Con frecuencia al hablar de los sistemas educativos se confunde con el de las estructuras que lo componen. El concepto de sistema supone la organización de un conjunto de estructuras u organismos entre sí que comparten determinados ámbitos, sin que ello signifique lo mismo. Mientras la estructura es de carácter particular, el sistema no.
El concepto de sistema educativo supone una estructura de enseñanza y formación, integrada por una serie de organismos e instituciones que tienen la función de organizar, regular, financiar y ofrecer servicios en el ámbito de la educación, según las políticas que se formulen al respecto y que cae bajo el concepto de la función educativa.
Los procesos históricos en el desarrollo de los estados, en América Latina y el Caribe, trajo consigo la asunción por parte de éstos, de la función educativa, y con ello, el necesario aseguramiento de la educación para toda la población a través de una oferta gratuita, acompañados de instituciones de naturaleza privada, para quienes así lo deseen.
Desde el estado, el proceso educativo se organizó en varias etapas, tomando en consideración principalmente la edad de los sujetos: el preescolar de los 0-5 años; la primaria de los 6 a los 12 años; la secundaria de los 12 a los 18 años; la educación técnica, tecnológica o profesional, con variaciones de modalidades y años.
La organización por edades cambia ligeramente entre los países, atendiendo a ciertas características culturales. Lo que prima, sin embargo, es la organización y ejecución de un conjunto de políticas que permitan la oferta de una educación de calidad con equidad que promueva el desarrollo humano integral de sus ciudadanos.
Para J. Gorostiaga, del IIPE UNESCO, la educación básica es el ciclo educativo que los Estados orientan hacia los niños, niñas y adolescentes, la que comprende la enseñanza de los conocimientos y habilidades que se consideran imprescindibles para que toda persona se desempeñe de manera efectiva en la sociedad contemporánea.
Este ha sido un principio adoptado por todos los países y ratificados en muchos acuerdos entre los estados. Si algo debe destacarse en todo este proceso histórico es la clara asunción por los Estados de asumir la educación básica como un derecho ciudadano, desarrollando las políticas públicas necesarias para su ejecución efectiva.
Según la OECD en su página de junio 2024, los estudiantes de los sistemas educativos de alto rendimiento que lograron mejores puntuaciones en la primera evaluación internacional del pensamiento creativo fueron: Singapur, Corea, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Estonia y Finlandia. Esto por citar un ejemplo reciente.
Veamos algunas particularidades:
Finlandia: adoptó cambios importantes en su estructura asumiendo una educación obligatoria y gratuita para los primeros 9 años, presionando a las familias adineradas a exigir una mejor educación para sus hijos y para todos. Más del 90% de los finlandeses continúan sus estudios luego de la enseñanza básica, con una calidad indiscutible.
Francia: centrado en el concepto de Liceo (Lycée), definido por otros países como Alemania, Escandinavia y los Países Bajos, como el gymnasium, lo adoptaron como el paso previo a la educación superior. El concepto de Liceo viene de la antigua Grecia, como un espacio dedicado al ejercicio físico, la discusión filosófica, la reflexión y el estudio.
Inglaterra: Cuenta con rigurosos estándares y una diversa gama de oportunidades educativas que al concluir la secundaria son evaluados rigurosamente, proveyendo a los estudiantes de su Certificado General de Educación Secundaria. Los estudiantes pueden seguir su educación durante 2 años, en más en una variedad de opciones de nivel avanzado, vocacional u otros.
Estados Unidos: su oferta es mayoritariamente pública, con control y financiamiento federal a nivel local y estatal. El período escolar es de 12 años: 5 primaria y 7 secundaria. La educación preescolar es opcional y, generalmente, privada. Se caracteriza por su flexibilidad y adaptabilidad según ciertas preferencias y características de los alumnos.
El High School, últimos 4 cursos escolares, permite al alumno escoger asignaturas obligatorias de acuerdo con sus áreas de interés. A fin de reducir la brecha educativa y dar mejores oportunidades a los sectores vulnerables, se crearon las escuelas autónomas “Sin Excusas”. Estudios realizados han puesto en evidencia los avances alcanzados por estos estudiantes en matemática y alfabetización.
Suiza: Su sistema es descentralizado al punto que cada Cantón (provincia para nosotros) cuenta con su sistema educativo propio, incluso con contenidos curriculares diferentes. La educación preescolar no es de carácter formal ni obligatoria, si la primaria y la secundaria. Una evaluación final define el curso a seguir: escuela de orientación académica o de formación técnica o profesional.
Singapur: su sistema está estructurado en tres niveles básicos: preescolar (desde los 4 años), primaria (a partir de 6 años) y secundaria. Una Prueba Final de Estudios Primarios determina cómo seguirán después. La secundaria es muy diversa, con programas integrados para quienes seguirán estudios universitarios y programas especializados, enfocados a áreas como las artes y deportes.
Diez claves de la educación en Singapur: 1) la educación es un pilar del desarrollo del país; 2) El sistema educativo se basa en la meritocracia y la competitividad; 3) El objetivo es que los alumnos aprendan, no memoricen; 4) Aprendizaje flexible y diverso; 5) Independencia y autonomía de las escuelas; 6) Las evaluaciones oficiales definen el camino educativo de los alumnos; 7) Maestros altamente valorados y muy bien formados; 8) Evaluación e incentivo a los maestros; 9) Bilingüismo obligatorio y 10) La importancia de la formación profesional.
Estos, por citar solo algunos países. ¿Qué es lo importante entonces? ¿El gasto? ¿El uso racional del presupuesto? (Esto último, es una obligación y función fundamental de los organismos de control financiero). (La lapidación histórica de los recursos del estado se controla con menos empleados, pero, sobre todo, con controles y consecuencias).
Si bien la eficiencia del gasto es un tema importante, por el aumento de la población y las necesidades que ello supone (aunque en nuestro caso, no parece ser el caso), el control efectivo del gasto y de la cultura de corrupción asociada, debería ser el primer camino por recorrer.
Queda muy claro que el tema fundamental debe centrarse en quienes enseñan y lo que se enseña, como en quienes aprenden y lo que debe aprenderse para la vida. Un sistema educativo centrado en la formación de ciudadanos, con los valores y las competencias necesarias para el desarrollo del país y maestros que lo hagan posible.
Iniciar este proceso con la presión de un “presupuesto de gasto” integrado, no es otra cosa que obligar a la comisión, recientemente nombrada, a remendar o zurcir los pantalones rotos.
(Entre paréntesis y sobre la composición de la comisión, algo que no logro entender del todo, son las razones del por qué la composición de la comisión, en la que todos sus integrantes o fueron rectores de universidades o actualmente lo son. Hay otras personas que deberían estar, aunque empiezo a sentir temor por el número de integrantes).
Seguimos poniendo la carreta delante de los caballos y con ello, por supuesto, sacarle el bulto al problema fundamental: organizar un sistema educativo que responda a los planes de desarrollo del país, como incluso, a los retos de un mundo tan cambiante, como el que nos ha tocado vivir. Espero que esto sea lo que prime.