Familia: una de mis fobias son mis fotos. Perdone que comience así, tan personal, pero compartir esta hermosa imagen tomada por Diego Cepeda en nuestra última Fiesta del Libro en el Parque San José requiere un par de atenciones. ¡Y de concesiones!
Sin grandes aspavientos, Ediciones Cielonaranja está entrando en los 40 años de su fundación.
Han sido muchas fiestas del libro, más de 200 títulos y miles de ejemplares de la mejor literatura dominicana que hemos podido compartir y repartir por nuestras fiestas del libro y participaciones en diferentes ferias de libros por todo el mundo.
El libro dominicano se ha paseado en nuestra mano por Berlín, Leipzig, Frankfurt, Nueva York, Madrid, Santiago de Chile, Calcuta, París. Nuestra alegría y alcances siempre han estado fructificando.
Esta imagen con Homero Pumarol, Jaime Guerra y Diego Infante, aparte de lo genial de sus componentes, me ha deparado una grandísima satisfacción. Fuera de la imagen está Ángel Rosario, excelente músico y como el Lazarillo y Don Quijote de Homero, siempre cercano.
Fíjense en el bizcocho, aportado por Maurice Sánchez, uno de los pilares de nuestras acciones editoriales, por cierto. Son innúmeras las razones para compartir esta imagen: bondad, cercanía, generosidad, interés, curiosidad, ternura, solidaridad, y muchas otras palabras en uso y desuso, qué importa ya, que vibran en nuestras noches como vías lácteas portátiles.
Esta ha sido una de nuestras últimas fiestas en este año. Tal vez realizaremos una o dos más, en este mes de julio, porque a partir de agosto ya no estaremos por unos buenos meses en Santo Domingo.
Me gustaría poner el nombre de todas y todos los que estuvieron este pasado sábado y quienes nos han acompañado en todos estos laaaaargos años de estar deambulando cerca de un parque, un colmado, hasta un cementerio, acercándonos, compartiendo nuestras creatividades.
¡Gracias a los fiesteros, a los que quieren ser salvados por el poema o la imagen!