asisten a los mejores colegios y universidades de Europa y de los Estados Unidos. Sí, allí en el diabólico occidente que quiere Putin destruir con sus armas nucleares porque suprime la “grandeza rusa”. Sí, en ese satánico enemigo occidental, donde la élite rusa goza del paraíso terrenal. Mientras que un país, no más allá del Este, llamado Ucrania se niega a subyugar y reclama su derecho de existir, crecer, buscar su destino, desarrollarse con la laboriosidad de su gente; y cuya grandeza está en la dignidad de lo que un pueblo quiere ser.
Rusia despertará en estos días como Corea del Norte (pero aún con ojivas nucleares). los activos de reserva del banco central de Rusia son de 643 mil millones de dólares y los aliados occidentales podrán congelar un máximo de dos tercios de esta cantidad, o sea, alrededor de 425 mil millones dólares aproximadamente. Esta es la parte de las reservas que tiene el banco central ruso en dólares, euros y potencialmente otras monedas de los aliados occidentales, como el yen japonés. De la sanción sólo escapará parte de las reservas que el banco central ruso que tiene en moneda china, así como a una parte sustancial de las reservas que tiene en oro, porque en su mayoría ha depositado en su suelo natal.
Mas, el banco central de Rusia no podrá administrar estos fondos, lo que paralizará su capacidad para llevar a cabo la política monetaria. Históricamente, este es un paso sin precedentes. Los Estados Unidos ha tomado medidas similares contra los bancos centrales de Irán o Venezuela en el pasado, pero con la diferencia que allí no había mucho que congelar en esas instituciones. En ambos casos, las reservas de divisas eran minúsculas frente a las actuales de Rusia. Ahora, por primera vez en la historia, el congelamiento pretende afectar una cantidad tan significativa de reservas y una economía relativamente importante, que en algún momento incluso perteneció al grupo G8 de las ocho economías más importantes del mundo. El congelamiento de las reservas del banco central de Rusia les traerá por consecuencia una pérdida de cientos de miles de millones de dólares.
El rublo, la moneda rusa, se encontrará en "caída libre" a partir de este lunes después de la apertura del mercado de divisas. El banco central de Rusia tendrá problemas considerables para detener su caída. Probablemente tendrá que vender su oro de reserva, así como su yuan chino de reserva u otros activos de reserva si es posible. Comprará rublos para estos activos a gran escala, retirándolos así del mercado y tratando así de detener su declive. Sin embargo, los retirará con la perspectiva de que la moneda rusa, que ganará por divisas chinas, oro u otros activos (pero no dólares y euros, pues ya estarán congelados), se devaluará aún más significativamente, lo que debilitará aún más la posición del banco central ruso y su capacidad para conducir la política monetaria. La "caída libre" del rublo puede resultar en su colapso total para le economía rusa.
El desastre bancario arropará y las colas frente a los bancos de rusos intentando retirar sus rublos de los bancos, o incluso cambiarlos en otra moneda, como el yuan. Sin embargo, esto será extremadamente difícil, o casi imposible. También se puede esperar un aumento de las transferencias a criptomonedas. Además, el Kremlin probablemente tendrá que realizar algún tipo de control de capital, o nacionalizar los ahorros de la gente, para que el régimen pueda disponer de ellos por sí mismo, para comprar alimentos, medicinas o incluso armas. Además, la pregunta es si los bancos en Rusia abrirán en absoluto porque aquí en la República Checa las sucursales del banco ruso, Sberbank, cerraron sus puertas. Los ciudadanos rusos se convertirán en ciudadanos de la imaginaria "Corea del Norte": se volverán dramáticamente más pobres. Además, el apreciable debilitamiento del rublo desencadenará una ola inflacionaria. La inflación puede asumir gradualmente los parámetros de inflación vertiginosa, o incluso hiperinflación.
La pregunta, por supuesto, es cómo reaccionarán el Kremlin y el banco central de Rusia ante la situación. La gente desesperada hace actos desesperados. Y los rusos comunes transmitirán fácilmente a sus gobernantes su propia desesperación por la pérdida de los ahorros de toda una vida.
Occidente presionó hoy el "botón nuclear financiero". Sólo podemos esperar que la respuesta no sea presionar el botón nuclear real y Putin detenga su megalómano complejo de Zar.