Indiscutiblemente la recomendación de “ser positivo” está de moda y constantemente la decimos o nos la dicen, pero ¿realmente entendemos qué quiere decir? Hay quienes invitan a los demás a ser positivos sin tener realmente una idea clara de lo que es.

Ser positivo, podríamos definirlo como asumir los conocimientos, pensamientos, actitudes y conductas, que estén mejor orientados a lo que verdaderamente nos conviene a nosotros y a todo lo que se relacione con nosotros. Un niño podría considerar positivo que su escuela desapareciera para poder jugar más, pero obviamente no sería positivo.

Es fácil recomendar una actitud positiva cuando el problema no nos afecta. A un amigo que acaba de sucederle algo terrible resulta fácil decirle que piense de forma positiva, lo difícil es nosotros hacerlo estando en esas mismas condiciones, pero si tenemos buenas intenciones la expresión es bien recibida.

Hay quienes entienden que el pensamiento positivo permite mágicamente tener una vida maravillosa sin esfuerzos. Pero si no quise sembrar, solamente por el pensamiento positivo no tendré una buena cosecha.

Realmente la fuerza de mis pensamientos podría hacer maravillas, pero sólo cuando mis actitudes y conductas marchan alineadas con mis sueños y proyectos.

El joven que se burlaba de sus amigos que se esforzaban por estudiar o trabajar mientras él holgazaneaba o se divertía, cuando sea mayor, le será muy difícil lograr lo mismo que ellos, simplemente con su pensamiento positivo.

Hay dos refranes populares que suele creerse erróneamente que se encuentran en la Biblia y aunque no es cierto, bien podrían haber estado, porque son acordes a sus enseñanzas, estos son: “a Dios rogando y con el mazo dando” y “Dios dice ayúdate que yo te ayudaré”. En esencia, lo que el creyente debe saber, es que dedicarse a orar para que Dios haga nuestros trabajos y nosotros no tener que hacer nada, no es el sentido bíblico ni el sentido común. Pedir a Dios que haga lo que nos corresponde a nosotros hacer, no es fe, sino mediocridad e irresponsabilidad. Si usted no quiere trabajar, no tiene derecho a comer (2 Tesalonicenses 3:10-15), si le ayudan debe sentirse agradecido, pero nunca debiera enojarse cuando no le ayuden.

Serás lo que quieras ser, tendrás lo que quieras tener y vivirás la vida que quieras vivir, si estás en la disposición de afrontar los retos o exigencias del estilo de vida que te atraiga, porque, aunque no lo notes a simple vista, detrás de cada persona que triunfa, se esconde un largo camino de sacrificios. Puede parecer atractivo ser el gobernante de una nación, pero es importante considerar los sacrificios antes, durante y después de serlo, a veces anhelamos los derechos o ventajas de una posición, sin siquiera sospechar los esfuerzos que conlleva. Exigirte más de lo que puedes no es positivo, suele ser muy negativo.

Ciertamente debemos ser positivos, pero, aunque lo seamos seguramente no lograremos todo lo que queramos, pero seríamos capaces de querer todo lo que tengamos. Cuando somos positivos no necesariamente precisamos duplicar nuestras fuerzas, porque incluso con nuestra misma fuerza se facilitaría duplicar nuestros resultados.

Si alguien te comenta su temor por tener una enfermedad potencialmente mortal y le dices: no temas, que Dios es bueno, simplemente es una forma de terminar la conversación; porque pese a Dios ser bueno, todos los días mueren personas y por muchas de ellas podría haber grupos de personas orando. Cuando sanan solemos decir: Dios es bueno y cuando mueren posiblemente decimos que los médicos eran malos. Morir o vivir no tiene que ver con la bondad divina, porque en algún momento experimentaremos lo que conocemos como muerte, sin importar que oremos o no. Ninguno de los apóstoles por mucho que orara sigue vivo en Jerusalén. Pero el pensamiento positivo es: no desesperarnos, saber que nuestra actitud correcta nos dispone para el mejor desenlace posible y tener la esperanza de que, aunque estemos atravesando por una noche obscura, habrá luz al final del túnel. La muerte es el final de lo que conocemos, pero siendo positivos, algún día descubriremos que la muerte es un final, pero no es el Final.

En el ejemplo del vaso con agua por la mitad, quienes ven lo positivo se alegran porque está medio lleno y quienes ven lo negativo, se atormentan porque está medio vacío. Ambos tienen razón, pero los primeros son más felices. Algunos valoran más a los segundos, porque piensan que buscarán llenar el vaso con más afán, pero, si lo logran, tal vez no se sientan satisfechos y se lamenten por tener solamente un único vaso lleno. Ser positivo, te permite disfrutar de lo que ahora tienes con la esperanza de que puede mejorar.

A un hombre postrado en su lecho de muerte, habiendo perdido su dinero, en soledad y con dolores corporales, resulta difícil sugerirle que piense positivo; sin embargo, incluso a él, si pudiera hacerlo, le convendría más que el mantener pensamientos negativos.

Pensar positivo es sumamente positivo, siempre que lo respaldes con actitudes también positivas y coherentes.