En una extraña elucubración para testear si los precandidatos y las bases del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) van a aceptar que le imponga un candidato, Danilo Medina y Charlie Mariotti presidente y secretario general de ese partido se inventaron un engendro llamado “la consulta” que se pondrá en escena el próximo 16 de octubre porque como usted sabrá el proceso de las primarias de los partidos políticos acordé a nuestro ordenamiento jurídico electoral se desarrollará en el próximo año 2023.
De lo que se trata en esta “consulta” es ver con antelación la reacción de los precandidatos ante una eventual imposición y cuantos de los peledeistas continúan activos aún porque para nadie es un secreto que el PLD sufrió un duro golpe con la derrota electoral del 2020 que vino a consolidar un descalabro que se había iniciado en el 2019 con la salida de su entonces presidente Leonel Fernández Reina.
Aquello fue un duro golpe y un total descalabro porque el PLD había acumulado todo el poder del Estado dominicano: el poder ejecutivo, el poder judicial y el poder legislativo pues controlaba la cámara de diputados y el senado de la República. Controlaba la mayoría de los ayuntamientos del país, incluyendo los más importantes, y también controlaba los gremios profesionales pero, por la división interna y la ruptura que ocasionó el enfrentamiento entre Danilo Medina y Leonel Fernández se inició el resquebrajamiento de toda esa fortaleza con la determinación de Danilo Medina de imponer a Gonzalo Castillo como candidato presidencial aquella vez y forzar la salida de Leonel Fernández, a lo que se le sumó el repudio de toda la sociedad dominicana ante la ostentación en que incurrieron funcionarios y la corrupción desmedida que en sentido general se le señalaba al gobierno en su conjunto.
Quienes siguen nuestros escritos recordaran que siempre critiqué que tras perder las elecciones del 2020 el PLD avanzara a un congreso sin hacer un análisis crítico o una mirada retrospectiva de ese accionar que lo llevó a apartarse de los lineamientos y mística bochistas que tuvo como consecuencia la pérdida del poder político. Pero aún en el desarrollo del IX congreso José Joaquín Bidó Medina nunca estuvo presente esa visión crítica que brilló por su ausencia.
Porque, era esa mirada autocrítica la que le podría haber servido al PLD para conjurar sus demonios internos y construir un nuevo relato que presentara a la sociedad dominicana de cara a la obtención del perdón y favor público para eventualmente recobrar el poder político en el futuro inmediato. No obstante, eso no ocurrió así porque Danilo Medina entendió que como único dueño del PLD él podía hacer lo que quisiera y había que aplaudírselo. Porque no había allí nadie con materia testicular suficiente para impedírselo. Sin embargo, todos esos cálculos le salieron mal a Danilo Medina y hoy el PLD se ha convertido en poco menos que una caricatura y están presos familiares muy cercanos del expresidente y exfuncionarios de sus gobiernos.
Repitiendo erradas acciones que ya vimos entre el 2019 y 2020 desde los ámbitos de Danilo Medina parecieran aventurarse a repetir los mismos patrones erráticos, los mismos errores. Por ejemplo, las encuestas externas al PLD hablan de que el pleito real, la puja por las preferencias a lo interno del PLD entre los precandidatos presidenciales está entre el alcalde de Santiago Abel Martínez y el exprocurador Francisco Domínguez Brito y que la exvicepresidenta Margarita Cedeño aparece relegada a un lejano tercer lugar. Sin embargo, en los feudos del expresidente Danilo Medina tratan de vender la idea de que la puja está entre Francisco Domínguez Brito y la ex vicepresidenta Margarita Cedeño.
Y miren señores, hay una crisis subyacente que a pesar de que en ese partido se empeñan en negarla y en mostrar unidad, hay una fragmentación que se refleja en los grupos descontentos aglutinados bajo los liderazgos de los precandidatos que se oponen a nuevas imposiciones y amenazan a ese partido con una nueva división.
Uno de los problemas básicos de nuestro sistema político es que al parecer nuestros actores políticos no conocen o no logran entender de que va la democracia y han construido un sistema político corrupto, “truchimanezco” y poco transparente que perpetúa esos mismos vicios y le quita al pueblo la posibilidad de conseguir muevas conquistas sociales a través del ejercicio político pues solo los expertos en esas malas artes obtienen pingües beneficios a contrapelo de esa misma sociedad que cada día luce más desesperada y desesperanzada.
Los sondeos del PLD que muestran a Francisco Domínguez Brito y a Margarita Cedeño compitiendo por el primer lugar son parte de una estrategia política que persigue la construcción de un relato de que Margarita Cedeño puede ganar con legitimidad la “consulta interna” del próximo 16 de octubre. Ya que, si Francisco Domínguez Brito la apoya, pues gana de calle, porque eran los dos punteros en esas mediciones y si no la apoya, ella “pudiese ganar” como quiera, pues es legítimo también porque ella estaba disputándole el primer lugar de las preferencias a Francisco Domínguez Brito y en ese sentido cualquier reclamo de Abel Martínez carecería de legitimidad pues siempre apareció en un lejano tercer lugar. Ese es el relato que pretende establecer el danilismo.
Uno de pronto se pregunta, ¿será que el danilismo no aprende? ¿No recuerda nada de lo que le pasó al imponer a Gonzalo Castillo y forzar la salida de Leonel Fernández? ¿Va Danilo Medina a jugar su ficha, a contrapelo de reducir aún más al PLD? Provocando una división, ya no solo de Abel Martínez y su grupo, sino de los otros precandidatos y sus distintos grupos de apoyos que, podría llevar al PLD a su mínima expresión. Tomando en cuenta la realidad interna en que se encuentra ese partido político. Parecería ser que, por el interés que le ve a Danilo Medina de aparecer cercano al presidente Luis Abinader, le importa poco el futuro de esa franquicia política que, al parecer, está condenada a desaparecer bajo las uñas del expresidente Danilo Medina.