Este 27 de febrero de 2023, a media mañana, el presidente Luis Abinader rendirá cuentas por tercera vez ante la Asamblea Nacional. Será la penúltima ocasión en su cuatrienio 2020-2024.

Las veces anteriores, Pedernales ha ocupado un lugar importante en el esperado discurso por la nación con el tema del Proyecto de Desarrollo Turístico como punto de partida de la mirada integral a la empobrecida región Enriquillo (Independencia, Baoruco, Barahona y Pedernales). Y, casi seguro, se repetirá la historia. Ahora tiene más razones.

El 5 de febrero, Abinader dejó iniciada la construcción de los dos primeros hoteles (1,100 de 12,000 habitaciones planificadas) en Cabo Rojo, a un costo de 240 millones de dólares (mmd). Serán operados por las cadenas internacionales Iberostar y Haytt.

La primera de cuatro fases contará con 4,700 habitaciones. La inversión a diez años será de US$2,245 millones en nueve hoteles, aeropuerto internacional, sistema de transmisión eléctrica, acueducto y planta de tratamiento de aguas residuales, centros comerciales, carreteras y otras.

Durante su comparecencia, el mandatario arengó a los pedernalenses a defender las obras que construye el Gobierno.

De las obras, va a buen ritmo el acueducto (depósito y tuberías) y está en fase final la instalación de la línea de 168 kilovatios para conectar la provincia con el sistema eléctrico nacional. El controvertido PortCabo está en ejecución, y se espera cruceros para diciembre. El edificio de la gobernación, que data de mediados de los años 50, ha sido remodelado por Interior y Policía.

Pero urge agilización la reconstrucción, eliminación de unas 70 curvas y ampliación del tramo carretero Enriquillo-Pedernales (74 kilómetros). Igual el tramo Barahona-Enriquillo (49 kilómetros). El retraso es grande. Han comenzado con la pavimentación de las calles del municipio. El proyecto del Frente Marino (con malecón incluido) sigue en pausa debido a inconvenientes con la posesión de las tierras, conforme una fuente de Turismo.

Sin dudas, el presidente ha mostrado inesperado interés en los proyectos en ejecución en esa provincia del extremo sudoeste. No hay precedentes de cinco visitas de un mandatario en tres años. Y eso representa una gran oportunidad que el pueblo de Pedernales, bajo ninguna circunstancia, debe desaprovechar. Es probable que no se repita en muchos años, por lo poco atractiva que resulta esta pequeña comunidad situada en la frontera dominico-haitiana para los políticos busca-votos.

Pedernales y Oviedo, los dos municipios de la provincia, evidencian precariedades de primer orden que el gobierno debe de atender de manera paralela al progreso de Cabo Rojo.

El asfaltado de las calles en Pedernales es loable. Pero las autoridades deben evaluar la posibilidad de parar ese proceso para embarcarse en la construcción del alcantarillado pluvial y sanitario. Cuestión de salud y de justicia.

En aquel territorio hay mucha agua subterránea; sin embargo, es probable que se contamine con la infiltración de aguas residuales en sépticos y las letrinas, y sea una potente fuente de enfermedades hídricas en nativos, turistas y visitantes.

El gobierno debería aprovechar la ejecución de las obras hidrosanitarias en Cabo Rojo para resolver ese problema a los dos municipios. Y solucionar de una vez por todas la carencia de agua potable en Oviedo.

Otras obras son necesarias: construcción de un nuevo edificio de oficinas públicas que sustituya la ruina existente; centro cultural, anfiteatro, remodelación de los estadios, una agroindustria para el procesamiento de la producción de mangos en el proyecto Los Olivares, carretera Aceitillar-Puesto Escondido para acercar a la Región Enriquillo por sierra Baoruco; incentivos para los productores agrícolas.

Este 27 de febrero, cuando el presidente Abinader se presente ante la reunión conjunta del Senado y la Cámara de Diputados, puede seguir sorprendiendo a los pedernalenses con más noticias positivas.

¡Que así sea!