Este 23 de junio es fecha memorable para la política social del Estado dominicano en beneficio solidario, un día como hoy nace oficialmente esta institución llamada a satisfacer la necesidad más perentoria de cada ciudadano: la alimentación.
Su creación mediante la Ley 16-42 del Poder Ejecutivo respondía a la difícil situación que afrontábamos por efecto de la Segunda Guerra Mundial. Viendo la fecha, asoció la fundación con el recuerdo de aquel período oscuro del que me solía hablarme mi madre refiriéndose a las vicisitudes sociales durante aquellos años que el pueblo bautizó como “la hambruna del Centenario”, en alusión a los cien años de la República en el año 1944.
Los Comedores fueron originalmente dependencia de las Fuerzas Armadas, funcionando más bien como institución de Acción Cívica con sentido benéfico, en provecho de los más vulnerables.
Debemos recordar el paso del General Mélido Marte por la institución en los años 70, a quien veíamos, más que como administrador o director, el dueño de los Comedores. Lejos estábamos de alcanzar el grado de institucionalidad al que felizmente hemos llegado.
Hay muchas cosas que decir de la institución en su 80 aniversario, pero lo que quiero acotar son sus avances de los últimos dos años y su afianzamiento como entidad al servicio de los más desposeídos.
Estos últimos años han sido de logros extraordinarios que debo enumerar como ejecutorias de su actual dirección del doctor Edgar Augusto Féliz Méndez.
Recordemos el espaldarazo del presidente Luis Abinader a su gestión, al comparecer ante la Asamblea Nacional el 27 de febrero pasado, cuando virtualmente declaraba la institución como puntal de su política de asistencia social.
En las navidades pasadas, los Comedores Económicos jugaron papel estelar en el programa “Navidad del Cambio”, que llevó cientos de miles de raciones, golosinas y otros presentes a todos los rincones del país, para beneficio de los más pobres.
La expansión de su cobertura es otro punto luminoso: en menos de un año se han abierto nuevas dependencias incluso en algunos de los pocos lugares donde no habían llegado, como es el caso de Hato Mayor, en este mismo mes.
Hay muchas otras cosas que decir para ilustrar sobre el rol luminoso de los Comedores Económicos del Estado (CEED), pero mi espacio es insuficiente y no quiero abusar de la generosidad de mis apreciados amigos de estos periódicos.
Sólo quiero cerrar con este dato revelador del significado de esta ilustre institución: en lo que puede considerarse un hito en su historia, los Comedores distribuyeron en el primer cuatrimestre de este año nada menos que 6 millones de raciones.
Esto nos dice sobre el elevado porcentaje de dominicanos beneficiados con uno de los requerimientos más vitales y significativo de la especie humana, como lo es la alimentación.
Felicidades en estos 80 años a su eficiente director general, al equipo que le asiste y al abnegado personal que cristaliza desde la base sus directrices.