Tras una larga historia de reclamos, el Gobierno ha comenzado a concretar la aspiración pedernalense de desarrollo del turismo en Pedernales, en el extremo sudoeste del territorio nacional, en la misma frontera dominico-haitiana.
Tres años después hay luces, sombras que clarear y nuevas posibilidades para anclar con más precisión el destino sostenible prometido por las autoridades.
Pasaron dos décadas de litigio judicial para que el Estado recuperara 362 millones de metros cuadrados de tierras con vocación turística que habían sido robadas a inicios de los 90 del siglo XX con el escaparate de parcelas agrícolas por funcionarios estatales, políticos, empresarios y profesionales que obraron abiertamente o a través de un sistema de testaferrato.
Cerca de 50 millones de metros cuadrados de esos terrenos han sido segregados para la construcción de los complejos hoteleros y otras facilidades, en Cabo Rojo, 23 kilómetros al sureste del municipio cabecera de la provincia Pedernales.
A la vista, las obras de infraestructura básica, como las hidrosanitarias, han avanzado a buen ritmo. En cuanto a hoteles, sólo uno de los 10 planificados, luce avance considerable, aunque con menos de 200 habitaciones de las 580 que tendría al final. Han dicho que será operado por la cadena Iberostar.
El proceso constructivo de la terminal turística presenta retrasos, aunque acaba de recibir el segundo crucero, este lunes 8 de abril. El Nieuw Amsterdam Rotterdam, de Holland America Line llegó a media tarde con 1,935 pasajeros y 838 tripulantes. El primero fue el Norwegian Cruise Line, que arribó el 4 de enero. Según las autoridades, llevaba a bordo 3 mil personas.
No ha comenzado la construcción del aeropuerto internacional en la comunidad Tres Charchos, Oviedo. Y la fundamental carretera Enriquillo-Pedernales (74 kilómetros) está a años luz de la terminación. Desde el primer “palazo”, hace más de tres años, el retraso es insondable.
No ha comenzado el importantísimo tramo que uniría a Pedernales con Duvergé, por Aceitillar, en la sierra. La idea del circuito vial interprovincial data de 1938. La palabrería ya es muy abundante pese a la necesidad de la carretera de 56 kilómetros.
Tampoco se inicia el frente marino en el litoral local; ni otras obras fundamentales, como proyectos habitacionales, centros culturales y de espectáculos, senderos y oficina de interpretación, acueducto de Oviedo.
En medio de los vaivenes, el rol de los pedernalenses, más allá de fanatismos políticos e intereses particulares, ha de ser de sujetos activos en permanente observación crítica del proceso para que los objetivos planteados se concreten y las autoridades adopten sugerencias orientadas a construir un destino envidiable. Ni aduladores ni enemigos del Gobierno, sino veedores por el bien común.
En esa perspectiva, una idea que Palacio debería analizar es la inclusión del turismo astronómico (astroturismo) en el marco proyecto de desarrollo turístico sostenible de Pedernales. No choca. Es una modalidad del turismo sostenible prometido que ayudaría a complementar y cualificar la oferta de sol, playa y aprovechamiento de la biodiversidad de los parques nacionales Baoruco y Jaragua.
El Centro Europeo de Posgrado, en un artículo publicado en su blog el 1 de marzo de 2023, asume tal categoría como “las actividades de ocio relacionadas a la observación de cuerpos celestes y otros fenómenos astronómicos”.
Se trata de una variante turística altamente responsable con la naturaleza que hace uso de los recursos naturales del espacio, como estrellas, planetas, cometas, asteroides y galaxias para promover la visita de personas aficionadas a la astronomía.
Puntualiza el Ceupe que, para practicarlo, se requiere traslado a lugares específicos y provistos de facilidades básicas de turismo, en sitios sin contaminación lumínica, con bajos niveles de polución, silenciosos, con buena accesibilidad, poca población y baja o nula actividad industrial.
A la provincia Pedernales le sobran esos detalles. Así que un observatorio y demás complementos agregarían valor y harían del destino un lugar singular en República Dominicana, porque captaría a miles de turistas locales y extranjeros responsables con el medioambiente, amantes de la ciencia y de los astros.
Pongo la pelota en la cancha del presidente Luis Abinader.